La janukiá que transformaron en una esvástica

4 min de lectura

Una familia en Phoenix encontró su janukiá de dos metros convertida en una esvástica.

Naomi y Seth Ellis querían alentar a sus hijos jóvenes a celebrar Januca.

“No hay muchos judíos en nuestro barrio”, explicó Naomi en una entrevista exclusiva con AishLatino.com. Al ver las luces navideñas por doquier, los chicos de Naomi, de cinco, siete y nueve años, querían decorar su casa con “luces” como todo el mundo.

La solución de Seth y Naomi: mostrar su orgullo judío y celebrar Januca afuera. La pareja colocó una estrella de David en su techo y erigió una gran janukiá al aire libre en su casa suburbana en las afueras de Phoenix. La janukiá tenía unos dos metros de alto y proyectaba su cálida luz sobre el patio de la familia Ellis.

La idea de encender la janukiá en la entrada de la casa o al lado de una ventana es publicitar el milagro. La janukiá de la familia Ellis rápidamente hizo eso, dejando que toda la comunidad se deleitara en el resplandor de su luz.

“A los niños les encantó”, explicó Naomi, “y a los vecinos les encantaba también… recibimos mucho apoyo”. La janukiá al aire libre tuvo tanto éxito, que se convirtió en una tradición anual para la familia Ellis y su comunidad.

Pero ese sentimiento de aceptación y seguridad fue puesto a prueba duramente la semana pasada. El sexto día de Januca, la familia se despertó y encontraron su janukiá brutalmente torcida y desfigurada; la janukiá había sido transformada en una esvástica.

Seth fue el primero en ver la esvástica. Estaba muy apurado en su camino al trabajo, así que le envió un mensaje a Naomi, aconsejándole que llamara a la policía. “Me desperté, miré hacia afuera y me asusté”, recuerda Naomi sobre el momento en que vio la enorme esvástica afuera de su casa. Se echó a llorar y llamó a la policía. Mientras esperaba a que llegara la policía, llamó a su hermano en Israel. “Él fue realmente un apoyo”, recuerda Naomi. “Me dijo que tenía que compartir lo que pasó. Que tenía que avisarle a la gente”.

Cuando los oficiales llegaron, ayudaron a Naomi a derribar la gran esvástica. “Estaba conmocionada”, explica Naomi. Por un lado, ella duda que haya sido alguien de su propia calle, de su cálida comunidad. “Es difícil imaginar que haya sido alguien de mi vecindario”.

No obstante, observa Naomi, ella no vive en una avenida principal. Sería difícil que alguien no familiarizado con las calles locales notara su janukiá. Además, dado el tamaño de la janukiá, torcerla y transformarla en una esvástica debe haber tomado un esfuerzo considerable. “Definitivamente requirió un esfuerzo considerable”, explica Naomi. “No fue un hecho al azar”.

“¿Cómo la gente puede estar tan llena de odio y violencia?”, publicó Naomi en las redes sociales más tarde esa mañana. “Pensar que alguien es capaz de invertir tal esfuerzo para herir a una familia, es francamente enfermizo”.

El post de Naomi rápidamente se volvió viral, fue compartido miles de veces y reunió miles de comentarios. Sorprendentemente, muchos de estos comentarios estaban llenos de odio antisemita. Entremezclados con los numerosos mensajes de apoyo para los Ellis, había mensajes de neonazis y militantes islamistas atacando a judíos, publicando caricaturas antisemitas y llenando su post con insultos viles.

En lugar de reaccionar con miedo y pasividad, Naomi decidió responder ante el odio y los prejuicios. Ella compartió imágenes de la janukiá en las redes sociales y le pidió a la gente que tuviera cualquier tipo de información que contactara a la policía. “Si en un comienzo hubiese tenido miedo de erigir una janukiá, no habría puesto una. Pero ahora estamos decididos a seguir adelante y colocar de vuelta la janukiá. No puedo ser una cobarde”.

Cuando sus hijos se despertaron, Naomi les mostró fotos de la janukiá y trató de explicarles lo que había ocurrido. “Les dije que el hecho de reencender la janukiá era un símbolo primordial de Januca, que teníamos que reencender nuestra janukiá y no dejar que lo ocurrido nos deprimiera”.

Seth construyó rápidamente otra janukiá, aún más grande que la anterior —de aproximadamente 2.5 metros de ancho y 3 metros de alto—, y Naomi invitó a toda su comunidad a celebrar con su familia mientras ellos encendían la janukiá la séptima noche de Januca. La respuesta fue abrumadora. Los estudiantes de la escuela local de Jabad asistieron para apoyar a la familia el viernes por la tarde antes de Shabat. Dos rabinos de la sinagoga local asistieron también junto con algunos congregantes. Los vecinos se acercaron para celebrar con los Ellis. Finalmente, al caer el sol, más de un centenar de personas se pararon junto a los Ellis mientras ellos encendían siete luces en su janukiá al aire libre. La multitud recitó bendiciones y todos juntos cantaron canciones de Januca.

Naomi explica que la vandalización de la janukiá de su familia es un “llamado a la acción”. Lo ve como un estímulo para “enseñar empatía y compasión”. "Hay algunas personas ignorantes por ahí, pero no son la mayoría”, dice Naomi.

La familia Ellis espera iluminar su hermosa janukiá al aire libre en el próximo Januca, compartiendo la luz y el calor de su herencia judía con toda su comunidad una vez más.

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