¿Ayudará la Cirugía Plástica?

3 min de lectura

Un lifting no es la solución al problema real en cuestión.

En el año 2010, los estadounidenses gastaron $10.677.415.674 dólares en cirugía plástica. Eso es mucho dinero. Aparentemente 84.685 de los procedimientos fueron realizados en pacientes de 65 años o más. Probablemente podría dejar de escribir aquí. Estos números parecen hablar por sí mismos.

Estipulemos directamente que hay un rol, de hecho, un rol importante, para la cirugía plástica. Hay personas que nacen sumamente desfiguradas. Hay aquellos que sufren traumas – accidentes, quemaduras – para quienes la cirugía plástica es literalmente una salvación. Cuando yo era adolescente, mi perro me atacó. Se agarró de mi cara y no quería soltarme. Tuve cortes en muchos lugares – hasta el hueso o el músculo. Afortunadamente para mí, un cirujano plástico estaba en la sala de emergencias y me cosió. Debido a su habilidad, él fue capaz de mantener las cicatrices al mínimo. Así que estoy personalmente agradecida a la profesión.

26.635 liftings y 24.783 operaciones cosméticas de párpado fueron realizadas el año pasado en pacientes de 65 años y más.

Pero todos sabemos que no se gastaron 10 mil millones de dólares en víctimas de quemaduras en el 2010. Y todos sabemos que el público de más de 65 no estaba curando heridas por trauma o mordeduras de perro. Esto no es especulación. De los más de 84.000 procedimientos citados, 26.635 fueron liftings y 24.783 fueron operaciones cosméticas de párpado (ciertamente no el resultado de quemaduras graves por haber escapado de un edificio en llamas).

¿Qué se supone que debemos hacer con esta información (además de repensar nuestra profesión)? He oído (no tengo apoyo estadístico para esto) que en algunos círculos, es considerado de rigor para una chica operarse la nariz para su cumpleaños número 16. Todos esos tabiques desviados…

No me voy a quejar por nuestra “cultura de juventud”. Ya pasé por eso. Y además me siento vulnerable. Tengo demasiado miedo (y poco dinero) para cualquier cirugía (creo que la Torá prohíbe las cirugías plásticas electivas en donde la motivación es vanidad más que necesidad – un área complicada que requiere honestidad y juicio; consulten con su rabino local) pero no soy inmune a las tentaciones. Puedo ser seducida con la promesa de una crema antienvejecimiento realmente buena o una crema para ojos perfectos.

Tampoco voy a discutir qué tipo de mensaje le estamos dando a nuestras hijas adolescentes; eso debería ser obvio.

Quiero explorar la raíz de este problema, el cual creo que es una latente insatisfacción con nuestras vidas, acompañada con la creencia de que esta cirugía, esta nueva casa, esta joya, este viaje, cambiarán eso. Y todos sabemos que eso es una ilusión. Cuando te despiertas con tu nueva nariz, o tus párpados levantados, sigues siendo tú – con todos tus desafíos y problemas. Nada ha cambiado realmente – excepto por algunos puntos negros y azules y un impacto en tu balance bancario.

En Pirkei Avot, nos enseñan que el hombre rico es aquel que es feliz con su porción. La interpretación básica de esta Mishná es que deberíamos estar contentos con nuestro nivel de bienestar material y no anhelar constantemente más. Este es ciertamente un punto cierto. Pero pienso que el consejo de nuestros sabios es de más amplio alcance. Debemos ser felices con cada aspecto de nuestra porción – si nacimos bajos y no altos, hombre en vez de mujer, en esta familia en particular con sus propios desafíos y oportunidades y no en aquella familia ideal, con aptitud académica pero sin inclinaciones o habilidades musicales, incluso con esta nariz...

Y esto continúa – no solamente con nuestras circunstancias innatas sino con cómo evoluciona nuestra vida. Tenemos que estar felices con esta pareja, este trabajo, esta casa, esta comunidad – y estos inevitables signos de envejecimiento.

La clave para la insatisfacción es mantener una constante lista de "si tan sólo", o albergar la errada creencia de que las circunstancias externas son la clave para la felicidad.

Debemos dejar de mirar en el espejo y empezar a mirar a nuestro alrededor para ver quién necesita ayuda.

La buena noticia sobre estas estadísticas (aparentemente compiladas por la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética) es que ¡al menos un segmento de la población sigue teniendo trabajo bien remunerado! Pero la noticia triste es el nivel de insatisfacción. Que a su vez parece reflejar el nivel de ilusión.

La realidad es que solamente una vida de propósito y significado puede sacarnos de este enfoque en las expectativas no cumplidas o fantasías instantáneas. Debemos dejar de mirar en el espejo, debemos dejar de comportarnos como adolescentes que no pueden ver un espejo sin arreglarse el cabello, y empezar a mirar a nuestro alrededor para ver quién necesita ayuda. No quiero ver que ningún cirujano plástico pierda su trabajo pero ciertamente pienso que si nos lo proponemos, probablemente podríamos encontrar un mejor uso para esos diez mil millones de dólares. Y creo que después de pasar un día ayudando a otros, empezaremos a encontrar ese escurridizo sentido de satisfacción, e incluso podremos llegar a sentir un poco de felicidad.

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