Los 5 arrepentimientos más comunes antes de morir

05/02/2024

3 min de lectura

Nunca es demasiado tarde para evitar estos comunes arrepentimientos.

Por muchos años trabajé en cuidados paliativos. Mis pacientes eran aquellos que habían vuelto a casa a morir. Vi momentos increíblemente especiales y estuve con ellos durante las últimas tres a doce semanas de sus vidas.

La gente crece mucho cuando se enfrenta a su propia mortalidad. Aprendí a nunca subestimar la capacidad de una persona para crecer. Algunos cambios fueron fenomenales. Cada uno experimentó una variedad de emociones, como es de esperar: negación, temor, ira, remordimiento, más negación y eventualmente aceptación. Sin embargo, cada uno de los pacientes encontró su paz antes de partir; todos y cada uno de ellos.

Cuando alguien les preguntaba por algún arrepentimiento que tenían, o por algo que harían de manera diferente, algunos temas en común aparecieron una y otra vez. Aquí están los cinco más comunes:

1. Desearía haber tenido el coraje para vivir una vida siendo más fiel a mí mismo, y no la vida que otros esperaban de mí.

Este lamento se repitió en casi todos los casos.

2. Desearía no haber trabajado tan duro.

Esto vino de todos los pacientes masculinos que asistí. Se perdieron la infancia de sus niños y la compañía de sus parejas.

Las mujeres también mencionaban este arrepentimiento. Pero como la mayoría pertenecía a una generación mayor, muchas de las pacientes femeninas no habían trabajado tanto. Todos los hombres a los que asistí se arrepentían profundamente de haber pasado tanto tiempo de sus vidas en la rutina laboral.

Al simplificar tu estilo de vida y tomar elecciones conscientes en el camino, es posible no necesitar el ingreso que crees que necesitas. Y al crear más espacio en tu vida, eres más feliz y estás más abierto a nuevas oportunidades que sean acordes a tu nuevo estilo de vida.

3. Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos.

Muchas personas suprimieron sus sentimientos para seguir el ritmo de los demás. Muchos desarrollaron enfermedades relacionadas con la amargura y el resentimiento que cargaron como resultado.

En consecuencia, se conformaron con una existencia mediocre y nunca se convirtieron en quienes eran capaces de convertirse.

No podemos controlar las reacciones de los demás. Sin embargo, a pesar de que si cambias un poco y comienzas a hablar de forma más honesta con respecto a tus sentimientos es posible que la gente no reaccione bien al principio, al final esto terminará elevando la relación a un nivel completamente diferente. Y si esto no ocurre, al menos liberará tu vida de una relación no sana. En cualquiera de los casos saldrás ganando.

4. Desearía haber mantenido el contacto con mis amigos.

A menudo las personas no se dan cuenta de los beneficios de los viejos amigos hasta sus últimas semanas de vida, y a esa altura no siempre es posible rastrearlos. Muchos han sido tan absorbidos por sus vidas que con el pasar de los años dejaron de lado amigos de oro. Hubo muchos lamentos por no darle a las amistades el tiempo y el esfuerzo que merecían. Todas las personas extrañan a los amigos cuando están muriendo.

Abandonar las amistades es algo normal para cualquiera que tenga una vida muy ocupada. Pero cuando te enfrentas a la proximidad de la muerte, los detalles físicos de la vida se desvanecen. La gente quiere poner sus asuntos financieros en orden hasta donde sea posible, pero no es ni el dinero ni el estatus lo que les parece verdaderamente importante. Quieren que las cosas estén en orden principalmente por el beneficio de sus seres queridos. Pero, usualmente, están demasiado enfermos y cansados para ocuparse de esto. Al final de la vida, lo único que importa es el amor y las relaciones.

5. Desearía haberme permitido ser más feliz.

Este lamento es sorprendentemente común.

Muchos no se dieron cuenta que la felicidad es una elección sino hasta el final. Se aferraron a viejos patrones y hábitos. La rutina y el 'confort' de la familiaridad conquistó sus emociones y también sus vidas físicas. El miedo al cambio los hizo fingir ante los demás y ante ellos mismos, simulando estar alegres. Pero bien adentro añoraban reír como se debe y devolver la alegría a sus vidas.

Cuando estás en tu lecho de muerte, lo que los demás piensan de ti te importa poco. Es maravilloso liberarse y poder volver a reír. No esperes hasta estar en tu lecho de muerte para hacerlo.

La vida es una elección. Es tu vida. Elige con conciencia, con sabiduría, con honestidad. Elige la felicidad.

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