PETA y la deshumanización de los humanos

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Su nuevo video equipara a los seres humanos con los animales.

Me gustan los animales. Durante mi infancia tuve una buena cantidad de mascotas. Estuvo MC Hamster, el conejo Flopsy, nuestro perro Kishka. Como a la mayoría de los niños, me emocionaba más la idea de tener una mascota que la realidad de tener que cuidarla y atenderla cada día.

Pero lo que me quedó grabado es sentirme consternado por cualquier maltrato o abuso a los animales. Después, durante mis años de ieshivá, aprendí que la Torá prohíbe entre sus mandamientos bíblicos ese maltrato (tzaar baalei jaim, en terminología talmúdica).

Una confesión personal: a pesar de ser un ferviente consumidor de carne, casi todas las semanas reviso el sitio web de PETA (Personas por el Tratamiento Ético de los animales), y disfruto al hacerlo. Gran parte de su defensa a los animales llevó a cambios positivos para el bienestar de los animales y me fascina su periodismo encubierto. Pero con el tiempo comencé a detectar en la ideología de PETA un componente tácito pero siempre presente y completamente no kasher.

Desde la perspectiva bíblica, los seres humanos somos los guardianes de la tierra (ver Génesis 1:26) y como tales estamos obligados a cuidar y mostrar compasión por las criaturas vulnerables y por el medio que las rodea. Podemos comer animales, siempre y cuando los sacrifiquemos de una forma humana, y podemos utilizar su fuerza bruta o sus pieles suaves si es necesario. Pero nunca podemos abusar innecesariamente de ellos.

PETA piensa de otra forma. A los ojos de PETA no es suficiente ejercer compasión al utilizar los animales para el bien de la humanidad. Incluso el sacrificio más humano es algo barbárico. Este mismo calificativo general se aplica a la utilización de cualquier producto que tenga una fuente animal, sin importar lo humanamente que se haya procedido para procurarlo y sin importar cuán necesario el mismo pueda ser para la humanidad. ¿Por qué? Porque ellos consideran que en esencia los seres humanos y los animales son lo mismo. El asesinato de una persona o de un cerdo es un asesinato, y ninguna necesidad puede llegar a justificar un asesinato.

La ideología de PETA quedo plenamente manifiesta en su campaña publicitaria en el 2003: “El holocausto en tu plato”, en el cual los carteles publicitarios comparaban imágenes del holocausto con imágenes de prácticas agrícolas modernas. En un aviso, la imagen estaba dividida entre una fotografía de niños judíos en un campo de concentración, vestidos con trajes de prisioneros y detrás de un alambrado de púas, y otra fotografía de pequeños cerdos mirando a través de los barrotes de una especie de criadero. El título era: “Asesinos de niños”.

En otro aviso se veía la fotografía de hombres extremadamente demacrados acostados en la barraca de un campo de concentración, junto a una foto de pollos encerrados en gallineros. El título: “Para los animales, todas las personas son nazis”.

PETA es famoso por su afinidad a las publicidades fuertes y estremecedoras, destinadas a despertar las sensibilidades y ganar al público, pero por debajo se encuentra la ideología de comparar el sufrimiento humano con el animal y la muerte humana con la muerte animal.

Recientemente, PETA lanzó un nuevo video con la voz y las palabras del rapero RZA titulado: “No somos diferentes de una manera importante”. En el video se ven rostros humanos que lentamente se transforman en otros rostros y eventualmente se convierten en rostros de animales. RZA dice:

Todos somos lo mismo en todo lo que importa. No importa cómo nos vemos. Cuántos años tenemos, qué idioma hablamos o a quién amamos. No importa si tenemos piel o plumas o escamas, el largo de nuestra nariz o la cantidad de patas. No somos diferentes de una manera importante. Todos tenemos pensamientos y sentimientos. Todos sentimos amor y dolor, soledad y alegría. Todos podemos entender pero no siempre entendemos a los demás. Nos sentimos separados del resto, pero ninguno de nosotros merece ser tratado con menos respeto. Nuestra tarea debe ser liberarnos del prejuicio, y vernos a nosotros mismos en todos los demás.

Al final del video, aparecen en la pantalla estas palabras: “Acéptalo: adentro de cada cuerpo, hay una persona”.

A los ojos de PETA los humanos en verdad “no son diferentes de una manera importante” y dentro de cada animal “hay una persona”. Esto es la máxima equiparación de un humano con un animal. Si alguien cree que una persona no es diferente a un animal, entonces este video dice algo válido. Porque sin un alma divina, “la superioridad del hombre sobre la bestia no existe, porque todo es vanidad” (Eclesiastés 3:19). Si en esencia somos lo mismo, tal como sugiere PETA, ¿qué derechos tenemos sobre los animales? (Y también se puede argumentar lo opuesto. Si en el fondo somos animales, ¿por qué tenemos que comportarnos de forma diferente a un animal?)

El judaísmo cree que el hombre es muy diferente a un animal. Sólo el ser humano, que fue creado con un alma divina y a imagen y semejanza de Dios, es responsable de elevarse por encima del instinto y tomar decisiones morales. Precisamente es la naturaleza diferente del hombre lo que hace que sea responsable de cuidar a los animales vulnerables que lo rodean y no aprovecharse de ellos, algo que prácticamente no existe en el reino animal. Porque a diferencia de los animales en los bosques, las selvas y las estancias, sólo el hombre fue dotado con la consciencia para considerar qué es correcto y qué es incorrecto y con el libre albedrío para actuar de acuerdo con ese entendimiento.

Irónicamente, la misma preocupación de PETA por los animales es lo que habla del alma del hombre, lo que precisamente separa y eleva al hombre por encima de la vaca, el cerdo y el pez, y la razón misma por la cual el hombre recibió el dominio responsable sobre la tierra y todas sus criaturas.

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