18 cosas que dejaré atrás para tener un matrimonio grandioso

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En honor a nuestro aniversario número 18, he aquí lo que he aprendido a dejar atrás para tener un matrimonio grandioso.

Hace dieciocho años, me paré bajo la jupá con mi futuro esposo y contemplé el atardecer, mientras dejábamos atrás nuestras vidas como solteros y entrabamos a una nueva dimensión de unidad y matrimonio. He aprendido tanto desde ese momento; algunas lecciones las he aprendido a través de risas y días inspiradores, y otras, a través de dolor y duros errores.

Hay muchos preciados regalos que me han dado estos 18 años de matrimonio, así como cosas que he aprendido a dejar ir. He aquí 18 cosas que dejaré ir en nuestro aniversario este año.

  1. Dejaré ir mi necesidad de tener la razón cuando pienso que mi forma de ver las cosas es la única forma. En este momento, prefiero estar conectada que tener la razón.

  1. Dejaré ir la expectativa de que nuestros planes saldrán de la forma que pensamos que lo harían. A veces Dios tiene formas diferentes de llevarnos adonde Él quiere que estemos.

  1. Dejaré de tratar de “adivinar” qué significa cuando mi esposo hace o dice algo que a mí no me gusta. Por lo general mis suposiciones o los significados que le doy a sus acciones son parciales y erróneos, así que en este momento prefiero preguntarle a qué se refiere. Sus respuestas usualmente no son lo que yo hubiera creído.

  1. Dejaré de culparlo por cualquier circunstancia externa cuando yo no estoy feliz. Acepto completa responsabilidad por mis propios estados de ánimo y elecciones. Si estoy frustrada con algo, entonces depende de mí intentar cambiarlo.

  1. Dejaré ir mis viejas ideas de lo que es el amor. Yo solía pensar que el amor estaba construido de rosas, vacaciones exóticas y chispas voladoras. Ahora pienso que el amor está construido más de levantarse en medio de la noche para cargar a un bebé que llora, construir una trepadora en el salón, esperar despierto a medianoche hasta que regresen los adolescentes a casa, llenar las llantas de mi auto con aire y estar ahí tanto para risas como para lágrimas. Día tras día.

  1. Dejaré de llevar la cuenta de cuánto doy versus cuánto mi esposo da. Prefiero dar más y tener una buena relación antes que dar “de forma equitativa” y sentir que estamos en una relación de negocios.

  1. Dejaré de lado los roces con mi suegra. La vida es demasiado corta para dinámicas insignificantes e irritaciones triviales. Prefiero soportar un poco de quejas y comentarios fuera de lugar antes que perder mi conexión con la especial persona que crio a mi esposo para que él pudiese convertirse en la persona que es hoy en día.

  1. Dejaré ir las ideas de otras personas sobre cómo debiera ser el matrimonio. Si funciona para nosotros, quiere decir que funciona.

  1. Dejaré de esperar que mi esposo cambie. Todos tenemos fortalezas y debilidades. Yo no soy perfecta y ya no espero que mi esposo lo sea.

  1. Dejaré ir la idea de que la vida debiera ser fácil y cómoda. A veces lo es, pero la mayoría del tiempo es desafiante e incierta. La vida es difícil, pero en lo difícil está el crecimiento.

  1. Dejaré ir el arrepentimiento. Los errores son para aprender de ellos, no para preocuparse por ellos. Aprenderé las lecciones del pasado y seguiré adelante.

  1. Dejaré atrás los límites para nuestro futuro. Los únicos límites que tenemos son los que nosotros mismos nos ponemos. Dios puede hacer posible lo imposible en un segundo.

  1. Dejaré de creer que tengo todas las respuestas. A veces simplemente no sé. Y en este mundo lleno de profundidad y misterio, estoy descubriendo que a veces no saber es un regalo en sí mismo.

  1. Dejaré atrás las quejas. Hay suficiente negatividad en el mundo sin que yo agregue mi parte. A veces el silencio hace maravillas por nuestros problemas.

  1. Dejaré de creer que tengo que tener un matrimonio perfecto. Igual que todas las cosas, el matrimonio tendrá sus fallas y dificultades. Lo que importa es cómo respondo ante ellas.

  1. Dejaré atrás mis preocupaciones por el futuro y en lugar de eso me aferraré a mis rezos y a mi apreciación por el presente.

  1. Dejaré ir la apatía. La preocupación a veces duele, pero duele más ignorar los problemas a nuestro alrededor.

  1. Dejaré atrás la idea de que siempre tendré tiempo. Dejaré ir la ilusión de que siempre tendré lo que tengo hoy. En su lugar, me enfocaré en apreciar la vida y el matrimonio que tengo ahora, y las muchas formas en las que puedo utilizarlo para construir y traer luz al mundo.

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