Deja de estar a la deriva

2 min de lectura

Idea un plan para tener la vida que quieres.

En su nuevo libro Living Forward: A Proven Plan to Stop Drifting and Get the Life You Want, Michael Hyatt y Daniel Harkavy lidian con esta pregunta básica: “¿Cómo puedes alcanzar la vida que quieres vivir?”.

Uno de los obstáculos principales a superar es lo que Hyatt y Harkavy llaman: andar sin rumbo. Todos tenemos la tendencia a andar sin rumbo o a desviarnos de nuestras intenciones en la vida. Es como si estuvieras en el océano y perdieras la costa de vista, pero sin darte cuenta hasta haberte alejado muchos kilómetros. Este andar a la deriva puede ocurrir en nuestra carrera, en nuestro matrimonio, con nuestra salud o en otras áreas que son particularmente importantes para nosotros.

Estar a la deriva es resultado de cuatro factores diferentes:

  • Ocurre cuando tenemos desconocimiento. No tenemos un plan para lo que queremos y, por lo tanto, no sabemos cuál es nuestro objetivo.

  • Ocurre cuando estamos distraídos. Estamos tan enfocados en un área de nuestra vida que ignoramos las otras. Por ejemplo, puede que estés construyendo tu empresa e invirtiendo gran cantidad de tiempo y energía en ella durante muchos años. Luego, un día, puede que adviertas que tu matrimonio está en problemas porque lo descuidaste por completo.

  • Ocurre cuando estamos sobrecargados. A veces, en el ritmo acelerado de la vida, nos esforzamos para tan sólo mantenernos al día y decimos que “haremos eso después de terminar este nuevo proyecto” o “pensaré en eso en el verano”. En realidad, esas a menudo son excusas y terminamos no haciendo nunca lo que dijimos que haríamos.

  • Ocurre cuando somos engañados. En ocasiones creemos que no podemos hacer cosas o producir cambios. En esos casos, puede que nos estemos engañando (y pensamos que no podemos cambiar…).

Estar a la deriva lleva a confusión y dolor por oportunidades perdidas y el daño colateral que le trae a nuestra vida, como matrimonios destruidos, hijos alienados y la neblina de la insatisfacción.

Planificar la vida es exactamente lo opuesto a estar a la deriva. Estar a la deriva implica pasividad, planificar la vida implica proactividad. Estar a la deriva involucra culpar a los demás por nuestras circunstancias, planificar la vida es asumir la responsabilidad. Estar a la deriva es vivir sin un plan, planificar la vida es tener un plan y trabajar en él.

Un plan para la vida es un documento breve, usualmente de entre cinco y quince páginas, que puedes leer fácilmente a diario o semanalmente. En la jerga judía, se denomina jeshbón hanéfesh, un ‘recuento espiritual’ que expresa tu objetivo en la vida y los objetivos claramente definidos por los cuales estás comprometido a luchar.

Es creado por y para ti. Describe cómo quieres ser recordado y expresa tus prioridades personales. También brinda las acciones específicas necesarias para llevarte desde donde estás hasta dónde quieres ir en las áreas principales de tu vida.

Hazte estas tres profundas preguntas y escribe tus respuestas:

¿Cómo quiero ser recordado?

¿Qué es lo más importante?

¿Cómo llego desde aquí hasta donde quiero ir?

Tu vida será diferente. Obtendrás claridad, sabrás dónde quieres terminar y los pasos que necesitas dar para llegar allí. Con coraje, di sí a lo que es realmente importante y vive tu vida con enfoque y pasión.

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