Nuestras debilidades son la llave a la grandeza

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Todos tenemos rasgos negativos de carácter. Lo que importa es cómo los utilizamos.

El desarrollo del carácter judío nos dice que cada uno de nosotros posee una cualidad dominante en nuestra personalidad. Finalmente, el uso o mal uso de esa característica, decidirá si acabamos nuestra vida en cifras rojas o verdes.

Ninguna característica del carácter es puramente negativa. Todas tienen usos negativos, pero inclusive las que parecen puramente negativas pueden ser canalizadas en acciones positivas. Lo que cuenta no es la característica que tengas, sino cómo la utilizas.

Por ejemplo, alguien con una naturaleza muy temperamental no está obligado a "descarrilarse". Puede controlar cómo utiliza esa tendencia. Puede canalizar su enojo hacia la injusticia y ser perseverante cuando otra persona se daría por vencida. Puede utilizar su enojo para lograr cosas positivas, o puede utilizarlo en forma destructiva, probablemente arruinando su vida.

La clave está en utilizar con sabiduría lo que tienes. Los aspectos de tu personalidad son tus recursos naturales más grandes; lo que hagas con ellos depende de ti.

La recompensa proviene de tu trabajo

La persona que trabaja sobre sí misma, y aprende cómo utilizar los aspectos dominantes de su personalidad para propósitos positivos y constructivos, merece alabanza. No puedes obtener crédito por controlar un trabajo que no tienes. Entonces, una persona con una naturaleza relajada no se ganó el título de "paciente", pero la persona que suele enojarse y se sobrepuso a su naturaleza feroz, sí lo obtendrá.

Las luchas que tuvo que enfrentar para crear ese temperamento equilibrado le da a su comportamiento una intensidad y una pureza especial.

De la misma forma, no puedes decir que una persona temperamental, que siempre se escapa de las situaciones, controla su temperamento. Tiene todavía su temperamento y su naturaleza agresiva. Siempre está latente, pues nunca trató de sobreponerse a el o darle un uso positivo.

Controlar las tendencias negativas y canalizarlas en forma positiva es una parte muy grande de la lucha de una persona justa. Esto es el crecimiento verdadero.

Donde tienes la dificultad, ahí es donde puedes ser puro

Irónicamente, las áreas en donde te comportas de la peor manera son las áreas en donde puedes ser más puro.

Presta atención a las áreas que ves como debilidades. Tu tendencia a transgredir en un área en particular es una señal de que ese aspecto de tu personalidad es un fundamento básico de tu composición y un área de posible fuerza para ti.

Hay dos indicadores sencillos de estas áreas: Una intensidad de emoción y una frecuencia de ocurrencia. Esto es verdad inclusive cuando están separadas. Si puedes encontrar un área donde coexistan, ¡has encontrado tu lugar! Por ejemplo, si el chisme es algo de lo que eres víctima, probablemente tienes un talento natural para la comunicación y para conectarte con otros – si decides utilizarlo de esa manera.

Una vez que hayas identificado el área a trabajar, mantente con esperanzas. Saber cuál es tu debilidad es un descubrimiento poderoso. La mera identificación es como un tesoro enterrado. Una vez que sepas dónde está el tesoro - dónde está tu defecto - sigue escarbando, inclusive cuando sea difícil. Ahí es donde encontrarás el éxito.

Las áreas en donde te comportas de la peor manera son las áreas en donde puedes ser más puro

La mejor manera de trabajar con tu problema puede ser no atacarlo de frente. Tal vez tendrás que trabajar fortaleciendo otras áreas para causar que tu defecto se atrofie, o canalizar la tendencia de una manera productiva.

Lo más importante es no desalentarte. Puedes fortalecerte con el conocimiento de que no sólo estás quitando algo que te jala para abajo, sino que estás haciendo algo que te puede mover hacia adelante.

El peor abogado del mundo

Después del pecado del Becerro de Oro, Dios le dice a Moshé que va a destruir al pueblo judío, no por lo que hicieron sino porque son “tercos”. El enojo de Dios es detonado no por las acciones del pueblo, sino por la característica interna que causó esas acciones. En respuesta, Moshé le dice a Dios que no los destruya, sino que viaje con el pueblo judío. ¿Por qué? Porque son un pueblo terco.

¿Qué clase de abogado es ese? La misma cosa que le molesta al juez es aquella que el abogado dice que está a favor del acusado.

La característica que causó que Dios nos quiera destruir es la misma característica que nos va a salvar. Los “tercos” son personas que tienen menos posibilidades de cambiar - o admitir sus errores. No escuchan y se mantienen en su posición cueste lo que cueste.

Pero Moshé entendió el otro lado de la terquedad.

Tienes que estar junto a nosotros, le dijo Moshé a Dios, pues ninguna otra nación se quedará junto a Ti.

Una vez que la persona terca decide ser leal a algo, no se aparta de ello.

El pueblo judío, la nación terca, se mantuvo fiel a Dios a través de la historia. No aceptaron falsos dioses. No aceptaron distorsiones de las palabras de Dios. A lo largo de la historia, estuvieron dispuestos a morir antes que abandonar su relación con Dios.

Las otras naciones del mundo cambiaban su afiliación religiosa una vez que eran conquistados, pero la nación terca de Israel siempre fue fiel a Dios. Moisés entendió que puede llevar un gran esfuerzo convencer a alguien que es difícil de convencer, pero una vez convencido no se moverá de su postura fácilmente. Tienes que estar junto a nosotros, le dijo Moshé a Dios, pues ninguna otra nación se quedará junto a Ti.

Nuestra peor característica es también nuestra virtud más grande.

Levántate otra vez

El Talmud nos dice que una persona justa es aquella que se cae siete veces y se levanta. La característica que los define es la acción de levantarse - no la de no caerse nunca.

Cuando trates de refinar tu carácter, darte por vencido puede ser atractivo. Es fácil decirse a uno mismo: "Es demasiado difícil. No puedo hacerlo. Nunca tendré éxito".

La persona justa sabe que debe ser terco y seguir tratando. Una vez que has identificado tu área de debilidad, has encontrado tu área de fortaleza. En los tiempos en que el Templo de Jerusalem estaba construido, el estado de impureza más elevado era purificado mediante una ceremonia que involucraba las cenizas de una vaca roja - la mamá del becerro de oro.

Es decir que el motivo mismo del pecado es la solución.

Una vez que hayas encontrado el área en donde tienes tus mayores problemas, sigue escarbando y sé terco, pues has identificado, simultáneamente, el área de éxito más grande.

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