5 mitos sobre el amor

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Cinco ilusiones que obstaculizan nuestra habilidad de crear un próspero y amoroso matrimonio.

Con el ‘Día de los enamorados’ acercándose, tenemos una buena excusa para discutir cinco ilusiones sobre el amor que obstaculizan nuestra habilidad de crear un sano, próspero (y sí, amoroso) matrimonio.

1) Si están enamorados, todo será fácil.

Esta es una trampa destructiva en la que muchas parejas caen inconscientemente. Él o ella miran a su alrededor y pareciera ser que todos sus amigos tienen mejores matrimonios que requieren tanto menos trabajo. Están relajados cuando están juntos y pareciera no requerir ningún tipo de esfuerzo. Obviamente hay algo que está mal con su matrimonio porque ellos tienen que trabajar tan duro para comunicarse efectivamente y entenderse el uno al otro.

Sin embargo, tienen que entender que lo que están viendo no es el cuadro completo. No tienen idea de lo que ocurre tras bambalinas. No saben si es realmente un mal matrimonio y están haciendo un espectáculo para las demás personas. O quizás no vieron a esta pareja al comienzo de su matrimonio cuando tuvieron muchas discusiones. No saben si ellos siguen trabajando duro para crear esa dinámica relajada. Es igual que cuando vemos a un atleta talentoso, una bailarina o un patinador artístico, ellos también lo hacen parecer fácil. No debiéramos dejarnos engañar por la superficie.

Nadie tiene un buen matrimonio sin invertir mucho trabajo de manera constante. Si alguien te dice lo contrario, no les creas. Simplemente no es posible. En las sheva brajot que se leen bajo la jupá, decimos que Dios creó la alegría y la felicidad, la novia y el novio. La posibilidad de que un hombre y una mujer que son tan diferentes vivan juntos en alegría es una creación de Dios. Él creó la posibilidad; nosotros tenemos que hacerla realidad. No somos solamente sexos diferentes, somos diferentes tipos de personalidad; tenemos diferentes fortalezas y diferentes debilidades. Tenemos que aprender a trabajar juntos.

2) Si están enamorados, nunca pelearán.

Como toda persona casada sabe, esto también es un mito. Debido a las numerosas diferencias citadas anteriormente, una pareja inevitablemente tendrá desacuerdos. Habrá peleas. Pero eso no es necesariamente malo. La clave es cómo peleas. ¿Lo haces con respeto? ¿Escuchas a la otra persona? ¿Lo que importa es ganar, tu ego o trabajar juntos? ¿Lo importante es tener razón o encontrar una solución? ¿Estás preparado para intentar entender y validar la opinión y perspectiva de tu pareja? ¿Puedes tener una discusión en un tono suave y amable?

Las respuestas a estas preguntas hacen toda la diferencia del mundo y determinan si la disputa será productiva o no, si los acercará o los alejará.

El famoso investigador, John Guttman, apoya la visión de que la pelea misma no es el problema. De acuerdo a sus estudios, la clave es que haya cinco interacciones positivas por cada interacción negativa. Sí, habrá peleas, pero las peleas deben estar opacadas por el placer de la compañía del otro, por los cumplidos y por el disfrute general en el marco del matrimonio.

3) Si están enamorados, saben lo que el otro está pensando.

A pesar de que algunas parejas en matrimonios de larga duración pueden literalmente terminar las frases del otro, nadie sabe realmente lo que el otro está pensando. ¡Y la mayoría de las veces esto es algo bueno! No queremos que nuestra pareja lea nuestros pensamientos, especialmente durante una de las peleas mencionadas anteriormente. El problema surge cuando tenemos expectativas de que nuestra pareja tiene habilidades extrasensoriales.

Nos sorprende que él no supo exactamente lo que tenía que traer a casa para la cena, el regalo de cumpleaños perfecto y que yo quería esas fotos que estaban en el comedor colgadas hoy en la pared (esa última fue para mi esposo; ¡espero que esté leyendo esto!).

La expectativa de que nuestra pareja pueda y deba leer nuestra mente lleva a frustración y discusión. Una vez que aceptamos que eso es imposible, podemos hacer nuestras peticiones clara y elocuentemente y no poner a nuestra pareja y a nosotros mismos en una situación de decepción.

4) Si están enamorados, siempre querrán tener intimidad.

Este definitivamente es un mito impulsado por Hollywood. La mayoría de las parejas hoy en día llevan vidas muy ocupadas con muchas demandas. Sus carreras son agotadoras y la vida con los niños es igualmente agotadora. La mayoría de las personas tienen como desafío encontrar tiempo para estar juntos (y este es todo un tema aparte). Pero el descontento en esta área íntima del matrimonio puede aumentar por la creencia de que es diferente en las casas de otras personas o de que no es normal que no estemos siempre juntos.

Esta es una expectativa irreal fomentada por malas series de televisión y comedias románticas. La vida real es mucho más compleja. Sí, la intimidad es necesaria. Sí, deben trabajar en querer estar juntos (si fuese necesario). Pero no agreguen expectativas irreales al asunto. Resuélvanlo juntos de acuerdo a su situación específica y no se dejen engañar por conversaciones de camarín y títulos de revistas. Todos luchan con este problema e intentan encontrar su camino. No agregues presión innecesaria a la situación.

5) Si están enamorados, vivirán felices para siempre.

Tenía que incluir esta. Aunque puede ser que intelectualmente sepamos la falacia de esta frase, no podemos desmerecer el efecto que los cuentos de hadas y las películas de Disney tienen en nuestras vidas emocionales y en nuestras expectativas. Hay una parte interna de cada quien que piensa que el amor es mágico, que el amor resuelve todos los problemas, que “lo único que necesitas es amor…”.

Sabemos que esto no es verdad, pero tenemos que asegurarnos de que nuestras vidas emocionales están en sincronía con nuestras vidas intelectuales. Y además, tenemos tantas ganas de “vivir felices para siempre”.

Creo que hay que hablar brevemente sobre dos asuntos aquí. El primero es: qué significa vivir “felices”, y el segundo es: cómo lograr la meta de “para siempre”.

Si pensamos que “felices” significa una vida sin problemas ni dolor, entonces nunca seremos felices (esto es verdad tanto si estás casado como soltero) pero si definimos “felices” como mantener una actitud positiva y derivar placer de la relación a pesar de los desafíos, entonces es ciertamente alcanzable.

¿Puedes tener un matrimonio consistentemente feliz, un “para siempre”? Sí. La ironía es que la única forma de alcanzarlo es a través de trabajo duro. Esa es la parte que los cuentos de hadas se olvidan de mencionar. Pero si te entregas por completo a tu matrimonio y tu pareja lo hace también (como en todas las situaciones, esto presupone dos seres humanos emocionalmente sanos), entonces podrás conseguir tu “felices para siempre”, pero tienes que comenzar deshaciéndote de la ilusión #1.

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