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¿Es malo decirle un cumplido a una chica sobre su apariencia?

"Enseñarle a las chicas que su apariencia es la primera cosa que la gente nota, es decirles que las apariencias son más importantes que nada. Esto las prepara para dietas a los 5 años, maquillaje a los 11, implantes de busto a los 17 y Botox a los 23". Esa es la teoría de Lisa Bloom y parte de la motivación para su libro, "Think: Straight Talk for Women to Stay Smart in a Dumbed-Down World" (Piensa: Conversación Directa para que las Mujeres se Mantengan Inteligentes en un Mundo Idiotizado).

Por supuesto que entiendo y soy empática – pero me pregunto si es realmente verdad…

Ciertamente es importante para las chicas (y los chicos) ser valoradas por algo más profundo que su apariencia, su proeza física o incluso sus mentes. De hecho, la Sra. Bloom está bastante enfocada en respetar la inteligencia de las chicas.

Pero pienso que todos deberíamos ir un poco más allá. Deberíamos respetar los rasgos de carácter de las personas.

La inteligencia es un regalo. La apariencia es un regalo. La habilidad atlética es también innata. Algunas personas desperdician sus talentos; podemos aplaudir a aquellos que los aprovechan al máximo.

Pero la verdadera marca de los hombres – o las mujeres – es quiénes son ellos como personas. ¿Trabajan en ser pacientes, amables y comprensivos? ¿Intentan controlar su temperamento, lidiar con los golpes y aceptar las frustraciones de la vida? ¿Están enfocados en lo que es mejor para aquellos a quienes aman – ayudar a sus parejas, hermanos, hijos y amigos a alcanzar su potencial único?

Esas son las cosas reales que queremos enseñarle a nuestras hijas – y, en el interés de no ser sexista, a nuestros hijos también.

Pero aún me queda una pregunta. En ese contexto (y quizás solamente en ese contexto), ¿es tan malo decirle un cumplido a una chica sobre su apariencia? ¿Es realmente algo arriesgado cuyo único posible resultado es la cirugía plástica?

Creo que hay un terreno intermedio. Creo que todas nosotras – niñas pequeñas y niñas grandes también – queremos vernos bien. Y queremos que alguien se de cuenta. Verse bien NO es lo mismo que verse provocativa. La temprana sobre-sexualización de las jovencitas es muy preocupante.

Pero cuando nuestras hijas se arreglan – a los 2 o a los 22 – ellas quieren que las apreciemos. Está en el disco duro de las chicas – y no en la socialización. Maquillaje, joyas y perfume se utilizaban en tiempos bíblicos, mucho antes de la revista Vogue.

El verdadero problema ocurre cuando lo físico es lo único que es valorado, cuando otros logros son minimizados y cuando, en su peor encarnación, lo físico es utilizado para vender autos y cerveza (pero ya comentamos sobre el uso inapropiado del atractivo sexual).

Queremos educar a nuestros hijos e hijas para que hagan su mejor esfuerzo y sean lo mejor que puedan ser. Eso significa esforzarse mucho en la escuela, en los deportes, en el desarrollo del carácter e incluso en verse presentables.

Frecuentemente con las chicas tenemos que restar levemente importancia a las apariencias mientras que con los chicos debemos hacer lo opuesto (¡yo trato de apuntar a lo básico como lavarse los dientes y ducharse!).

Pero todos quieren ser apreciados cuando hacen un esfuerzo por verse bien – las chicas en un lindo atuendo, incluso los chicos en un traje y corbata. Solamente tenemos que mantenerlo en perspectiva, en su lugar apropiado, mucho más abajo que el carácter y la belleza interna. Es una línea fina pero la buena educación de los hijos y el buen juicio requieren que la manejemos.

La Sra. Bloom nos aconseja "Ejemplifica para ella lo que una mujer pensante dice y hace". Yo alteraría ese consejo. Yo pienso que deberíamos modelar lo que una mujer justa y digna dice y hace. Y no creo que pueda ser forzado o artificial. Debe ser un reflejo natural de quienes somos. Debemos trabajar en nuestros propios valores y características para poder comunicar estas ideas a nuestras hijas.

Debemos desarrollar nuestras cualidades positivas – nuestros músculos de dar, nuestra lealtad, y nuestro yo interno. Y si nosotras (con esperanza) modelamos estos atributos deseables, no hace daño si nos vemos bien al mismo tiempo. De hecho, yo creo que ayuda.

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