El secreto de Henny

10 min de lectura

No hay límite a la cantidad de amor y compasión que puede emanar de un corazón humano.

Nota del editor: Lamentablemente, Henny Majlis falleció el pasado viernes 16 de octubre de 2015, después de batallar contra el cáncer. Ella tenía 58 años.

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La cocina de Henny Majlis es una metáfora de su corazón. Una mirada a la cocina, menos de la mitad del tamaño de una cocina normal, deja a uno pensando en cómo pueden salir 200 comidas de Shabat semanalmente de ese cuarto. Similarmente, uno se pregunta cómo tanto amor y compasión por - literalmente - miles de individuos puede salir de un corazón humano.

Y no me refiero al amor amorfo que el resto de nosotros sentimos por la humanidad mientras que no tengamos que lidiar con ellos en nuestro comedor, que duerman en nuestro sillón o se bañen en nuestra ducha. No. El amor de Henny es concreto y específico. Incluye a las viudas que no tienen donde estar en Shabat, los vagabundos que duermen en su casa y se bañan en su regadera semanas seguidas, las almas perdidas que se pasan horas tomando café y sacando su corazón en el comedor de Henny (la cocina no tiene espacio para una mesa) y los pobres que vienen a la casa de los Majlis tanto por comida como por amor. [Lee: Un Sabor del Cielo]

Henny de 44 años de edad, parece una década más joven. Aunque no usa maquillaje, sus facciones parecen las de una mujer tranquila, en lugar de las de una madre ocupada de 13 hijos.

¿Cómo puede ella cocinar, servir y limpiar para 200 invitados cada Shabat, 51 semanas al año, sin agotarse?

Vine al modesto apartamento de Henny en el vecindario de Maalot Dafna en Jerusalem a resolver los misterios que me intrigaban de esta ingeniosa y abierta mujer: ¿Cómo es que una mamá con tantos niños puede siempre parecer relajada y alegre? ¿Cómo es que puede ir de compras, cocinar, servir y limpiar para 60-100 invitados cada Shabat en la noche y en el día, 51 semanas al año sin rendirse? ¿Cómo puede tomarse tanto tiempo ayudando a extraños y todavía criar hijos que son dulces, modestos, amables, y por qué no decirlo - angelicales? ¿Qué ingrediente supernatural le pone a la comida que al comer en su casa, todo cambia? Y esta es la pregunta que realmente quiero responder -- ¿cómo es que una mujer que nunca sale a cenar puede mantener un nivel tan elevado de amor?

Una amiga agregó una pregunta a mi lista: ¿Cómo es que con tantos extraños entrando a su casa constantemente no tienen un problema con el robo? Al entrar a la sala percibí la respuesta. No hay nada para robar. La familia no posee ni computadora, ni televisión, ni objetos de arte, sólo muchos libros sagrados que se alinean en cada pared posible. Difícilmente una tentación para los ladrones.

Corriendo para llegar a mi cita con Henny, se me olvidó mi grabadora, Henny me ofrece el uso de su grabadora y le pide a su hijo de cuatro años Eliahu que baje a uno de los cuartos a traerla. Henny y yo nos sentamos en uno de los dos sillones rojos - la única pieza de mueblería en la sala, fuera de las dos mesas de comer.

Minutos más tarde Eliahu llega a la sala y avienta la grabadora a la alfombra. Suspiro - y me controlo - después de todo no es mi hijo para que comience con una tormenta de reclamaciones: "¡Qué estás haciendo!, ¡lo vas a romper!". Henny, como si tuviera una bodega de grabadoras en su cuarto o el dinero para comprarlas (no tiene ninguna de las dos), le dice suavemente a su hijo: "Tienes que tratar a las máquinas con más cuidado, de otra forma se pueden romper".

Sara Rigler: ¡Yo hubiera gritado a mi hijo por hacer eso!

Henny Majlis: Claro, todos perdemos nuestro temperamento, todos tenemos nuestras luchas. En nuestra casa, tratamos de no gritar ni pegarle a nuestros hijos. El Rab Hirsh escribió que si tienes la opción de ser rígido y educar a tus hijos bajo los valores que persigues, o ser amoroso y educarlos sin enojo y no obteniendo todo lo que quieres es preferible educarlos sin enojo. Siempre tuve el sueño de que tendría un hogar con paz. Entonces era sólo cuestión de obtenerlo, con la ayuda de Dios y Tefila.

SR: Y mucho esfuerzo y control personal, me imagino. ¿Cómo tienes tiempo de criar a tus hijos cuando inviertes tanto tiempo y atención a otras personas?

HM: El éxito que tengamos en la educación de nuestros hijos es cosa de Dios. Tiene que ver con la providencia Divina, y mucho rezo. Debemos de poner nuestro máximo - psicológicamente, físicamente, emocionalmente - pero nuestro éxito depende de una bendición Divina.

A pesar de que hacemos la mayoría de nuestros Shabatot para nuestros invitados, hay una gran cantidad de oportunidades para tener privacidad, para tener tiempo de calidad entre el sábado en la noche y el viernes en la tarde. Cada día durante la semana intentamos comer o cenar con los niños. También programamos la cena de Shabat tarde, para darle la oportunidad a la gente de llegar caminando de diferentes partes de Jerusalem. Así que inmediatamente después de los rezos del viernes en la noche, tenemos una cena a solas con los niños antes de que los invitados lleguen. Así los niños tienen la oportunidad de cantar sus canciones de Shabat y decir sus palabras de Torá.

He sido una madre de tiempo completo desde el nacimiento de mi sexto bebe. Cuando una madre está alrededor y disponible para sus hijos en una base constante, esta ahí para enseñanzas cruciales que deben ser dadas y para pláticas de corazón a corazón que deben ser habladas con los niños cuando tienen problemas. El Rabino de Satmar comentó sobre el versículo: "Todo el día el da y presta, y sus hijos serán bendecidos" (Salmos 37:26), que tú creerías que alguien que está ocupado ayudando a la gente no tendrá tiempo para sus hijos pero hay una bendición Divina especial que los protege.

Cuando un niño aprende a preocuparse, a pensar, amar y dar al prójimo, madura más rápido y construye su carácter para ser un ser humano más eficiente, responsable y efectivo en la sociedad.

Uno también puede decir que mucha de la inhabilidad de un niño para lidiar consigo mismo y con el mundo viene del egocentrismo. Cuando un niño aprende a preocuparse, a pensar, amar y dar al prójimo, madura más rápido y construye su carácter para ser un ser humano más eficiente, responsable y efectivo en la sociedad.

Este es también una razón por la cual tener más hijos, porque cuanta más familia haya, más oportunidades tendrán los niños de aprender a lidiar con distintas clases de personalidades, y desarrollarán más herramientas sociales en términos de tolerancia, paciencia, sensibilidad y amor.

SR: Al dejar que se queden en tu casa vagabundos, gente mentalmente enferma y alcohólicos, ¿no pones en peligro la seguridad de tus hijos?

HM: Incuestionablemente, la seguridad de nuestros hijos es nuestra preocupación principal. Cada padre dedicado debe usar discreción. En más de dos décadas que llevo haciendo esto, no hemos tenido, gracias a Dios, ningún mal incidente. Claro, si hay alguien que está emocionalmente o psicológicamente mal a tal punto que podría poner en peligro a los niños, les pedimos que se vayan a dormir a la camioneta que tenemos o lidiamos con él de alguna otra forma.

SR: ¿Nos puedes contar sobre tu historia personal?

HM: Nací y crecí en Brooklyn. Mis padres también nacieron en Estados Unidos. Mi padre, Murray Lusting, que en paz descanse, fue ordenado como rabino en Ieshivá University. Yo estudié el curso de ingreso a medicina en Brooklyn College. Mi sueño era casarme y tener 20 hijos y enseñarle a todo el mundo sobre el judaísmo ¡y estudiar genética en mi tiempo libre! Cuando me di cuenta de que no podría hacer todo, cambié mi carrera a nutrición. Obtuve también un título en educación, además de un título para enseñar hebreo de la Ieshivá University.

SR: Cuando estabas creciendo, ¿quién fue la mayor influencia en tu vida?

HM: Mis padres fueron muy hospitalarios, cálidos, buenos y amorosos. Siempre vi el jesed (actos de bondad) de mi madre y su compasión -- la manera en como trataba a la señora de la limpieza, el trabajador, el carpintero: con tanta amabilidad y respeto. Fui una de cinco hijos. Mi madre (Edith Lusting) nunca se sentó en la mesa; siempre nos estaba sirviendo. Mientras creces, te das cuenta que mucho de lo que eres es de tus padres.

Mi padre era tan generoso y amable. Una vez, la hija de los amigos de mis padres se hirió. Tenía 16 años y estaba andando en su bicicleta y de alguna forma chocó con un árbol. Entró en coma. En cuanto mi padre escuchó al respecto, se fue al hospital. Fue con su amigo y le dio un cheque firmado en blanco y le dijo "No ahorres ningún gasto médico para ayudar a tu hija".

Escuchamos sobre esta historia años después cuando mi padre falleció, y su amigo nos dijo.

Dos de mis rabinos en la escuela, el Rab Teichtel y el Rab Reuven Fink, también tuvieron un gran impacto en mi manera de ver la vida.

SR: ¿Cuánto tiempo te toma comprar y cocinar estas comidas masivas de Shabat?

HM: Gasto una mañana a la semana ordenando comida por teléfono. Después empiezo a cocinar, ya sea el jueves en la noche o temprano el viernes en la mañana. Con tres hijas ayudándome, nos toma ocho horas cocinar. Esta última semana, seis o siete de mis hijos estaban ayudando. Todos estaban pelando vegetales y estaban activamente involucrados en la excitación de los preparativos de Shabat.

SR: No parece ser mucho tiempo para preparar el gefilte fish, el caldo de pollo, cuatro tipos de kugel, diversas ensaladas, y cuatro tipos de pasteles suficientes para doscientas personas.

HM: Me he hecho mucho más organizada a través de los años. Ahora tenemos un sistema. Pero es muy intenso. Trabajamos a una velocidad muy elevada. Mujeres jóvenes a veces nos ayudan en la cocina.

SR: ¿Cuántas horas toma limpiar todo?

HM: Solía tomarnos hasta el martes, pero hace tres años que mi esposo contrató un trabajador que lava todos los platos, ollas, utensilios para servir y bandejas, aparte de guardar las sillas y las mesas. Ahora todo está terminado para el sábado en la noche.

SR: ¿Cada cuánto te tomas un descanso?

HM: Solíamos tomar unas cuantas semanas al año de vacaciones, y le avisábamos a la gente por adelantado. Hace unos años, mi hija casada tuvo un hijo y el Brit Milá fue el Shabat siguiente, en una ciudad diferente. A todo el que hablaba durante la semana le decía que no venga, pero no había manera de avisarle a nuestros "regulares". Sólo por si acaso, arreglamos que venga un rabino y dirija la cena y cociné un poquito y dejamos jala, ensaladas, bebidas y provisiones. Pensé que vendrían tal vez 20 personas. Bueno, 80 personas vinieron el viernes en la noche y otras 65 al siguiente día para la comida.

Entonces, si es que queremos salir afuera para Shabat, le informamos a la gente que el rabino Majlis no estará aquí para decir palabras de Torá, pero que habrá alguien más dirigiendo la cena. Y cocino de cualquier manera. Cincuenta y un semanas al año.

Sólo en Pesaj no tenemos visitas, pues tratamos de cumplir con la mitzvá bíblica especial de enseñarles a tus hijos el Seder en la noche. Entonces nos concentramos exclusivamente en los niños y tratamos de celebrar la fiesta en un ambiente familiar.

SR: ¿Alguna vez sientes la necesidad de un descanso?

Esta es nuestra razón de ser. Esto es santidad. Esto es felicidad.

HM: Realmente no. Esta es nuestra razón de ser. Esto es santidad. Esto es felicidad. En años previos, tal vez hubiera querido más tiempo fuera, pero mientras pasa el tiempo, y entro en un sistema, y me dedico más a la idea, siento que Dios me quita ciertos obstáculos y todo corre más fácil.

Dicen que en el Jerusalem de antaño, cuando la gente comía, colgaban un mantel fuera de la puerta. Si alguien veía el mantel, sabían que podían entrar y comer. Entonces espero el día que todos cuelguen un mantel para que la gente pueda entrar. Si sólo la gente abriría sus puertas, sería un Jerusalem brillante.

SR: ¿Alguna vez sientes la necesidad de un tiempo para ti sola sin tus hijos y tu esposo?

HM: En años recientes he sentido un poco eso. Me voy al Kotel, o estoy sola con Dios en mi cuarto o digo Tehilim (Salmos).

Pienso que una de las cosas más importantes de la vida es rezar por el éxito.

Pienso que una de las cosas más importantes de la vida es rezar por el éxito. No tenemos ningún éxito independiente. Es todo una bendición de Dios. Disfruto de las caminatas, y las trato de utilizar para la introspección y la meditación.

SR: ¿Qué te hace tan feliz?

HM: Estar viviendo en la ciudad de Jerusalem, el lugar más sagrado del mundo. Me hace feliz estar casada con una persona maravillosa, que es sabia y estudiosa. Me hace feliz tener hijos preciosos, y verlos crecer como seres humanos sagrados, saludables, felices, dadores, sensibles y amorosos. Me hace feliz estar conectada con Dios y poder compartir la conexión con la humanidad. Shabat me hace muy feliz. Amo Shabat. Y amo compartir la alegría y la emoción del Shabat.

SR: Tengo que decir que algo metafísico está pasando aquí. Muchos judíos seculares o que están inclusive practicando otra religión han regresado al judaísmo tradicional después de una comida de Shabat en tu casa. ¿Cuál es el secreto?

HM: Leí hace un tiempo que la esposa del Rebe Levi Itzjak de Berdichev, antes de cocinar, rezaba que la gente que coma su comida tenga Irat Shamaim (reverencia de Dios) y hagan Teshuvá. Rab Najman de Breslov dice que cuando cocinas, la energía con la que cocinas se va a la comida. Así que si cocinas con mucho enojo, le puedes dar a la gente veneno. Pero si cocinas con alegría, les puedes dar salud.

Así que rezamos ante de cocinar: "Que tenga la comida el sabor de Gan Edén (paraíso)". Decimos Tehilim mientras cocinamos, y rezamos para que la gente que coma esta comida ame Shabat y ame a Dios, a la Torá, y esté en contacto consigo mismo y que la comida sea para el honor de Dios y por el honor del santo Shabat.

SR: ¿Qué les dirías a las mujeres que odian cocinar y hacer trabajo doméstico?

HM: Todo dar es un poco imitar a Dios. Dar construye el carácter de uno y nos hace más similares a Dios. Creo que uno debe ver sus responsabilidades domésticas como un medio para crecer como individuo, para ser más dadivoso, amoroso y compartir, salirte de ti mismo y entrar al otro y ser más parecido a Dios. Claro, no hay nada de malo en contratar a alguien para las labores domésticas, siempre y cuando uno sepa que es importante sobreponer un cierto nivel de comodidad para poder dar.

SR: ¿Qué le dirías a mujeres que están en conflicto entre su carrera y quedarse en la casa con sus hijos?

HM: Solía salir a enseñar temas judaicos a adultos. Inclusive hoy en día a veces salgo a dar clases. Por algunos años, daba una serie de clases en el barrio, donde enseñaba filosofía judía a adultos. Yo realmente creo que todos debemos ser un emisario de Dios y enseñar lo que cada uno sabe. Cada mujer está bendecida con sus cualidades e intereses particulares. Todos deben estar motivados a maximizar su forma singular de expresión. Pero es muy importante que cada mujer sepa que no hay nadie en el mundo entero que puede ser una madre para sus hijos excepto ella, ni una esposa para su marido excepto ella.

La prioridad principal de la mujer debe ser darle a su familia. Esta es su contribución más importante y única en el mundo que nadie más puede hacer. Nadie más puede dar mi yo psicológico, emocional y espiritual a mis hijos, excepto yo. Yo motivo a las mujeres a que usen su potencial, talento y educación para darle a la sociedad lo máximo posible, pero siempre recordando que su prioridad principal es su casa, construir un hogar judío. No hay que olvidarnos de que toda la espiritualidad en el mundo viene de la mujer judía. Es su fuerza y sus valores los que construyen a sus hijos y al mundo que la rodea y pavimentan el camino para la redención final.

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Nota del editor: Lamentablemente, Henny Majlis falleció el pasado viernes 16 de octubre de 2015, después de batallar contra el cáncer. Ella tenía 58 años.

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