Saber que tu vida importa

3 min de lectura

En Rosh HaShaná, identifica tu misión singular y tu responsabilidad de vivir una vida llena de propósito.

Al acercarnos al año nuevo judío, tenemos que entender por qué nuestras vidas importan, para despertarnos con urgencia respecto a nuestra responsabilidad de vivir una vida llena de significado y propósito.

Hay una historia que escuché hace algunos años y que creo que cambió mi vida.

Shmuel Tamir fue ministro en Israel en la época en que Menajem Beguin era Primer Ministro. Muchos años antes, cuando Israel pasó un periodo de terribles dificultades económicas, Tamir sintió que tenía la prerrogativa de hablar con uno de los importantes sabios de Jerusalem, el legendario Rav Aryeh Levin (ampliamente conocido y respetado por su compasión), para pedirle que apoyara una resolución religiosa, aunque Tamir no era observante.

Tamir sintió que debido a las dificultades económicas que había en Israel, muchas parejas no podían mantener de la forma debida a una familia numerosa. Él esperaba que Rabí Levin aceptara permitirles a algunos de sus seguidores efectuar abortos.

Rav Levin se quedó un momento en silencio y luego le dijo:

Me parece muy interesante que usted haya venido a mí con esta pregunta, porque años atrás me vi enfrentado a un dilema muy similar. Vino a verme una pareja joven. Ellos eran estudiantes, ya tenían una niña pequeña y se acababan de enterar que otro bebé vení en camino. Su situación financiera era desesperada. No veían cómo lograrían alimentar otra boca. Ellos me rogaron que les permitiera terminar con la vida del feto.

Les expliqué que aunque yo entendía con todo mi corazón que no sería fácil, había tres razones por las cuales tenían que seguir con el embarazo y permitir que su hijo naciera. La primera era la firme convicción de que podemos confiar en que Dios, Quien da la vida dará también los medios para mantenerla. Dios nos asegura que Él extiende Su mano y mantiene a todos Sus hijos. Debemos confiar que nuestro hijo es también Su hijo; y su Padre nunca lo olvidará.

La segunda razón para mi decisión era su responsabilidad legal. Ellos ya tenían una hija, una niña, pero la ley judía requiere esforzarse por cumplir con el mandamiento bíblico de “ser fructíferos y multiplicarse” y tener también un niño.

Pero la tercera razón para negarme a permitirles abortar era, quizás, la más importante. Ella estaba embarazada y en su interior ya existía un alma sagrada con una misión. Como todos los que habitamos la tierra, cada alma tiene que cumplir un propósito necesario para el mundo, de lo contrario no hubiera sido creada. Les dije que no debían evitar que su hijo cumpliera con su misión, por su propio bien y por el bien de toda la humanidad.

Tamir, decepcionado ante la negativa de Rabí Levin a aceptar su petición, preguntó:

—¿Ellos le hicieron caso y tuvieron al bebé?

—Sí, tuvieron un niño —respondió el Rav Levin.

—¿Y qué pasó? ¿El niño cumplió su misión en la vida? — siguió diciendo Tamir con cierto sarcasmo.

—Esto tendrás que contestarlo. Las personas que vinieron a verme hace tantos años fueron tus padres y tú estás sentado hoy frente a mí solamente porque ellos escogieron hacer lo que les dije. Entonces, déjame preguntártelo: ¿cumpliste tu misión?

Dios nos puso aquí porque nuestras vidas importan: para nosotros y también para el mundo.

Fue un sorprendente desenlace para una historia increíble que resalta la pregunta relevante para cada uno de nosotros al contemplar nuestras propias vidas y la razón para que sigamos presentes en este mundo.

Dios nos puso aquí porque nuestras vidas importan. Nuestras vidas son importantes también para el mundo. Todos somos mensajeros Divinos con una misión. Y en un sentido más amplio, nuestras vidas son importantes para Dios. Él nos puso aquí, por lo tanto no cabe ninguna duda de que tenemos un propósito. El camino a recorrer durante nuestra vida es descubrir cuál es nuestra misión y luego esforzarnos para cumplirla.

Nuestra misión puede girar en torno a muchas cosas. Puede estar concentrada en nuestras familias, nuestros seres queridos y nuestro pueblo, nuestras carreras y profesiones, nuestros talentos y dones Divinos que nos hacen únicos y nos permiten hacer cosas que nadie más podría hacer o jamás haría, y sin las cuales el mundo sería mucho más pobre.

En los días de las Altas Fiestas retornamos a Dios y rezamos pidiendo que nos otorgue vida. Tenemos que dedicar tiempo para identificar nuestra misión única y poder cumplir con nuestro propósito. Al hacer que nuestras vidas importen tenemos garantizado que se nos concederán más oportunidades para cumplir nuestra misión. Que este Rosh Hashaná podamos estar a la altura del desafío. Shaná Tová.

Haz clic aquí para leer el artículo de Sara Rigler: “Identificando tu misión en la vida.

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