4 pasos para un rezo efectivo

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¿Estoy hablando con una pared? ¿Acaso Dios no sabe qué necesito?

Hay cuatro conceptos que entendemos de forma errónea y que por lo tanto nos impiden comunicarnos efectivamente con nuestro Creador a través del rezo.

  1. Siento como que le estuviera hablando a una pared. Dado que no vemos realmente a Dios ni lo percibimos con ninguno de nuestros cinco sentidos, entonces ¿cómo podemos tener una conversación con Él? Un diálogo en una sola dirección es extraño por decir lo menos, e incluso podríamos decir que es un poco loco.

  1. No tiene sentido rezarle a Dios si Él conoce nuestras necesidades. Él nos dará lo que queremos si realmente lo necesitamos, y no nos lo dará si no lo necesitamos. ¿Cómo puede el rezo cambiar Su opinión?

  1. No pareciera que Dios responde nuestros rezos. A veces rezamos por una persona enferma quien de todas formas muere. O rezamos durante años para encontrar a nuestra alma gemela o tener hijos y nuestras peticiones no son respondidas. ¿Para qué seguir intentándolo?

  1. Los rezos estandarizados son aburridos. ¿Cómo puedes tener una conversación natural con alguien si no puedes decidir qué decir y cuándo decirlo? Eso no se llama comunicación.

Exploremos cada uno de estos puntos y veamos cómo un pequeño cambio de perspectiva puede hacer toda la diferencia.

1. Siento como que le estuviera hablando a una pared.

La mayoría de las personas cree en el poder del rezo. Si vamos atrasados para una reunión importante, estamos buscando un lugar de estacionamiento, debemos dar un examen importante o si un ser querido está enfermo, instintivamente rezamos y pedimos ayuda. Eso significa que en realidad sí creemos que estamos hablando con “Alguien” real.

¿Cuántas veces has hablado con una amiga por teléfono sin dejarla decir ni una sola palabra por diez minutos? Hablaste sin perder tu línea de pensamiento, con pasión e interés, ¡y sin ver o escuchar a la persona que estaba al otro lado de la línea! ¡Estabas tan segura que te estaban escuchando que te las arreglaste para hacer un hermoso monólogo!

Entonces, no es la falta de tangibilidad lo que nos hace perder interés en el rezo; el problema es que no tenemos suficientemente claro cuán real es Dios y no valoramos la increíble posibilidad que tenemos de hablar con Él.

Imagina que te dijeran que el Presidente de los Estados Unidos estará mañana al teléfono a las 8 de la mañana en punto, esperando tu llamada, y que estará listo para darte 20 minutos de su tiempo para escuchar tus preocupaciones y responder tus preguntas.

¿Habría alguna posibilidad de que te quedases dormido o que tuvieras otras cosas que hacer en vez de eso?

Dios, quien es infinitamente más poderoso y benevolente que el Presidente, te ha dado Su número personal y está esperando tu llamada. Cuando reces, medita por unos cuantos momentos sobre el hecho de que te estás comunicando con el Amo del Universo.

2. Dios sabe lo que necesito, entonces, ¿por qué es necesario rezar?

En el sexto día de la Creación, antes de que el hombre fuera creado, está escrito:

"Y ningún árbol de la tierra había crecido y ningún arbusto del campo existía porque no había hombre allí para trabajar la tierra" (Génesis 2:5).

Esto es extraño, ya que en el tercer día de la creación está escrito:

"Y la tierra produjo pasto… árboles de frutas…" (Génesis, 1:12)

¿Dónde estaba todo el pasto que fue creado en el tercer día en el momento en que llegó el sexto día?

Rashi, un comentarista del siglo XI, explica:

"Dado que no había hombre aún para apreciar la necesidad de lluvia, Dios mantuvo el pasto y los árboles bajo la superficie, hasta que vino el hombre, rezo por lluvia, luego llovió y el pasto y los árboles brotaron hacia afuera" (Rashi, Génesis 2:5).

Esta es una idea muy profunda. Desde el principio, Dios tenía la intención de permitirle al hombre disfrutar las frutas y verduras, pasto y árboles, pero Él se aseguró que primero Adán y Eva sintieran la falta, acudieran a Dios para pedirle, y solamente entonces les dio lo que ellos pidieron.

Dios crea una necesidad porque Él desea una relación contigo. Él quiere que tú acudas a Él.

De hecho, tener todo lo que necesitas no necesariamente es una bendición. En la historia de Adán y Eva, la serpiente recibió el siguiente castigo por su participación en el pecado:

"Tú eres la más maldecida de todas las criaturas… sobre tu panza te arrastrarás y tu comida será el polvo de la tierra" (Génesis, 3:14).

Suena como un buen trato: arrástrate por el suelo, ¡y tu sustento estará en todos lados! Los comentaristas explican que Dios le estaba diciendo a la serpiente, "No quiero verte o escuchar de ti nunca más. Aquí está todo lo que necesitas. Que tengas una linda vida. Ahora, vete de aquí".

El Rav Noaj Weinberg zt"l, contó una vez la historia de Steve, quien fue a estudiar lejos de su hogar hace muchos años, cuando no había Internet y solamente existía el correo común.

Pasaron muchas semanas sin que se supiera ni una sola palabra de Steve. Sus padres estaban sumamente preocupados y frustrados. Un día, el abuelo de Steve llegó con una carta en la que Steve detallaba todos sus cursos, su vida social y sus experiencias en la universidad. Sus padres estaban impresionados. "¿Cómo recibiste una carta de él? ¡Nosotros mandamos docenas de cartas y mensajes y no hemos recibido ninguna respuesta!".

"Bueno", dijo el abuelo, "le mandé una carta pidiéndole escuchar todo sobre su vida en la universidad, le dije que estábamos todos preocupados y firmé ‘Tu abuelo que te quiere. P.D. va adjunto un cheque por 100 dólares para que uses a tu discreción’, y no incluí el cheque".

Sí, Dios sabe lo que necesitamos. Pero Él quiere la relación.

Mientras Steve tenía todo lo que quería, él no sentía la necesidad de acudir a sus padres o abuelos sólo para conversar. Pero una vez que se creó una falencia, entonces el pensamiento de tener esos 100 dólares fue suficientemente fuerte como para motivarlo a responder, describir la universidad en profundidad y luego agregar al final, "a propósito abuelo, ¡te olvidaste de incluir ese cheque!".

Sí, Dios sabe lo que necesitamos; después de todo, Él creó esas faltas. Pero Él anhela una relación; quiere que acudamos a Él, que reconozcamos Su presencia y que nos demos cuenta que es la fuente de todo lo que necesitamos.

3. No pareciera que Dios responde nuestros rezos.

Aquí es crucial un cambio de perspectiva: Dios siempre escucha y responde nuestros rezos. De nosotros depende escuchar las respuestas. A veces la respuesta es "no". A veces es "no ahora" o "trabaja en tu paciencia u otra característica y pídeme de nuevo la próxima semana / próximo mes / próximo año".

Debemos evaluar si lo que pedimos es realmente beneficioso para nosotros en el largo plazo. Si lo es, entonces quizás hay alguna otra área en la que debemos crecer antes de poder recibir lo que queremos.

Dios no es una maquina de dulces. El hecho de pedir genera un diálogo. Debemos aprender a buscar las respuestas de Dios, intentar entenderlas y aceptarlas, y luego reevaluar nuestras propias elecciones y peticiones. Y seguir pidiendo, con renovado entendimiento, conciencia, confianza y conexión con Dios.

4. ¿Por qué un rezo estandarizado?

Imagínate que tuvieras que hacer una presentación importante ante una junta de directorio como parte de tu aplicación para una gran beca. ¿Escribirías algunas notas para asegurarte de no olvidar detalles cruciales? ¿Estarías dispuesto a recibir el valioso consejo de expertos del área que conocen muchos "trucos del oficio"?

Al igual que cuando hablas con el Gerente General de una gran compañía, cuando hablas con Dios es importante tener claridad sobre qué es lo que quieres y por qué lo quieres, para alcanzar de esta forma los mejores resultados. Los Sabios de la Gran Asamblea, que estaba compuesta de gigantes de Torá, escribieron los rezos principales que se encuentran en el Sidur, el libro de rezos judío, dándonos una estructura para utilizar cuando nos acercamos a Dios. La estructura nos ayuda a enfocarnos en tres cosas: a Quién le estamos hablando, qué deberíamos pedir, y cómo reconocer de forma correcta y agradecer a Dios por lo que tenemos.

Si el rezo dependiera sólo de nuestro estado de ánimo o de nuestra propia evaluación de nuestras necesidades, entonces lo más probable es que nuestros rezos serían inconsistentes y que les faltaría claridad. Nuestros Sabios nos entregaron secretos privilegiados: estas son las cosas esenciales que debemos pedir. Esto es lo que es realmente importante. El rezo estandarizado sirve como punto de partida para nuestro diálogo con Dios, pero no debería terminar ahí.

Necesitamos incorporar nuestros sentimientos y peticiones personales a la fórmula estándar.

Necesitamos incorporar nuestros sentimientos y peticiones personales a la fórmula estándar; debemos apropiarnos de las palabras. Sin eso, el rezo se reduce a una recitación mecánica de un guión, como las líneas de apertura de una vendedora de telemarketing. ¿Dónde está la relación genuina?

Necesitas "salirte del guión" y hablar libremente con Dios, expresar tus deseos más profundos al tiempo que te mantienes dentro de la fórmula estándar.

Esto requiere preparación, como cualquier presentación importante. Tómate unos cuantos minutos al comienzo del día y piensa sobre tus necesidades personales. Y luego mira el rezo de la Amidá, el rezo principal que incluye 19 bendiciones que abarcan los principales sueños y necesidades del pueblo judío: salud, sustento, sabiduría, redención, paz, etc.

Toma tu lista de necesidades, encuentra la bendición que se asemeja a tu necesidad e inserta tus propias palabras en la bendición, en tu propio idioma con tus propias reflexiones y matices.

Por ejemplo, imagina que tu hijo se ha portado mal últimamente y crees que hoy vas a tener una difícil conversación con su maestro. En ese caso, podrías poner en la petición de sabiduría: "Por favor, ayúdame a encontrar las palabras para explicarle al maestro por qué necesito mantener a mi hijo en la clase; por favor dale al maestro perspicacia para percibir las causas de las dificultades de mi hijo y ayúdanos a ambos a tener la sabiduría de encontrar una solución que sea la mejor para todas las partes involucradas".

Rezo respondido

Yo estudio por teléfono con Yoná, una mujer de Tel-Aviv que se define a sí misma como no religiosa. La semana pasada ella me contó que había atravesado algunas dificultades financieras y que realmente necesitaba un poco de dinero extra para tomarse un tiempo libre para ir a Jerusalem a estudiar regularmente. "Así que me levanté muy temprano una mañana y discutí mi problema con Dios". Antes de las 2:00 p.m. de esa tarde, ella había recibido dos nuevos clientes que hicieron cita para verla, "y estas dos personas están comprometidas a venir por un tiempo y ya me han recomendado a muchas otras personas. Ni siquiera sabía como rezar, ¡pero mis rezos fueron respondidos!".

Yo estaba sorprendida. ¿Esta es una mujer que se autodefine como no religiosa, pero que sin embargo se levanta temprano en la mañana para rezar? Y ella ni siquiera estaba sorprendida de que su rezo fuera respondido. "He estado pensando mucho sobre esta entidad que tú llamas Dios, y me di cuenta que la consecuencia natural de esta creencia en un Ser Infinito es que Él puede hacer cualquier cosa que quiera, que Él tiene todo el poder del mundo y que me escucha cuando le hablo. ¿Cómo podría no aprovechar una oportunidad como esa?".

Yoná entendió el arte del rezo judío. Ella se dirigió a Dios y se conectó con Su presencia y poder; ella tenía la claridad sobre qué necesitaba y por qué lo quería, y habló directamente con Dios, con sinceridad y con sus propias palabras, y luego esperó por una respuesta.

Todos podemos aprender de Yoná. Levanta el teléfono. Dios está esperando tú llamada.

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