Amigos reales: La clave para una vida sana

4 min de lectura

Cómo recuperar el arte de la conexión

Sentirte solo puede enfermarte.

Julianne Holt-Lunstad, una psicóloga de la Universidad Brigham Young, fusionó la información de más de 140 investigaciones publicadas a lo largo de 28 años y reveló que sentirse poco popular, desconectado o solitario predice cuánto tiempo viviremos. Aquellos con grandes redes de amigos incrementan su tasa de supervivencia. Mientras mayor sea la calidad de la amistad, más larga es la vida. No ser popular aumenta las posibilidades de morir más que la obesidad, la inactividad física o beber en exceso.

Pero la solución no es acumular más “likes” en tu página de Facebook.

Una estudiante universitaria que conozco me contó que durante el primer año que pasó lejos de su hogar se sintió deprimida. A pesar de tener cientos de amigos en Facebook, había muy pocas personas “reales” con quienes podía contar. Nadie sabía lo que ella estaba experimentando. Sus fotos mostraban rostros sonrientes y buenos momentos. Recibía cantidades de “likes”. El momento en que entendió que todo eso no significaba nada, le permitió abrir los ojos a esta realidad.

Reenviar una publicación de Twitter no ayuda a tener una vida mejor.

Las investigaciones revelan que la mayoría de las personas dedicamos nuestra energía a una clase errónea de “popularidad”. Podemos ser popular a través del estatus, lo que significa que tenemos visibilidad, poder y seguidores. Somos prominentes y se nos ve en los medios sociales. Nuestra influencia se siente a medida que nuestras publicaciones son reenviadas.

Pero también se puede ser popular a través de la simpatía. Cualidades como la bondad, la generosidad y la lealtad dan una popularidad que pueden cambiar la vida. Se forjan relaciones genuinas. Se establecen conexiones que generan respuestas positivas y bienestar físico. La vida se vuelve más bella cuando se la comparte con parientes y amigos queridos.

Quienes se dedican a adquirir estatus ganan una popularidad que trae infelicidad y soledad. Los sentimientos de satisfacción sólo llegan cuando la simpatía acompaña a la popularidad, Ninguna cantidad de seguidores en los medios sociales puede ocupar el lugar de compartir tiempo con un buen amigo.

Crear conexiones

Hemos perdido el arte de la conexión.

El café Hot Black en Toronto se negó a ofrecer a sus clientes servicio de Wi Fi y hay otros bares que siguieron sus pasos. El objetivo es lograr que los clientes interactúen entre ellos en vez de quedarse perdidos dentro de sus teléfonos. Piensa en los compañeros de trabajo que esperan que comience su reunión semanal. En vez de preguntarse entre ellos sobre sus familias, los planes que tienen para las vacaciones o cómo les va en la vida, cada individuo mira hacia abajo en silencio. ¿Dónde está la camaradería?

¿Has estado en un restaurante últimamente? Puedes ver familias enteras que se ignoran entre ellos. Cada uno está en su propio aparato. Los niños pequeños piensan que eso es normal, es todo lo que conocen. Invertimos más energía en la persona que está en nuestra pantalla que en aquellos que están sentados a nuestro lado.

La amistad real requiere la presencia. Nada puede reemplazar al hecho de ver la pena grabada en el rostro de un compañero y ofrecerle una mano para consolarlo. Mirar a alguien a los ojos transforma los momentos oscuros y ayuda a soportarlos. Dar un abrazo transmite amor. Creamos una sensación más profunda de conexión. Nos unimos y aliviamos la soledad. Los seres humanos prosperan cuando sienten que no están solos, que alguien se preocupa profundamente por ellos y los valora. No es posible obtener esa chispa en una amistad en línea. Se limita a ser una conexión superficial.

Mandar mensajes de texto no exige el menor sacrificio. Socializar en persona requiere un oído y un corazón atento.

Decide tomarte el tiempo para iniciar conexiones personales más profundas. Elige un amigo con quien hayas perdido un poco el contacto. Reconstruye los lazos compartiendo tiempo, experiencias y poniéndose al día sin interrupciones. Descubrirás la alegría de la amistad cuando rían juntos, mediten sobre la vida y traten de encontrar soluciones para los problemas que tienen.

La fuerza positiva de la amistad

En el libro “La trampa de la felicidad” aprendemos que: “La gente que se siente más conectada con los demás tiene menores niveles de ansiedad y depresión. Ellos tienen mayor autoestima, más empatía con los demás, son más confiados y cooperadores y en consecuencia los demás están más abiertos a confiar y a contribuir con ellos”. Más del 25 por ciento de los norteamericanos revelaron que no tienen a nadie en quien confiar, nadie con quien compartir sus problemas. No sorprende que los sentimientos de soledad y aislamiento provoquen tristeza a tantas personas.

El Talmud cuenta la historia de un hombre recto llamado Joni que se quedó profundamente dormido y se despertó muchos años después. Su familia y sus amigos creyeron que había muerto. Cuando finalmente despertó y regresó a su hogar, nadie le creyó que era él. Fue a la casa de estudio donde acostumbraba a enseñar, pero nadie lo reconoció. Allí citaban sus enseñanzas. “¡Yo soy Joni!”, les dijo. Pero tampoco le creyeron. Se angustió terriblemente. Necesitaba a su familia, añoraba a sus amigos. Murió con el corazón quebrado. Nuestros Sabios enseñan que esto es un ejemplo del popular dicho: “O jevruta o mituta” – o amigos o la muerte.

Estas palabras son muy dolorosas. Si tienes la bendición de contar con una familia de amigos y amigos que son como una familia, tómate el tiempo e invierte para aprovechar esa increíble fuente de felicidad y salud.
 

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