El enfermero judío que atendió al asesino de Pittsburgh

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Al enfrentar cara a cara un mal inexplicable, el hecho de ser judío le dio a Ari Mahler el coraje para mantenerse firme en sus creencias.

Cuando comenzó a correr la noticia sobre el ataque en una sinagoga en Pittsburgh, Ari Mahler entró en pánico. Su padre es rabino y era posible que sus padres se encontraran entre las víctimas.

En ese momento, Ari trabajaba en la sala de emergencias del Hospital General Allegheny, donde es enfermero. Mientras lo llevaban a la sala de emergencias, Robert Bowers, el asesino, gritó: “¡Todos los judíos deben morir!”. Ari, y por lo menos dos médicos judíos, corrieron para salvarlo.

Mientras Bowers proclamaba sus sangrientas amenazas, Ari enfrentó una decisión en una décima de segundo. “Ese era el mismo Robert Bowers que acababa de cometer un asesinato masivo”, escribió Ari en un post de Facebook que se volvió viral. “El Robert Bowers que menos de una hora antes de su arribo llenó de preocupación mi corazón al pensar que mis padres podían estar entre sus víctimas”. El mismo pistolero que “15 minutos antes (me hubiera) disparado en la cabeza sin ningún remordimiento”. Sin embargo, en ese instante crucial, Ari no lo dudó. Él corrió hacia Bowers y se unió a otros médicos judíos para salvar su vida.

Ari Mahler, Facebook

Ari escribió que al crecer enfrentó mucho antisemitismo. Sus compañeros le dejaban en su banco escolar dibujos que retrataban a su familia siendo llevada hacia las cámaras de gases. Encontró esvásticas grabadas en su casillero y notas que decían: “Muere judío. Amo a Hitler”. Él nunca le dijo a nadie, porque sabía que contarlo “sólo llevaría a consecuencias mucho peores”.

En cambio, Ari “se escondió detrás de su miedo” y minimizó su judaísmo, el cual conllevaba connotaciones despectivas. En su post, Ari escribió que no le sorprende que el ataque haya ocurrido y que debido al incremento del antisemitismo siente que “sólo es una cuestión de tiempo hasta que ocurra el próximo ataque”. Los judíos constituyen aproximadamente el 2% de la población de los Estados Unidos, sin embargo son los receptores de más de la mitad de todos los crímenes motivados por odio religioso. Esconder el propio judaísmo puede parecer una manera sencilla de escaparse del odio.

El hábito de minimizar su judaísmo continuó durante la adultez. Ari resaltaba que podía ser judío pero que no era particularmente religioso. “Decir: ‘No soy tan religioso’ es como decir: ‘No te preocupes, no soy demasiado judío, por lo tanto no soy tan diferente a ti’”, explicó Ari.

Pero el ataque cambió todo. De repente el judaísmo de Ari es algo central. Al enfrentar a Robert Bowers en la Sala de Emergencias, Ari decidió reaccionar no sólo como un profesional de gran entrenamiento, sino como un judío. Bower puede haber proclamado que todos los judíos son malvados y peligrosos, pero eso sólo logró que Ari se sintiera más motivado a demostrar lo contrario. “Sentí que la mejor manera de honrar a sus víctimas era que un judío le demostrara que estaba equivocado y lo tratara con empatía y bondad”.

No es que Ari pensara que Bowers repudiaría su antisemitismo si se daba cuenta que un judío le salvó la vida, y tampoco le importa lo que Bowers piensa. El asesino agradeció a sus médicos y enfermeros por haberle salvado la vida, pero eso no emocionó a Ari: “Estoy seguro de que no tiene la menor idea de que yo soy judío”, señaló. “¿Por qué agradecerle a un enfermero judío cuando 15 minutos antes me hubiera disparado en la cabeza sin el mínimo remordimiento? No le dije ni una sola palabra sobre mi religión. Decidí no decirle nada durante su estadía”.

En cambio, Ari usó los medios sociales, porque quiere que el resto de las personas sepan por qué eligió tratar a Bower con profesionalismo y atención, por qué decidió ignorar el odio del paciente que tenía frente a él y mantenerse fiel a sí mismo, dispensando su atención habitual. “Por amor, por eso lo hice”, explica Ari. “El amor como un acto es más poderoso que las palabras, y el amor en frente del mal le da a la gente esperanza. Demuestra humanidad. Reafirma por qué todos estamos acá. El sentido de la vida es dar significado a la vida, y el amor es la máxima fuerza que conecta a todos los seres vivos”.

“No podría importarme menos lo que piensa Bowers”, escribió Ari, “pero a ti, que lees esto, el único mensaje que quiero transmitirte es un mensaje de amor”.

Tras el atraque en Pittsburgh, Ari y los otros profesionales médicos judíos recibieron mucha atención de la prensa debido a su judaísmo. “Cuando era un niño. Ser llamado ‘El judío xxxx’ sin dudas tenía connotaciones despectivas”, señala Ari. Al principio le resultó raro ser llamado “el enfermero judío” en los informes noticiosos. Ahora que decidió contar su propia historia, quiere que el mundo sepa que, para él, ser judío es algo positivo.

Al enfrentar cara a cara un mal inexplicable, el hecho de ser judío le dio a Ari Mahler el coraje para defender sus creencias, para ser decente, bondadoso y para actuar como un vedadero mensch.

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