El acuerdo con Irán y el calendario judío

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No es una coincidencia que el acuerdo haya sido firmado la semana pasada.

Se corrieron muchas veces las fechas límite antes de que el acuerdo con Irán fuera sellado la semana pasada.

El acuerdo interino inicial establecía como fecha límite el mes de julio del 2014. Eso fue extendido hasta noviembre, y luego a abril del 2015, lo cual vino seguido de una “última fecha límite” fijada para el 30 de junio, la cual una vez más fue ignorada y postergada para el 7 de julio. Pero incluso aquello no se cumplió. Y no fue sino hasta el martes 14 de julio que Irán y las potencias mundiales anunciaron que habían sellado un acuerdo nuclear final que eliminaría la mayor parte de las sanciones económicas a Teherán y le permitiría continuar con muchos de los aspectos más controversiales de su programa nuclear, así como con su programa de producción de misiles.

Y para aquellos de nosotros que somos sensibles a los mensajes divinos, implícitamente en las aparentemente insignificantes "coincidencias" del calendario, este bizarro aspecto de la fecha en que fue finalmente pactado el acuerdo con Irán representa probablemente uno de los veredictos más poderosos sobre el lugar que tiene este acuerdo en la historia.

La tradición judía dice que Dios hace oír su voz de muchas maneras diferentes. Una de estas maneras es por medio de conexiones entre los eventos y el calendario, mediante la asociación de un día con su significancia histórica.

En pocos días, los judíos de todas partes del mundo observaran Tishá B'Av, el ayuno del noveno día del mes de av. Es un día de trágicos recuerdos. En aquel día fue destruido el Primer Templo en manos de los babilonios. Ese puro hecho habría sido suficiente para que quedase marcado en el calendario como un día de ayuno y duelo. Pero la historia volvió a confirmar la trágica realidad de Tishá B'Av cinco siglos después. Cuando los romanos se aproximaron hacia el Segundo Templo y lo encendieron en llamas, los judíos se impactaron al ver que el Segundo Templo había sido destruido exactamente el mismo día que el Primero.

Los judíos debemos entender que la historia tiene un significado divino e incorpora mensajes celestiales. "Coincidencia" es un concepto extraño para quienes creen que Dios gobierna el universo.

Cuando los judíos se rebelaron en contra del dominio romano creían que su líder, Shimón bar Kojba, cumpliría con sus anhelos mesiánicos. Pero sus esperanzas fueron cruelmente aniquiladas en el año 135 EC, cuando los rebeldes judíos fueron masacrados en la batalla final de Beitar. ¿En qué fecha ocurrió la masacre? ¡El 9 de av!

Los judíos fueron expulsados de Inglaterra en el año 1290 EC, una vez más, el noveno día del mes de av. Y en 1492, la Época Dorada de España llegó a su fin cuando la reina Isabel y su esposo, el rey Fernando, ordenaron que los judíos fueran expulsados de la tierra "por la gloria de la Iglesia y de la religión católica". El edicto de expulsión fue firmado el 31 de marzo de 1492, y se les dio a los judíos cuatro meses para ordenar sus asuntos y dejar el país. ¿Cuál fue fecha judía en la cual ya no estaba permitido que hubiesen judíos en la tierra en la que alguna vez habían sido bienvenidos y donde habían encontrado prosperidad durante muchos siglos? Ya lo debes haber adivinado… ¡el nueve de av!

¿Listo para una más? Los historiadores concluyen que la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto fueron en realidad una prolongada consecuencia de la Primera Guarra Mundial, la cual comenzó en 1914. Barbara Tuchman escribió un libro sobre la primera gran guerra mundial, el cual tituló Las armas de agosto. Si un erudito judío hubiera escrito el libro, probablemente lo habría titulado con una fecha específica en lugar de con un mes. Sí, aunque parezca sorprendente, la Primera Guerra Mundial también comenzó según el calendario judío en Tishá B'Av.

¿Qué debemos aprender de todo esto? Para los judíos, es una profunda confirmación de la convicción de que la historia no es azarosa. Los eventos tienen un significado espiritual. Su correspondencia en el calendario los define.

Y lo que es importante notar es que el período de duelo asociado a Tishá B'Av no se limita a un solo día, sino que en realidad, Tishá B'Av es el cierre de un período de tres semanas de tristeza y pesar. El período de nuestra aflicción comienza con el ayuno del 17 de tamuz. Ese fue el día en que las murallas de Jerusalem fueron franqueadas. Ese fue el comienzo del fin, y nuestros sabios fueron lo suficientemente inteligentes como para reconocer que el sabio está de duelo por la inminente catástrofe incluso antes de que ésta ocurra realmente. La tragedia no sólo ocurrió el día en que el Templo físicamente fue quemado; también debemos llorar cuando se volvió obvio el potencial de su destrucción.

Las tres semanas que sirven en la historia judía como preludio a Tishá B'Av representan un período de duelo por la caída de esas murallas que protegían el Templo y la fuente de la santidad espiritual del mundo. Y esa, creo con toda certeza, es la razón por la cual el acuerdo con Irán —un acuerdo que Charles Krauthammer llamó "el peor acuerdo de Estados Unidos en su historia diplomática" y un acuerdo que el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, considera que tiene el potencial de generar un holocausto nuclear de proporciones globales— no fue sellado sino hasta que su conexión con el período de duelo de las tres semanas quedara claramente establecida.

Es el calendario judío el que nos da una clara advertencia de los acuerdos que tienen un potencial destructivo. Sólo podemos rezar para que los líderes mundiales presten atención a su mensaje. 

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