¡Feliz Cumpleaños Nº 64 Israel!

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Celebrando la determinación, elasticidad, coraje e ingenuidad única de Israel.

¿Qué es tan especial sobre el cumpleaños nº 64 de un país?

Bueno, en el caso de la mayoría de las naciones, quizás no tanto, a menos que el país sea Israel, que este año celebra su cumpleaños el 25 y 26 de abril.

Israel tiene la dudosa distinción de ser el único estado miembro de la ONU cuyo derecho a existir es desafiado con regularidad, cuya eliminación del mapamundi es el objetivo de al menos otro estado miembro de la ONU – Irán – y cuyos centros poblacionales son considerados presas fáciles por Gaza, controlada por Hamás, y por el Líbano, controlado por Hizbolá. Así, el mero acto de supervivencia de Israel de un año a otro es en sí mismo notorio.

Ninguno de los países que son serios violadores de los derechos humanos – ni Irán, ni Corea del Norte, ni Bielorrusia, ni Zimbabue, ni Sudán, ni ninguno de tantos otros – recibe ni de cerca el implacable y obsesivo escrutinio, “culpable hasta que se pruebe su inocencia”, que recibe el democrático Israel a manos de los cuerpos de la ONU, con sus estructurales mayorías anti-Israel en Nueva York y Ginebra.

Ningún otro país es el objeto de semejantes campañas constantes, bien financiadas y altamente organizadas para desacreditar, deslegitimizar y demonizar a un estado soberano.

Ningún otro país enfrenta tales intentos sistemáticos de iniciar boicots, campañas de despojo y sanciones en su contra, por no mencionar las flotillas y las flytillas, al mismo tiempo que aquellos detrás de esos esfuerzos, afirmando hablar por los derechos humanos, ignoran despreocupadamente lugares como Siria, en donde miles fueron asesinados sólo en el último año, sólo porque no pueden encontrar una conexión con Israel.

Y ningún otro país tiene su derecho a la defensa propia desafiado como lo tiene Israel, a pesar de que no hace nada más que lo que haría cualquier otra nación confrontada por periódicos ataques terroristas y mortales ataques con misiles y cohetes.

Siento una enorme admiración por Israel – por su determinación, elasticidad, coraje e ingenuidad.

Otras naciones podrían haber sucumbido, después de 64 años de ininterrumpida hostilidad, ante los enemigos que han tratado de destruirla a como de lugar y, como si eso fuera poco, de desmoralizarla y aislarla. Pero Israel no se ha echado para atrás, se rehúsa a ceder, se mantiene confundiendo a sus enemigos.

Su compromiso a un acuerdo de dos estados con los palestinos, demuestran las encuestas, permanece intacto, a pesar de que muchos israelíes no pueden evitar preguntarse si los palestinos, después de recibir una oportunidad tras otra para su soberanía, realmente comparten el objetivo de Israel de un estado judío y uno palestino conviviendo en paz y armonía.

Más aún, en una reciente encuesta global, los israelíes terminaron en el puesto catorce del país más feliz del mundo, y Tel Aviv se ubica como uno de los mejores destinos para la gente joven.

¿Cómo puede ser, se preguntan los adversarios de Israel, que estos "hijos de monos y cerdos", como predican abiertamente los musulmanes radicales cuando se refieren a los judíos, se las ingenien para erguirse altos, fuertes y hasta optimistas?

¿Cómo puede ser, se preguntan sus adversarios, que esta nación de sólo ocho millones, que partió con 650.000 en su nacimiento en 1948, vence una y otra vez a populosos enemigos árabes que se han lanzado en su contra?

¿Cómo puede ser, se preguntan sus adversarios, que estos judíos, aparentemente enviados como ovejas al matadero por el Tercer Reij, de repente aprendieron a defenderse y a derrotar enemigos árabes más grandes, a sólo tres años de la victoria de los aliados?

¿Y cómo puede ser, se preguntan sus adversarios, que Israel, sin recursos naturales de los que hablar hasta los recientes descubrimientos de gas (que todavía deben ser explotados), haya podido lograr una economía de primer mundo, catapultándose a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, teniendo cifras de dos dígitos de Premios Nobel, y situándose entre los tres primeros del ranking en las últimas listas del NASDAQ?

Los adversarios de Israel han ofrecido demasiado a menudo justificaciones equivocadas, que sólo los satisfacen a ellos mismos. Usualmente elaboradas teorías de conspiración inspiradas por tropas antisemitas.

En realidad, el problema es mucho más simple. Deriva de una vieja conexión entre una tierra, una fe y un pueblo. Muchos han tratado de cortar el vínculo; todos han fracasado.

Considera las palabras de Ezequiel, expresadas hace unos 2.700 años:

Así dijo Dios: Miren, tomaré al pueblo de Israel desde las naciones a las que han ido, y los reuniré de todos los lados, y los traeré a su tierra, y los convertiré en una nación en la tierra, sobre las montañas de Israel… Y la tierra desolada será labrada… Y ellos dirán: Esta tierra que era desolada se convirtió en el Jardín del Edén.

O podemos avanzar del antiguo profeta Ezequiel al profético Winston Churchill:

La aparición de un Estado Judío en Palestina es un evento en la historia del mundo que debe verse en la perspectiva no de una generación o un siglo, sino en la perspectiva de mil, dos mil o hasta tres mil años.

Churchill agregó que el establecimiento del estado era "una de las más esperanzadores y alentadoras aventuras del siglo 20".

De hecho, continúa siéndolo en el siglo 21.

Sin dudas, al igual que todas las sociedades democráticas, Israel está en constante progreso. Todavía queda mucho por hacer.

Desde solucionar la creciente brecha entre los ricos y los pobres hasta balancear la naturaleza judía y democrática del país, desde la búsqueda por décadas de paz hasta la defensa del país en una región turbulenta, a Israel no le faltan desafíos.

Pero, por sobre todo, Israel es una maravillosa "aventura". Me siento privilegiado de ver diariamente el cumplimiento de las plegarias de generaciones añorando volver a Sión desde un exilio forzado.

Ver a los judíos soviéticos llegar a Israel mientras los misiles Scud de Saddam Husein llovían, con Israel no dejando de darles la bienvenida a los recién llegados, revela el carácter del país.

Estar en el Hospital Rambam de Haifa durante los ataques con misiles de Hizbolá. En un minuto, una sirena sonaba y todos iban con calma, o eran trasladados a los refugios antiaéreos. Al minuto siguiente, después de la señal de que ya había pasado el peligro, los científicos volvían a sus laboratorios a continuar con sus investigaciones sobre el cáncer, diabetes y terapia de células madre.

O estar en el Hospital Barzilay en Ashkelon, en donde las víctimas de los ataques de Hamás desde Gaza estaban siendo atendidas, mientras que pacientes palestinos de Gaza estaban en cuartos pareados a los de los heridos judíos.

O llegar a conocer a “Salva el Corazón de un Niño”, un programa israelí que provee cirugía pediátrica de corazón que salva vidas. Muchos de los niños vienen de países árabes que niegan la existencia misma de Israel.

O ver los grafitis en una pared de Tel Aviv poco después de que 21 jóvenes israelíes fueran asesinados en una discoteca – "No lograrán que dejemos de bailar".

Sí, es verdad, puede ser que este Israel no se destaque en los medios de comunicación, y lamento mucho decirlo, pero es el Israel que palpita a diario con amor por la vida, por la libertad y por la tierra. Es el Israel que conozco y que llevo en mi corazón.

¡Feliz cumpleaños Nº 64 Israel!

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