5 poderosas lecciones sobre dar

4 min de lectura

Cómo el libro “29 regalos” cambió mi vida.

Un mes después de su boda, Cami Walker, de 33 años, fue diagnosticada con esclerosis múltiple (EM), una enfermedad autoinmune que afecta los nervios en el cerebro y la medula espinal. Haciendo memoria, ella se dio cuenta de que había estado teniendo muchos síntomas por casi una década, pero que nunca se habían presentado lo suficientemente cerca uno del otro como para que los doctores identificaran la EM. A medida que la EM progresa, trae consigo innumerables síntomas debilitantes y agonizantes; Walker apenas podía caminar, estaba constantemente con intenso dolor y había perdido visión en un ojo. No era sorprendente que estuviera enojada, resentida y deprimida. Su vida como la conocía estaba destruida. La dicha de ser una recién casada fue remplazada por frecuentes viajes a la sala de emergencias. Su floreciente carrera en publicidad estaba arruinada. No tenía nada más que frascos de pastillas y su propia miseria.

Al no tener nada que perder, tomó el poco convencional consejo de su mentor espiritual de dar 29 regalos durante 29 días. En su libro, 29 Gifts (29 regalos), ella describe su sorpresa al hacerse más fuerte a medida que se enfocaba en lo que ella podía dar. Encontró reservas ocultas de optimismo, fe y generosidad. Al final de los 29 días, estaba trabajando media jornada, caminando, y sus niveles de dolor eran manejables. Y tanto su pasión por vivir como su firme creencia de que su vida tenía un propósito único, se reavivaron.

El desafío de Walker resonó profundamente conmigo, ya que mi esposo sufre de fibromialgia (también una enfermedad crónica autoinmune). He presenciado con mis propios ojos todos los desgastantes desafíos de una enfermedad crónica. Independientemente de si uno sigue o no el proyecto de los “29 regalos”, las lecciones de su proyecto y el movimiento que ella ha encabezado muestran cómo una mentalidad de dar nos proporciona una existencia más significativa y alegre.

1. Los regalos más significativos no son físicos

Los regalos más significativos que podemos dar no cuestan ni un solo centavo. La lista es interminable: El tiempo es un lujo en estos días; darles a tus hijos o a tus seres queridos atención completa. Una llamada a una amiga en una situación difícil. Un abrazo a alguien que se ve que lo necesita. Un email a una vieja amiga para decirle que estás pensando en ella. Una visita a un pariente anciano. Preparar la cena para tu familia. Recoger a los niños de la escuela incluso si no es tu turno. Un oído dispuesto a escuchar a alguien que necesita descargarse. Una sincera palabra de agradecimiento a un colega que trabaja duro.

2. Sin importar cuán limitado seas, siempre tendrás algo para dar

Walker estaba severamente limitada: físicamente, económicamente y emocionalmente. Pero una vez que volteó su mirada hacia fuera y se enfocó en lo que ella tenía para dar, encontró que tenía una abundancia de recursos inesperados para compartir con el mundo. Darle un pañuelo a una amiga que lloraba en su grupo de apoyo mostraba que le importaba y que sentía su dolor. Escasez o abundancia es una perspectiva, no una realidad. Cuando sentimos que no tenemos suficiente, nos enfocamos en lo que nos falta y nos sentimos avaros y asustados. Cuando nos damos cuenta de cuán bendecidos somos y cuánto tenemos para ofrecerle al mundo, empezamos a sentirnos agradecidos y valiosos.

3. La forma cómo nos vemos a nosotros mismos influencia nuestra vida

Vernos a nosotros mismos como “carentes”, como que nos falta algo, genera que entremos en una modalidad de auto preservación. Nos aferramos a lo que podemos: tiempo, energía, dinero, inversión emocional. No confiamos en que hay suficiente y vivimos con miedo de ser despojados. Pero al escoger vernos a nosotros mismos como conductos de la infinita bondad de Dios, podemos darnos cuenta que hay abundancia de recursos y que no tenemos que ser avaros. Esto lleva a generosidad y a una habilidad de dar sin temor a que nos falte. Y como resultado, nos conectamos más con las personas a nuestro alrededor.

4. Ser un receptor amable

Walker cuenta una historia de cómo su acupunturista (además de darle tratamientos gratis), la llevaba de ida y de regreso a su oficina en medio del pesado tráfico de Los Ángeles. Ella estaba luchando para aceptar esto hasta que se dio cuenta que aceptar amablemente era la mejor respuesta que podía haber.

Es fácil sentirse mal cuando las personas son amables con nosotros. No nos sentimos merecedores de recibir amor. “No deberías haber comprado nada”, decimos menospreciando la amabilidad. Pero cuando las personas hacen cosas o nos dan regalos, ellos quieren que estemos felices. Así que sé amable. Deja de lado tu incompetencia y cree en que sí eres merecedor/a de recibir amor. Recibir amablemente es un gran regalo en sí mismo que trae mucha alegría al dador.

5. Darse a uno mismo es crucial

Dar conscientemente significa saber discernir cuándo necesitas darte a ti mismo. Tu cuerpo es el vehículo que Dios te dio para expresar el potencial de tu alma, así que sé amable con él. Asegurarte de que tengas una buena noche de sueño y una comida saludable, y dedicar tiempo para hacer ejercicio es igual de importante que darles a otras personas. Emocionalmente, uno también necesita nutrirse a sí mismo. Darte a ti mismo reconocimiento y cumplidos, y también perdonarte por tus errores, es el punto de partida para darle a otros. Tu alma también necesita nutrirse; necesita aprendizaje, relaciones e inspiración para seguir avanzando. Estas cosas no son egoístas sino que son lo que nos permite dar a otros en el futuro.

EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.