Amor del "Día de los enamorados"

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¿Todavía significa algo decir "te amo"?

¿Estás enamorado?

Millones de personas aprovecharán el Día de los enamorados para afirmar su fuerte sentimiento de afecto con las palabras "te amo".

El amor, después de todo, supuestamente representa el lazo más fuerte posible entre dos personas. El amor es nada menos que, como lo dice el Zohar, "el secreto de la unidad divina".

La palabra amor parece haber perdido su significado, sufriendo de lo que yo llamo “inflación verbal”.

El problema es que en nuestros días la palabra amor parece haber perdido su significado, sufriendo de lo que yo llamo “inflación verbal”.

Todos sabemos lo que la inflación puede hacerle al dinero. Si el gobierno imprime demasiado, eso reduce el valor de todo el dinero que ya está en circulación. La inflación verbal es lo que ocurre cuando las palabras que tienen un valor considerable son utilizadas como imitaciones baratas. En poco tiempo, las palabras que están acompañadas por la frase “millón de dólares” ya no pueden ser tomadas en serio. Ellas identifican cada ítem sin valor como una herencia preciada, permiten que la basura se disfrace de joyas y que la trivialidad sea confundida con un tesoro.

Stan Carey, uno de los editores del Diccionario Macmillan, se quejó recientemente sobre cómo la inflación del lenguaje crea finalmente devaluación en significado. Llamar a alguien brillante hoy en día es meramente sugerir que es un poco inteligente. Proclamar una cinta como una obra maestra es permitir que uno pueda sentarse a verla completa sin estar demasiado inquieto. Cualquiera con un poco de talento es llamado "genio" (y cualquiera que es gracioso se convierte en un "genio de la comedia").

Carey explica que "tal es nuestra necesidad de imbuir nuestras palabras con fuerza y significado, que usamos la hipérbole para persuadir a las personas... y los términos hiperbólicos gradualmente se normalizan".

C.S. Lewis advirtió sabiamente en contra de la inflación del lenguaje:

"No utilices palabras que son demasiado grandes para el tema. No utilices infinitamente cuando quieras decir muy; de otra forma, no te quedará ninguna palabra cuando quieras hablar de algo realmente infinito".

Y aquí es precisamente en donde nos encontramos nosotros hoy en día. No nos quedan palabras cuando queremos decir que algo es realmente alucinante o maravilloso.

No es sorpresa que en la era de las redes sociales casi todo el mundo tiene cientos de amigos. El ensayista francés Montaigne pensó que una persona debería considerarse a sí misma extremadamente bendecida si durante su vida logra encontrar un solo amigo verdadero. Eso es porque la palabra amigo – no conocido, colega, socio de negocios, miembro del mismo club, compañero de trabajo o vecino – fue una vez imbuida con el tipo de connotación que debía tener antes de verse reducida por el excesivo uso imprudente y la inflación. Trágicamente ninguna otra palabra fue encontrada entonces para reemplazarla.

Lo que nos lleva de regreso al amor.

En el mundo actual, la palabra amor se ha vuelto tan común y corriente que la utilizamos para describir nuestros sentimientos por comidas favoritas, ropa de última moda, y nuestra fascinación por el último aparato tecnológico producido por Apple. El escritor George Englund recientemente dijo que la palabra amor tiene ahora tan poco significado que "debería ser llevada detrás de la leñera y ser fusilada".

Para la Torá, en cambio, la palabra amor es sagrada. Cada vez que aparece es parte de un mandamiento.

Debemos amar a Dios. Pero la Torá no está conforme con dejarlo así sin mayor explicación. "Y amarás a Hashem tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con todas tus fuerzas". Amor significa compromiso total. Amor significa fidelidad. Amor significa estar dispuesto a renunciar a tu propia vida por aquel por quien profesas esta pasión.

Debemos amar a nuestro prójimo. Pero eso no significa nada realmente, a menos que definamos el alcance de esta obligación. "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Mi prójimo comparte la imagen divina que me hace a mí único. Él, así como yo, es un hijo de Dios. Es por eso que mi preocupación por mi prójimo debe ser comparable con mi preocupación por mí mismo.

El amor bíblico comandado por Dios está a años luz de su uso contemporáneo por un adicto al chocolate que nos dice que “ama el chocolate”. Que triste que el lenguaje se resista a nuestro esfuerzo por darle expresión a su valor único.

Recuerdo haber leído que los esquimales tienen 52 palabras diferentes para “nieve”, porque la nieve es muy importante para ellos. Ellos necesitan cada una de estas descripciones para tomar nota de todas las finas distinciones entre estas diferentes bendiciones del cielo. Ojala hubiese al menos la misma cantidad de palabras diferentes para amor, para que los amantes pudieran compartir con exactitud sus profundos sentimientos por el otro.

Pero, como no tenemos eso, solamente puedo hacer una modesta proposición en la víspera del Día de los enamorados: Si vas a decir "te amo", hazlo con un compromiso al tipo de amor que la Torá consideró ideal antes de que la inflación verbal lo degradara: con todo tu corazón, con todo tu ser y con todas tus fuerzas.

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