3 formas de brindarle a tu familia una renovación espiritual

4 min de lectura

Las Altas Fiestas son un momento ideal para reforzar el bienestar espiritual de tu hogar.

Las Altas Fiestas son un momento ideal para pensar en los fundamentos espirituales que estamos construyendo para nuestros hogares. Nunca es demasiado tarde para replantearnos nuestras metas y encontrar la mejor forma de alcanzarlas.

¿Dónde podemos poner nuestra energía al contemplar la dirección espiritual de nuestra familia?

1. Crea un plan

Pueden pasar años antes de que comprendamos que si bien renovamos nuestra casa, actualizamos los electrodomésticos y pasamos por escuelas y campamentos de verano, todavía no hemos contemplado el camino sagrado de nuestra familia. Tal como los niños crecen físicamente y requieren nutrición, también sus almas necesitan ser nutridas.

Cuando nos quedamos con “lo mismo de siempre”, los niños crecen sin inspiración. El judaísmo es rico en sabiduría, tradiciones, mitzvot diarias y alegres festividades; esta es nuestra increíble herencia.

Nuestra meta es infundir a nuestros hijos una identidad clara y sumergirlos en la ética y el orgullo judío. ¿Cuál es la mejor forma de llegar a nuestro destino?

Aquí hay algunas preguntas que debemos formularnos:

  • ¿Ha crecido nuestro judaísmo junto con nuestros hijos?

  • ¿Cómo podemos hacer que nuestros hijos amen su identidad judía?

  • ¿Confiamos principalmente en otros (maestros, escuelas, líderes religiosos) para que les den a nuestros hijos su educación y conexión espiritual?

  • ¿Involucramos a nuestros hijos en rituales, tradiciones y festividades?

  • ¿Celebro mi judaísmo o parezco estar resentido/indiferente cuando se trata de rezar, cumplir los mandamientos diarios, ir a la sinagoga, estudiar Torá o cumplir Shabat y las festividades?

  • ¿Mis hijos me ven estudiar, preocuparme por otros judíos y por la tierra de Israel? ¿Me observan crecer en mi conocimiento del judaísmo? (Algunos padres piensan que sólo los niños deben estudiar y crecer; los adultos ya pasaron la edad de estudiar. Esto no es verdad. Todos, sin importar nuestra edad o de dónde venimos, tenemos la obligación de estudiar la sabiduría de la Torá). Educar a los hijos es tanto un camino para los niños como nuestro propio viaje.

  • ¿Mis hijos piensan que si resulta inconveniente dejamos de lado al judaísmo?

Una vez que entendemos lo que debemos mejorar, podemos crear un plan que comunicará un lazo espiritual más fuerte. ¿Qué puedo hacer hoy para ayudar a que la experiencia judía sea más positiva? El desafío es encontrar el valor para apegarse al plan para lograr que haya un cambio real.

Determina el camino que deseas, fija metas claras y piensa cómo vas a lidiar con los obstáculos y las decepciones.

2. Abraza las tradiciones con alegría

Queremos educar niños que estén conectados con Dios en la vida real y cotidiana. La clave son las tradiciones y los rituales. El judaísmo nos guía desde el momento en que nos levantamos por la mañana hasta que nos vamos a dormir. El rezo del Shemá, las bendiciones por los alimentos, ropa y nuevas experiencias, la mesa de Shabat, encender la janukiá, la noche del Séder de Pésaj, tocar el shofar, sentarse bajo las estrellas en la Sucá… Todas estas son oportunidades imperdibles para crear un legado para la nueva generación.

El primer paso es adquirir el conocimiento y descubrir cómo maximizar estos bellos rituales. A continuación, es importante abrazar las mitzvot con alegría. Cuando los niños asocian las tradiciones con la alegría, adquieren amor por su judaísmo. Muchos niños se han desconectado por observar a sus padres relacionarse con las mitzvot con apatía y desinterés.

Las mitzvot y los rituales son cruciales para la identidad espiritual de nuestros hijos. De allí aprenden un sentido de comunidad, continuidad, seguridad y amor. Se conectan con nuestras creencias y se fortalecen en su herencia, para mantenerse firmes en un mundo que desafía nuestros valores.

Nuestros hijos también llegan a aprender el concepto judío de elevar el tiempo y los objetos. La noche del viernes se convierte en Shabat. Despertarse se transforma en un momento de gratitud con el Modé Aní. El Shemá nos permite reafirmar nuestra fe antes de quedarnos dormidos. El marco de la puerta es revestido con una mezuzá. Comer un helado es una oportunidad para bendecir. Los dólares se transforman en tzedaká. Un hogar se convierte en un mini santuario.

Podemos llenar las vidas de nuestros hijos con pasión por todo lo que es sagrado. Podemos enseñarles cómo elevar lo mundano. Pero si queremos que la conexión perdure, entonces tenemos que abrazar con todo el corazón nuestro judaísmo y todas sus tradiciones.

3. Crea recuerdos significativos

Cuando les pido a los padres que piensen en sus recuerdos de infancia más felices, nadie recuerda cosas o grandes regalos que recibieron de niños. Siempre recuerdan visitas a los abuelos, paseos en bicicleta o vacaciones familiares. Nuestros hijos necesitan compartir con nosotros tiempo. Asegúrate de estar tanto física como emocionalmente presente cuando celebres el judaísmo con tu familia. Esto significa que en la mesa de Shabat intentamos comunicarnos y no nos sentamos de mal humor o en silencio porque estamos cansados. Un legado no se trasmite a través de largos sermones o dura disciplina. La espiritualidad solamente puede transmitirse con amor y siendo un verdadero modelo de vida. La hipocresía aleja a los niños.

Los Bar y Bat Mitzvá deberían ser más que una noche de fiesta con una decoración impresionante. Los niños tienen que entender que ese es el comienzo de la vida judía y no el final. Este es el momento perfecto para involucrar a los niños y enseñarles sobre su obligación de ayudar a traer sanación al mundo, haciendo un proyecto de “jesed” en honor a su día especial.

Las historias son un vehiculo poderoso para enseñarles a nuestros hijos la grandeza de la nación judía. Cuando mis hijos eran pequeños, en vez de leerles cuentos de hadas les contaba sobre los gigantes de nuestro pueblo. La valentía del Rey David, la compasión de Moisés, la pandereta de Miriam y la sabiduría del Rey Salomón crearon en mis hijos asombro por su pasado. Cuando se iban a dormir en Shabat con sus abuelos, mi madre les relataba historias de triunfo espiritual. Yo veía cómo sus almas se iban nutriendo. Esa leche materna de fe se mantiene hasta hoy en día en lo más profundo de sus corazones.

Hay cantidades de libros, discos y música en inglés, hebreo y también en español que crean un ambiente cálido y espiritual en nuestros hogares. Relatar las historias de nuestro pueblo forja una identidad espiritual y crea raíces fuertes. Es importante que encontremos la forma de pasar juntos momentos agradables, para que nuestros hijos tengan recuerdos de infancia con experiencias judías positivas.

La clave para nuestra sobrevivencia es la fuerza espiritual de nuestros hogares. El judaísmo nos invita a abrazar la Torá y sus mandamientos, descubrir el poder el rezo, crear luz en un mundo de oscuridad y vivir animados por la fe. Las Altas Fiestas se acercan. Ahora es el momento de reforzar nuestra base espiritual y darles a nuestros hijos raíces fuertes para perdurar.  

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