Cábala 11 – Gevurá: La Fuerza del Juicio

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La quinta de las diez sefirot (gevurá) es la segunda sefirá de acción y trae estricta justicia al mundo

Gevurá o "fuerza" es usualmente entendida como la manera en que Dios castiga al malvado y juzga a la humanidad en general. Es la base de la severidad, la adherencia absoluta al pie de la letra de la ley, y la estricta imposición de la justicia. Todo esto contrasta con "jesed" o "bondad" que implica misericordia y perdón (ver artículo anterior: Jesed, El Mundo Está Construido Sobre Bondad).

Entonces, nosotros decimos que las principales maneras a través de las cuales Dios actúa son la bondad y la indulgencia de jesed, contra la severidad y la inclemencia de gevurá. Es llamada gevurá (fuerza) por el poder y la furia del juicio absoluto de Dios.

Aunque la interpretación coloquial no está mal, las raíces de gevuráson más profundas que el mero sentido de severidad y juicio.

Para entender el sentido más básico de gevurá, retornemos al acto de la creación, que conllevó jesed ilimitado. Los rabinos nos enseñan que:

Cuando Dios dijo "Que se haga el firmamento", el mundo continuó estirándose y expandiéndose, hasta que Dios dijo "¡suficiente!" y quedó paralizado (Jaguigá 12a).

El jesed en sí mismo es infinito. De todos modos, las transacciones que son "medida por medida" se basan en lo que uno merece, y están claramente definidas y limitadas. El segundo elemento limita al primero. Por ejemplo, si se venden bienes por dinero, entonces la cantidad de dinero dada define y limita la cantidad de artículos vendida.

La Inconmensurabilidad Del Jesed

Sin embargo, cuando algo se da sin esperar nada a cambio, no hay límites necesarios puestos en lo que se da. Es verdad, cuando un ser humano actúa en modo de jesed, él está limitado por los recursos que posee, pero Dios es infinito y por lo tanto su jesed es ilimitado.

Cuando Dios dijo "¡Suficiente!" Él estaba presentando un nuevo concepto, hasta ahora desconocido para el mundo: el concepto de "límites" o "fronteras", el concepto de "finito".

¿Pero qué define estos límites? No son límites en la habilidad y los recursos divinos, porque Dios no tiene ninguno. En cambio, son los límites del recipiente. Dios determinó que la relación fuera "algo por algo". Si el hombre tiene suficiente "poder adquisitivo", puede adquirir proporcionalmente; sino, no

Todo el sistema de recompensa y castigo se basa en este atributo de gevurá.

Así todo el sistema de recompensa y castigo se basa en este atributo de gevurá, y es por eso que a menudo se hace referencia a él como midat hadin, el atributo de la "ley" o el "juicio". Desde el momento en que Dios dijo "¡Suficiente!" Su benevolencia no ha sido ni inconmensurable ni infinita; ha sido transada e intercambiada por las acciones del hombre.

¿No es una lástima que Dios, que tiene infinita bondad para dar, limite su entrega a la ínfima cantidad que el hombre es capaz de adquirir? ¿Por qué Dios limitaría Su Bondad?

La respuesta es que si Dios nos tratara solamente a través de la perspectiva de Sus regalos infinitos, entonces tendríamos muchos regalos pero nuestra existencia dejaría de tener sentido. Ya que cualquier cosa en el mundo existiría sólo gracias a Su magnanimidad. Más allá de que nosotros estuviéramos aquí o no, el mundo recibiría y continuaría recibiendo, independientemente.

Pero en cambio, si en el mundo existe sólo lo que nosotros hemos obtenido, entonces nuestra existencia tiene significado.

Si sólo existiera jesed, entonces nuestra existencia sería semejante a la de una persona que es institucionalizada de por vida.

Por ejemplo, imagina una situación en donde una persona necesitada es contratada por un amigo para trabajar en una fábrica. Él trabaja haciendo baratijas y recibe un salario razonable. Un día él viene a la fábrica tarde en la noche y ve que un camión levanta todas las baratijas que él produjo y las tira a la basura. Él se da cuenta que su supuesto "trabajo" es en realidad solamente caridad y su trabajo es insignificante.

¿Piensas que continuaría trabajando?

Ampliemos esta ilustración. Una persona enferma es totalmente dependiente de quienes proveen asistencia médica, y de proveedores financieros. Se ocupan de todas sus necesidades, y aun así, comienza a marchitarse mental y emocionalmente. Siente que no existe como persona. Su existencia es simplemente la generosidad y bondad de otra gente. Solamente cuando las acciones de una persona tienen alguna importancia, sólo ahí es consciente de su propia existencia independiente.

Existe una poderosa paradoja. Por una parte, somos conscientes de este atributo de gevurásabiendo lo difícil que es tener éxito en este mundo, en donde cada acto es examinado y juzgado, y en donde sobrevivimos por la fuerza de nuestras propias acciones. ¡Y aun así es la única manera en la que podemos sobrevivir! Si sólo existiera jesed, entonces nuestra existencia sería semejante a la de una persona que es institucionalizada de por vida. Es verdad, a una persona en estas condiciones no le falta refugio, ropa o comida, pero no existe como un ser humano capaz.

Gevurá Como Una Restricción

Los rabinos enseñan: Al principio Dios quiso crear el mundo sólo con el atributo de justicia... dado que la real existencia del hombre es a través de la justicia.

Esta declaración puede parecer desconcertante porque implica que el mundo fue ideado para ser creado con el atributo del juicio. ¿No declaramos en nuestra lección previa que la creación es forzosamente un acto de jesed, que por definición el primer acto debe ser jesed?

La respuesta es que no podemos confundir el acto de creación con el modo de vida dentro de la creación.

Por ejemplo, analicemos una pareja de padres criando un hijo, o un hombre rico decidiendo otorgar caridad a un pobre. Los dos se dan cuenta de que la mejor manera de ayudar a una persona es proveerle los medios para que se sustente independientemente. Los padres proceden dándole al niño una excelente educación y el hombre rico le da al hombre pobre un trabajo. En ambos casos el acto inicial fue jesed. No fue una consecuencia, y no es a cambio de un favor previo o en anticipación de una futura ganancia. Pero en ambos casos, el jesed inicial ha provocado la existencia de la relación.

Es en este sentido que los rabinos nos enseñaron que la creación fue un acto de jesed, pero la interacción constante y la base para la futura existencia debería haber estado basada en la estricta justicia, aunque no fue así finalmente (veremos más adelante cómo fue cambiado esto).

Hay otro punto concerniente a gevurá que amerita una discusión. La palabra gevurá significa literalmente "poder" y "fuerza". A primera vista es interpretada como la furia de Dios castigando a los malvados, lo que a nosotros nos parece un acto de poderosa conquista.

Dios no necesita "matar" a alguien; Él simplemente se abstiene de darle vida.

Pero esta es una metáfora confusa. La manera principal de castigar de Dios es la negación del bien que hubiese podido dar. Dios no necesita "matar" a alguien; Él simplemente se abstiene de darle vida. No necesita empobrecer una nación; Él simplemente deja de darle lluvia. Gevurá es principalmente un acto de limitación y restricción.

¿De qué manera se demuestra este "poder" y esta "fuerza" de la gevurá?

La respuesta yace en la enseñanza de nuestros rabinos acerca del carácter humano:

¿Quién es una persona fuerte? Quien sublima sus propias pasiones. (Éticas de Nuestros Padres 4:1).

Nuestros rabinos nos enseñan dos puntos extraordinarios en este dicho aparentemente simple y piadoso.

En primer lugar, la fuerza para resistir un deseo interno necesita ser más grande que la oposición para resistir una fuerza externa. ¡Muchos soldados valientes han sucumbido ante la adicción personal!

En segundo lugar, contener un deseo básico requiere más poder que una explosión ocasional de grandeza. Si el ataque es la mejor defensa, es porque contener al enemigo es más difícil que subyugarlo.

Tomemos ahora esta analogía (guardando las proporciones, por supuesto) y comparémosla con la relación entre Dios y el hombre.

La fuerza primordial en el mundo es jesed. Es una manifestación del deseo de Dios de darle al hombre lo que sea posible. La segunda fuerza, gevurá, restringe la fuerza básica de Providencia Divina y Lo invita a no dar.

Imagina un padre mirando a su bebé luchando para caminar. A medida que el bebé se cae una y otra vez, el padre debe juntar cada pedacito de fuerza interna para no extender la mano. Esto es gevurá en su máxima expresión.

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