Escalando nuestra propia montaña

5 min de lectura

5 estrategias para conquistar tus metas.

El miércoles 13 de enero del 2015, Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson completaron lo que muchos llaman “la roca más difícil de escalar del mundo”. Ellos escalaron el muro Amanecer —de 1.000 metros de altura— de la montaña “El Capitán”, en el parque nacional de Yosemite, sin usar ayuda para escalar, solamente con cuerdas de seguridad en caso de caídas. Durante el curso de la escalada, que duró 19 días, los hombres lucharon contra tormentas que los hicieron aferrarse al muro con todas sus fuerzas, dedos ensangrentados, clima extremo y agotamiento. Caldwell enfrentó una desventaja adicional: habiendo perdido su dedo índice izquierdo en un accidente en el año 2001, completó esta épica escalada siendo capaz de aferrarse a la pared con tan sólo nueve dedos.

Al llegar a la cima, los montañistas se dirigieron a millones de personas que habían seguido su progreso. “Espero que esto inspire a las personas a encontrar su propio muro Amanecer”, dijo Jorgeson. “Hemos estando trabajando en esto durante mucho tiempo, lenta y seguramente. Creo que todos tienen su muro Amanecer secreto que completar algún día, y quizás pueden poner este proyecto en su propio contexto”.

He aquí cinco estrategias que nos pueden ayudar a tener las fuerzas necesarias para conquistar nuestros propios “muros Amanecer”, nuestros propios proyectos y metas.

1. Cambia tu “modalidad por defecto”

Tomar decisiones requiere de mucha energía mental. Cuando nos cansamos, empezamos a optar más y más por la situación “por defecto”, aquello que elegimos cuando nos quedamos sin energías para escoger. Cuando un grupo de investigadores de Alemania empezaron a bombardear a potenciales compradores de autos con grandes cantidades de agotadoras preguntas, pidiéndoles por ejemplo que revisaran 56 colores diferentes para escoger el gris o café preciso, los sujetos comenzaron a escoger las opciones por defecto de los fabricantes de autos, escogiendo lo que fuera más fácil, incluso cuando eso significaba un precio más alto. Una compañía europea de trenes aumentó el número de pasajeros que pagaban tarifas más altas del 9% al 47% mediante convertir sus opciones más caras en el modo por defecto.

Afortunadamente, nuestra tendencia a escoger las opciones por defecto también puede ser usada para tomar mejores decisiones. Un estudio encontró que las tasas de ahorro aumentaron de un 13% a un 80% cuando se hizo automático deducir dinero del pago de sueldo a una cuenta de retiro.

Empieza a buscar formas para convertir elecciones saludables en tu opción por defecto. Considera usar pagos automáticos para ahorrar dinero o para tus instituciones de caridad favoritas. Llena tu cocina de bocadillos saludables para agarrar al paso. Contrata un entrenador personal que venga a tu casa. Haz que sea fácil decir “sí” a las conductas que te ayudan a avanzar en tus metas.

2. Cuando te atasques, usa la “Regla de los 5 minutos”

Todos somos propensos a la procrastinación. Pero a pesar de que procrastinar está asociado con menores niveles de felicidad, salud e ingresos, hacer algo para evitarlo puede ser tremendamente difícil. Un investigador recuerda haber entrevistado a un ejecutivo que tuvo 40 horas de procrastinación para evitar 5 minutos de trabajo.

Los psicólogos han descubierto que una de las formas más efectivas para superar la “montaña de la procrastinación” es forzarnos a realizar el trabajo —sin importar si tenemos ganas o no— por apenas cinco minutos. Esta “Regla de 5 minutos” puede tener resultados sorprendentes: realizar un trabajo difícil incluso por cinco minutos puede dejarnos energizados y enfocados, y en muchas ocasiones podemos incluso completar la tarea que tenemos frente a nosotros. Si después de cinco minutos todavía te sientes agotado y sin motivación, intenta comprometerte a otros cinco minutos de trabajo, luego otros. En palabras judías esto se llama sobornar al yetzer hará, nuestro “yo inferior”.

3. Cree en ti mismo

Durante gran parte de la historia humana, la idea de que alguien podría correr 1.6 kilómetros en cuatro minutos era irrisoria. Los doctores habían descartado la posibilidad y los corredores mismos hablaban de una “pared de concreto”, una imposibilidad física que siempre prevendría que corrieran así de rápido. Esto fue hasta que Roger Bannister, un estudiante de medicina de Oxford, creyó lo contrario. Él entrenó para esta aparentemente imposible meta y en 1954 se convirtió en la primera persona en correr 1.6 kilómetros en menos de cuatro minutos.

Bannister fue tildado de héroe en todo el mundo, pero luego algo extraño comenzó a ocurrir: corredores empezaron a quebrar el récord de Bannister. John Landy corrió la misma distancia en 3 minutos y 58 segundos pocas semanas después del logro de Bannister. Al año siguiente, tres corredores rompieron la barrera de cuatro minutos en una misma carrera. Hoy, el tiempo de Bannister parece algo común y corriente. La fisiología humana no cambió en ese extraordinario año: lo que cambió fueron las percepciones que tenían los corredores sobre lo que es posible lograr.

Visualizar el éxito se ha convertido en una parte poderosa del entrenamiento de los atletas; un estudio reveló que se generaba un aumento en la masa muscular de quienes simplemente “imaginaban” un entrenamiento con pesas. Intenta cambiar tu punto de vista: imagínate a ti mismo alcanzando tus metas. Piensa en los pasos que necesitas para llegar allí y cree en ti mismo.

4. Conéctate con lo Divino

La mayor fuente de energía es nuestra conexión con lo Divino. El Rey David se dio cuenta de esto hace miles de años cuando escribió: “Dios sostiene todo lo que se cae y eleva a aquellos que están inclinados” (Salmos 145:14). El judaísmo enseña que cada uno de nosotros tiene tareas especificas que debe cumplir en su vida, y recibimos las herramientas precisas que necesitamos para alcanzarlas. Conectarnos con lo Divino puede ayudarnos a visualizar nuestras metas y a darnos la fuerza que necesitamos para alcanzarlas.

5. Aprende de todo

El Rey Salomón, considerado el hombre más sabio que alguna vez vivió, hizo una observación muy poderosa sobre la vida humana: “Un hombre justo cae siete veces y se levanta” (Proverbios 24:16). Caerse es parte de vivir. El judaísmo reconoce que incluso los más grandes y más justos inevitablemente caerán. Lo que hace a una persona justa en el judaísmo no es “nunca caer”; los justos se definen por tener la determinación de volver a levantarse, una y otra vez; de seguir intentándolo.

Thomas Edison, quien cuando vivía tenía la mayor cantidad de patentes registradas a su nombre de la historia, también les recordaba a sus admiradores de sus muchas decepciones. “He fallado en mi camino al éxito”, decía él. Sus muchos “errores” fueron realmente oportunidades de aprendizaje. Winston Churchill —quien repitió grados en la escuela, falló el examen para la Academia Militar Real en Sandhurst (¡2 veces!) y perdió la primera vez que se postuló para el Parlamento— explicó el secreto de su éxito: “Nunca cedas, nunca cedas, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca… excepto a convicciones de honor y buen sentido. Nunca, nunca, nunca, nunca te des por vencido”.

¡Buena suerte escalando tu montaña personal!

EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.