Joan Rivers, ¿podemos hablar?

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Joan utilizó su mordaz ingenio para defender a Israel y al pueblo judío.

El 8 de junio de 1933 nació la pequeña Joan Alexandra Molinsky. Sus padres, Beatrice y Meyer, eran inmigrantes judíos provenientes de Rusia, y criaron a sus dos hijas primero en Brooklyn y luego en Larchmont, Nueva York. Joan obtuvo su membresía en la Sociedad Phi Beta Kappa desde la institución educativa Barnard College en 1954, y antes de ingresar en el mundo del espectáculo trabajó como guía turística en el Centro Rockefeller, como escritora en una agencia publicitaria y como consultora de modas en la tienda de ropas Bond Clothing Store. Cambió su nombre a Joan Rivers cuando entró al mundo de la actuación y en febrero de 1983 se convirtió en la primera mujer comediante en actuar en el Carnegie Hall. Joan se hizo famosa por su audaz sentido del humor y por su insistencia en decir las cosas “como son”.

A pesar de que Joan no era una judía observante, de todas formas era miembro del Templo Emanuel en Nueva York y a menudo declaraba públicamente que “amaba a Israel”. En medio de la operación Margen Protector Joan le dijo a los medios: “Déjenme decirles que si Nueva Jersey estuviera lanzándole cohetes a Nueva York, los borraríamos del mapa […] palestinos, no pueden lanzar misiles y esperar que la gente no se defienda […] ¡no se atrevan a poner depósitos de armas en hogares privados! […] Ellos comenzaron. ¡Están todos locos! […] ¿Cómo lo sé? Porque he estado allí. Así es como lo sé. Y me gustaría que el mundo lo supiera. Y la BBC debería estar avergonzada de sí misma y la CNN debería estar avergonzada de sí misma y todos deberían parar con esto”.

Cuando Joan murió la tarde del jueves a los 81 años luego de una serie de complicaciones cardíacas producto de una cirugía de rutina, el pueblo judío perdió a una de sus voces más francas y directas. Puede que no apreciáramos los chistes de Joan o su humor satírico, pero sí podemos aprender de ella su coraje y fortaleza. Aquí hay diez citas que nos enseñan cómo ir tras nuestros sueños y pararnos firmes por lo que creemos:

1. Aprecia el momento: “El ayer es historia. El mañana es un misterio. El hoy es un regalo de Dios, por eso lo llamamos ‘presente’”.

2. Sé agradecido: “Disfruto la vida mientras las cosas ocurren. No me importa si son cosas buenas o malas. Eso significa que estás vivo. Hay cosas ocurriendo”.

3. Revisa tus creencias: “No sigas ningún consejo, no importa cuán bueno sea, hasta que no sientas en lo profundo de tu alma y concluyas en tu mente que es un sabio consejo”.

4. Habla: “Me hice famosa por decir lo que los demás piensan”.

5. Aprende a sonreír: “La vida es muy dura. Si no te ríes, es dura”.

6. Sé fiel a ti mismo: “No estoy en el círculo íntimo de nadie. Siempre he sido una forastera”.

7. Persigue tus sueños incluso cuando el mundo intente arrebatártelos: “¿Qué van a hacer? ¿Despedirme? Ya me han despedido antes. ¿No me van a contratar? Ya he estado sin trabajo antes. No me importa”.

8. Enfrenta tus miedos: “Vivo para estar sobre el escenario, pero estoy aterrada. Estoy aterrada antes de cada actuación”.

9. Utiliza cada oportunidad: “Fui lo suficientemente inteligente como para entrar por cada puerta que se abrió”.

10. Ten confianza en tu trabajo: “Puedes encontrar mi libro en tu librería favorita, y si no está ahí, entonces búscate otra librería favorita”.

Pero el mayor legado que Joan Rivers le dejó al mundo fue su famosa expresión “¿Podemos hablar?”. Joan fue una persona que vivía su vida como un conector, como alguien que quería llegar tanto a pequeñas como grandes audiencias y compartir sus ideas y desafíos con otros. En 1997 Joan publicó un sincero libro en el que describía su lucha con la bulimia luego de la muerte de su esposo. Y a pesar de haberse sometido a numerosas cirugías plásticas, Joan era muy abierta respecto a sus continuos desafíos con su propia imagen, lo cual culminó en la publicación de su libro superventas Los odio a todos partiendo por mí misma.

Hablar nos ayuda a salir de nuestro ensimismamiento y de nuestro mundo autosuficiente. No tenemos por qué enfrentar nuestros desafíos solos. ¿Podemos hablar? ¿Podemos compartir nuestros desafíos y nuestros logros con otros? ¿Podemos estar orgullosos de quienes somos y de donde venimos? ¿Podemos hablar? ¿Podemos aprender a reír a pesar de que la vida es dura? ¿Podemos recordar cómo reír con otros a pesar de que tengamos formas distintas de ver las cosas?

¿Podemos tomar estas valiosas lecciones de Joan Rivers y usarlas para cambiar nuestras vidas? Hablar cuando debemos hacerlo. Enfrentar nuestros miedos. Compartir nuestros desafíos. Intentar llegar al mundo y a nuestro prójimo a pesar de que parezca que no hay nadie escuchando.

¿Hay alguien con quien necesites hablar? ¿Hay algo que has estado esperando para compartir? ¿Hay una conversación que sabes que tienes que tener, pero no te sientes capaz de reunir el coraje suficiente para hacerlo? Intenta usar las dos palabras de Joan: “¿Podemos hablar?”. A veces eso es todo lo que necesitas decir.

Gracias Joan por enseñarnos cómo hablar y cómo compartir nuestros desafíos con los otros. Y gracias por usar tus talentos para defender a Israel y al pueblo judío.

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