Querida Emuna: Después del divorcio

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Me llevo bien con mi ex esposo... quizás demasiado bien.

Querida Emuna,

He estado divorciada por varios años y tengo una buena relación con mi ex a pesar de que tuvimos un divorcio muy disputado (debido a su abogado). Lo veo todos los días porque compartimos hijos, y la mayoría del tiempo no se siente como que estamos realmente divorciados. Somos un poco diferentes en personalidad, pero compartimos valores y una historia en común. Él se vio muy influenciado por su hermana, quien se divorció antes que nosotros. Ambos estamos comprometidos con los valores y tradiciones judías.

¿Cómo logro que el resto comprenda nuestra situación, es decir, que yo no odio a mi ex y que de hecho me llevo igual de bien que antes? ¿Cómo puedo hacer para aceptar esta situación, la cual aparentemente fue el resultado de la influencia negativa de su hermana? Mis hijos nos ven llevándonos bien y cenando juntos todos los días. Él no consideraría reconciliarse debido a su familia y no les cuenta de nuestras interacciones diarias.

Ex Esposa Confundida.

Querida Ex Esposa,

Dado que tu carta es breve, me veo obligada a leer entre líneas. Y me temo que no te va a gustar lo que veo.

Sé que estás sufriendo y que te gustaría que la situación fuese diferente. Pero no lo es. Estás divorciada. Le atribuyes la responsabilidad de que haya sido un divorcio disputado al abogado de tu esposo. ¿Tu esposo fue un participante completamente pasivo? Presuntamente él le pagó a su abogado para que tomase esa posición argumentativa.

Culpas a tu cuñada del hecho que te divorciaras. ¿Tu esposo no tuvo opinión en este asunto tampoco?

Por favor perdóname, pero suena como que estás aferrándote a la esperanza de reconciliación incluso a pesar de que todos los signos apunten a lo contrario.

Ciertamente es mejor para vuestros hijos que ustedes se lleven bien, pero tampoco debieras darles falsas expectativas.

Si tu ex esposo es tan pasivo como dices que es, entonces es muy baja la probabilidad de que ahora se le ocurra actuar repentinamente (el momento para eso hubiera sido antes de la amarga ruptura). Y si él es en realidad un jugador activo, entonces, como dije, él contrató y le pagó a su agresivo abogado e inició y llevó a cabo el divorcio.

Me parte el corazón escuchar tu historia, pero tú y tus hijos tienen una mejor posibilidad de sanación si aceptas que se acabó y sigues adelante.

En cuanto a hacer que otros comprendan, no es realmente algo de lo que deberías preocuparte. ¿Qué diferencia hace si lo entienden o no? ¿De qué forma incómoda expresan su falta de entendimiento? ¿Es posible que lo que tú ves como falta de entendimiento sea en realidad un suave empujoncito por parte de tus amigas para que no te pongas tan cómoda en este arreglo y para que no creas que está pasando más de lo que realmente está pasando? Si es así, entonces quiere decir que ellas son buenas amigas y debieras escucharlas y apoyarte en ellas cuando tomes la verdaderamente difícil y dolorosa decisión de dejar atrás esa relación.

Suegros entrometidos

Querida Emuna,

Me encanta leer tu columna y he aprendido mucho de ella. Te escribo porque me gustaría recibir tu consejo sobre una situación que se ha vuelto regular con mis suegros. Mi suegro cuestiona frecuentemente nuestra forma de educar a nuestros hijos (tenemos un hijo pequeño). Algunos ejemplos de lo que hace incluyen cuidar a mi bebé para que no se caiga mientras yo lo tengo alzado; preguntarle a mi suegra, conmigo presente, si la cuchara que escogí es segura; sugerir que cambiemos legalmente el segundo nombre de nuestro hijo; y cuestionar los límites que le ponemos a nuestro pequeño. Mi esposo ha hablado con él dos veces (muy respetuosamente), y la situación ha mejorado un poco (lo cual aprecio), pero aún es inaceptable en mi opinión.

Mi suegra no interfiere de esta forma (e intenta detener a su esposo para que no actúe de esa forma), pero hace comentarios groseros o “justo en el límite” dirigidos hacia mí, y ha sido grosera con los miembros de mi familia. Cosas que ella ha dicho a mis espaldas también han llegado a mis oídos (yo sé que no debiera poner demasiada atención a estas cosas, ¡pero es difícil!). Mi esposo también habló con ella (muy amable y respetuosamente) sobre algunos de estos problemas y la situación ha mejorado un poco pero no completamente.

La situación ha llegado a tal punto que temo sus visitas o ir a visitarlos, y me siento muy resentida. He sido una buena esposa y madre, y he intentado ser una nuera buena, educada y agradecida. Soy una persona apacible y por lo general le caigo bien a la gente. Hay diferencias religiosas que pienso que pueden estar jugando un rol en causar resentimiento por parte de mi suegra, aunque hemos tratado de ser lo más respetuosos posible.

También hay algunos potenciales problemas culturales ya que mis padres son inmigrantes, aunque yo fui criada en Estados Unidos. Además, mis suegros eran mucho mayores que nosotros cuando se casaron y tuvieron hijos (aunque nosotros somos económicamente autosuficientes). Yo no hablo con ellos por teléfono entre cada visita (a veces nos enviamos emails), ¿quizás esto es algo que yo debiera cambiar?

Ellos son buenos suegros en muchas otras formas, y siempre están deseosos y listos para ayudar en lo que necesitemos, incluyendo cuidar a nuestro hijo, lo cual sé que no todos los abuelos pueden hacer. Creo que ellos genuinamente quieren una buena relación conmigo, al menos como la madre de su primer y querido nieto. Gracias de antemano por tu consejo.

Frustrada y Confundida

Querida Frustrada,

Con la proliferación de los grupos de apoyo hoy en día, me sorprende que no haya más para suegras y nueras... ¡separadas obviamente! ¡Recibo más cartas sobre este tema que sobre cualquier otro!

Eres afortunada de que tu esposo te haya apoyado y haya hablado con sus padres. Esto es frecuentemente una fuente de tensión y no todos los esposos están dispuestos a hacerle frente al problema. Tú estás un paso más cerca de la meta.

En cuanto al resto de las cosas, hay solamente una persona en el mundo sobre la cual tienes algún tipo de control: tú misma. Yo sé que es difícil, pero enfócate en lo bueno, en sus deseos de ayudar, en la oportunidad que tiene tu hijo de tener una relación con sus abuelos. Aprieta los dientes cuando sea necesario. Ríete cuando puedas.

E intenta darles tú también a ellos (ese el método de éxito asegurado que tiene el judaísmo para profundizar tu preocupación por otros). Escuché una hermosa historia sobre una mujer que, para el cumpleaños de su esposo, le compró flores a su suegra: para agradecerle por tener y criar a un hijo tan maravilloso. Gestos como este pueden rendir frutos en la conducta de tu suegra. Definitivamente lo harán en la tuya.

Casada con una 'Obsesiva del peso'

Querida Emuna,

Mi esposa siempre está preocupada de su peso. A pesar de que constantemente le digo cuán hermosa es, pareciera no escuchar realmente. Esto es fuente de frustración en nuestro matrimonio por dos razones:

1) Yo disfruto cocinar y comer (o incluso salir ocasionalmente a cenar a un restaurante). Cuando ella se permite sólo una pequeña probadita y luego come su habitual pechuga de pollo asada con ensalada (sin aderezo, ¡ni siquiera a un costado!), esto inhibe significativamente mi placer

2) Siento que nada de lo que digo hace diferencia y que ella está constantemente sintiéndose poco atractiva e insegura. Mi esposa es una mujer hermosa, interna y externamente, y yo quiero ayudarla. ¿Puedes aconsejarme?

Gourmet Frustrado

Querido gourmet frustrado,

A pesar de que sé que el primer problema palidece en importancia ante el segundo, ciertamente entiendo tu frustración. Yo frecuentemente siento que mi esposo y yo somos como Jack Sprat y su esposa (él pide ensalada, ¡yo pido bistec!), pero estoy segura de que tú también reconoces que es un problema pequeño. Lo que sea que ella coma (o deje de comer) es realmente irrelevante en comparación al placer de su compañía y el tiempo que pasen juntos. Espero que le estés diciendo eso a ella. Ciertamente ayudará con el problema #2, aunque no lo resolverá.

Es un gran tema (la autoestima y la imagen corporal de la mujer, expectativas sociales, etc.), pero diré brevemente que al final de cuentas, es trabajo de ella superar todas las voces negativas que vinculan su autovaloración a un cuerpo idealizado en vez de a su carácter y esfuerzo. Sólo ella puede reconocer que su verdadera fuente de fortaleza y confianza proviene de Quien la creó y le dio la habilidad de alcanzar su potencial interno. Ella tiene que saber e interiorizar que lo que realmente cuenta son esas cualidades y acciones eternas, y no aquellas como el peso, las cuales son efímeras (¡esta es una buena lección para que yo interiorice también!).

Sigue entregándole amor y sigue diciéndole, como les decimos a nuestros niños pequeños por la noche, que “Dios te ama más que nadie”.

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