Mentiras Blancas

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Evita las mentiras sociales, especialmente las que te benefician a ti.

P. Cuando llama un cliente importante, me resulta difícil decir que estoy ocupado. Entonces, le digo a mi secretaria que le diga a la persona que llama que estoy en una reunión. ¿Es esta una “mentira blanca” aceptable?

R. Nuestra tradición tiene una visión aparentemente conflictiva sobre las llamadas “mentiras blancas”, que se utilizan para resolver situaciones sociales (Mentir para obtener beneficio personal inmerecido se considera fraude). En algunos textos, encontramos que esta práctica es aprobada y hasta favorecida, en otros es apenas tolerada. Veamos si podemos encontrar un mensaje coherente en estos textos aparentemente conflictivos.

En general, estas “mentiras sociales” son consideradas un último recurso, una necesidad desafortunada. Un ejemplo es la historia del sabio talmúdico Rav y su hijo Jía. Rav tenía una relación tensa con su esposa, y ella a menudo hacia lo opuesto a lo que él le pedía. Su hijo Jía eventualmente aprendió a transmitir los pedidos de su padre a su madre con variaciones que ayudaban a restaurar la armonía entre ellos. Cuando el padre, eventualmente, se dio cuenta de esto, alabó la sabiduría del hijo pero le instruyó no continuar con aquella práctica. Dado que esta alteración era habitual, conllevaba el riesgo de acostumbrar al hijo a torcer la verdad (1).

Otra es la historia de la tierra de “Krushta”. El Talmud relata una parábola de una tierra llamada Krushta (la palabra aramea para “verdad”) en donde nadie miente, y nadie muere antes de tiempo. Cuando un visitante le dice inadvertidamente a un vecino que su esposa no está en casa, para no avergonzarla al decir que se está lavando el cabello, es visitado por una tragedia terrible (2). El mensaje pareciera ser que mentiras sociales como esas, si bien son permisibles en nuestra realidad social, son una necesidad desafortunada de un mundo acostumbrado a la falsedad.

Sin embargo, en unos pocos casos encontramos que las alteraciones son totalmente aceptables. Aquí hay una cita:

Rabí Ilaa dijo en nombre de Rabí Eleazar el hijo de Rabí Shimón: Está permitido alterar [la verdad] por el bien de la paz, como está escrito (Génesis 50:16-17) “Tu padre ordenó antes de su muerte, diciendo, así deben decir a Yosef: Por favor soporta el error de tus hermanos y su pecado”. [Sin embargo Yaacov en realidad no hizo este pedido]… Los estudiantes de Rabí Ishmael enseñaron: Grandiosa es la paz, ya que hasta el Santo Bendito Sea altera [la verdad] por el bien de la paz, como está escrito originalmente [Sara exclamó al escuchar que iba a dar a luz] “Mi señor [Abraham] es anciano”, y sin embargo luego está escrito [que cuando Dios reportó el incidente a Abraham Él lo cambió para decir] “Yo soy anciana” (3).

Aquí el comportamiento de Dios mismo al proteger los sentimientos de Abraham es visto como un ejemplo a imitar.

El siguiente pasaje es muy conocido:

¿Cómo bailamos delante de la novia [y la alabamos]? La academia de Shamai dice: debemos alabar a la novia tal como es [alabamos cualquier buena cualidad que percibimos en ella]. Y la academia de Hilel dice: debemos alabarla diciendo que es “Una novia hermosa y elegante”. La academia de Shamai le preguntó a la academia de Hilel: ¿Y qué si la novia es renga o ciega, le dices “hermosa y elegante”? ¿Cómo puede ser?, la Torá dice (Éxodo 23) “Aléjate de la falsedad”. La academia de Hilel respondió a la academia de Shamai: “Si alguien hace una mala compra en el mercado, ¿la alabarías o la menospreciarías?” (4)  

La academia de Hilel señala que la belleza está en los ojos del observador, a la persona que compró el ítem evidentemente le gustó, y el novio evidentemente encuentra a su novia hermosa y elegante. Esto no es un artificio ocasional sino una instrucción general, que los invitados deben alabar a la novia.

Si uno mira cuidadosamente, puede ver la diferencia entre los casos que no son aceptados y aquellos que sí son aceptados. En los dos casos en los que la modificación es aceptada, la modificación es hecha en beneficio de la persona que está siendo "engañada": evitar que Abraham se sienta viejo y despreciado, y evitar que la novia se sienta poco atractiva. En cambio, en los dos casos en que la modificación no es aceptada, la persona realiza el cambio por el beneficio de otra persona: Jía bar Rav altera las palabras en beneficio de su padre, el huésped en Krushta por su mujer.

Mientras que “ser hipócrita” puede a veces ser necesario para salvar relaciones sociales, la tentación de transformar esto en un hábito es muy grande. Por lo tanto en este caso este comportamiento no es aceptado. Pero cuando es hecho por el beneficio de la persona a la cual se le está hablando, y particularmente cuando es materia de juicio y no algo objetivo como en el caso de la novia hermosa, podemos ser más permisivos.

En tu caso el engaño es por tu propio beneficio, y más aún, en realidad no es de naturaleza social sino comercial. Una solución posible es que la secretaria siempre evite dar demasiados detalles. Aún cuando realmente estás en una reunión, puede decir que “no estás disponible”, y así esta descripción no será interpretada como “está demasiado ocupado para ti”. Con un poco de previsión, se pueden evitar casi todas las mentiras sociales, particularmente en un contexto comercial.

FUENTES: (1) Talmud Babilónico Yevamot 63a (2) Talmud Babilónico Sanedrín 97a (3) Talmud Babilónico Yevamot 65b (4) Talmud Babilónico Ketuvot 16b.

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