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Mi esposo ha estado viendo sitios de Internet inapropiados. ¿Qué debo hacer?

Querida Rebbetzin,

Para hacer la historia corta, recientemente descubrí que mi esposo ha estado viendo ocasionalmente sitios de Internet inapropiados. Estoy impactada y no sé qué hacer. ¡Ayuda!

Querida Lectora,

Muchos expertos en el área han identificado tu dilema como un problema de proporciones epidémicas.

La batalla por el alma nunca ha sido tan feroz. Uno de los grandes sabios del siglo XX comentó hace unos 30 años que simplemente caminar por la calle en Estados Unidos constituía más riesgo a la espiritualidad que una vida entera en la antigua Europa. Los medios y la industria de la publicidad apelan a lo más básico de la naturaleza humana, y han inundado la vía pública con imágenes sexualmente provocativas. Los conceptos de modestia en atuendo y decencia en comportamiento están bajo ataque constante y son cada vez más marginados. Para empeorar el asunto, Internet ha hecho que los sitios pornográficos sean de fácil acceso a tal punto que la psique masculina está siendo explotada como nunca antes.

Debe ser destacado que cuando se habla de sexualidad, los hombres –a diferencia de las mujeres– son criaturas que operan biológicamente. Este incomodo hecho de la vida representa un desafío especial para las mujeres, quienes pueden encontrar difícil comprender el modo de ser de los hombres en relación a este tema. La peculiar vulnerabilidad de los hombres al estímulo visual es una lamentable realidad que requiere juicio cuidadoso, cuidado y disciplina por parte de todos.

Las imágenes provocativas tienen la fuerza de apegarse a las mentes masculinas a tal nivel, que resulta virtualmente imposible para ellos limpiar sus pensamientos de aquellas imágenes de naturaleza erótica a las que han sido expuestos. Su foco y concentración se comprometen, y la parte elevada y espiritual de ellos mismos queda eclipsada. Esto puede desestabilizar fácilmente incluso a un individuo hasta ahora decente, hacia un espiral negativo y autodestructivo. El resultado puede ser un callejón sin salida con conducta adictiva.

La Realidad de la Naturaleza Humana

Es por esta razón que la Torá, en su grandiosa sabiduría, circunscribe las relaciones entre los sexos opuestos. Los límites son delineados claramente por la ley judía, categorías de reglas que incluyen la prohibición de que un hombre y una mujer estén aislados juntos a puertas cerradas (a excepción de ciertos parientes cercanos), la política de “no tocar” en relación a los miembros del sexo opuesto que no tienen parentesco (nuevamente, aplicarían exclusiones para ciertos parientes inmediatos) y cuidar los ojos de ver aquello que tendrá un efecto comprometedor y contaminante en nuestro bienestar.

Una típica reacción de los no iniciados en estas restricciones es el típico comentario, “¿Acaso Dios y la Torá no confían en ti?”. La respuesta es que la Torá trata con la realidad de la naturaleza humana. La preocupación subyacente es el hecho de poner en riesgo nuestra integridad moral, o de poner en juego, aunque es improbable, nuestra rectitud espiritual. Es en relación a estas conductas que la Torá nos informa de nuestras vulnerabilidades. El mensaje es que nadie es inmune a las vicisitudes de la emoción humana. Si no tomamos las precauciones necesarias, las circunstancias de la vida en un momento dado pueden ser tales que nuestras defensas estén bajas y podríamos, Dios no lo quiera, sucumbir ante la tentación.

Piensa en Vicki y su esposo quienes se movían en círculos sociales en los que un beso en la mejilla entre parejas era considerado completamente inofensivo. Esta aparentemente inofensiva convención llevó a otras “inofensivas” familiaridades. Finalmente estas interacciones sociales probaron ser devastadoras para ellos y otros miembros de su grupo social. El lector contemporáneo no necesita más información en relación a la dirección que esto tomó y las trágicas implicancias para sus matrimonios.

Libertad versus Permiso

Lidiar con la tentación erótica es extremadamente desafiante. Se han desatado guerras y derribado imperios por temas de pasión y lujuria. En el pasado no tan lejano, presenciamos cómo el mandato de Clinton estuvo en peligro e innumerables oficiales públicos cuyas carreras fueron destruidas por su vergonzosa conducta.

Internet y las muchas tecnologías disponibles en nuestro tiempo tienen muchas cosas útiles y beneficiosas para ofrecer. Sin embargo, así como cualquier otra herramienta, estas pueden ser utilizadas constructivamente o destructivamente. Los sistemas de seguridad son imperativos. Por desgracia, categorizar la legalidad del fácil acceso a sitios pornográficos lascivos y depravados como una expresión de “libertad” es sintomática del enfoque ilógico e irrealista de la moralidad en nuestra cultura.

En contraste con la definición de libertad de la civilización occidental, la cual denota “licencia”, donde todo vale, el concepto judío de libertad es capturado por la siguiente metáfora de un filósofo hindú. Él dijo, “Tengo cuerdas de violín en la mesa delante mío. Ellas pueden moverse en cualquier dirección pero no pueden cantar. Es solamente cuando las ato a mi violín que son por primera vez verdaderamente libres, no para moverse en cualquier dirección, sino libres para cantar”. Una postura de licencia, sin limitaciones, de desenfrenada capitulación al deseo, impide que la música de nuestra alma, la mejor parte de nosotros, pueda salir a la luz.

Adoptar un enfoque disciplinado y quizás restrictivo a la exposición a Internet, o a cualquier placer, puede que no se sienta como libertad, pero cuando uno ha tenido que pagar el alto precio de una vida de libertad ilimitada, los méritos de la restricción y el auto-control ganan nuevamente respeto. La Torá demanda el sello de la dignidad humana, el libre albedrío y el ejercicio de la fuerza de voluntad, exigiendo discriminación entre lo que es y no es apropiado.

Sugerencias Prácticas

Querida lectora, ver e involucrarse en sitios inapropiados puede ocurrir por una variedad de motivos. Puede ocurrir muy inocentemente, una ventana emergente al azar o como respuesta a la sugerencia de un amigo, colega, compañero de clase, etc. El desafío es desconectarse inmediatamente antes de que se produzca mucho daño.

El otro escenario, y más probable, es que sea un acto de compulsión. Para algunos sirve como paliativo, un medio de sumergirse en una actividad que adormece la mente y que bloquea el dolor de la vida que están viviendo. Para otros, estos sitios sirven como un medio de terapia auto-suficiente. Estos hombres típicamente provienen de un contexto en donde no tenían a nadie a quien recurrir en momentos de necesidad personal y por lo tanto aprendieron a dedicarse a actividades de recuperación auto-calmantes. Por lo tanto, cuando la vida adulta presenta dificultades y sentimientos de soledad, ecos del pasado resurgen y reflexivamente recurren a la pornografía como un calmante en vez de buscar la ayuda de otros en sus vidas.

Querida lectora, yo sugeriría lo siguiente:

  1. Confronta a tu esposo y ten una discusión íntima y seria con él. hazle saber que estás afligida y que tú asumes que él está igualmente afligido por la situación.
  1. Al mismo tiempo, asegúrale tu fe en su integridad básica y que estás dispuesta a ayudarlo en cualquier forma que puedas. Destaca que nada se interpone entre una mente determinada y un esfuerzo comprometido.
  1. Traslada la computadora a un área con mucho tráfico en donde las personas están yendo y viniendo y la pantalla esté a la vista de todos en todo momento.
  1. Inscríbete en programas como “Webchaver” que envían tus weblogs (historial de navegación) a personas determinadas. Este puede ser un sistema efectivo de chequeos y balances.
  1. Busca un buen terapeuta para ayudarte a entender tus propios pensamientos. Igualmente, busca para tu esposo algún grupo de apoyo o un patrocinador (idealmente alguien con quien tu esposo sienta cercanía y respeto), que pueda estar disponible cuando él sienta que su resolución está comenzando a flaquear.
  1. Consejos útiles que han servido para otros son:
    1. Que tu esposo vea estas ansias no como parte de sí mismo, sino como algo externo a él, y debe referirse a ello como un enemigo que lo quiere atacar.
    1. En momentos de sobriedad él debería sentarse y escribir una lista de desventajas y consecuencias por un lado, y beneficios por el otro. Él debería comprometerse a revisar la lista antes de realizar cualquier acción.
  1. Trabajen juntos en su relación en general y en su intimidad en específico. Llena tu casa de luz y energía positiva. Para lograr esto, aumenta tus esfuerzos por estudiar textos judíos que nos enseñan a vivir a la altura de nuestro potencial entregado por Dios.
  1. Finalmente, reza por ayuda Divina, por fuerza, resistencia y sabiduría.
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