8 reflexiones para 8 noches

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Preguntas e ideas para discutir cada noche de Januca mientras enciendes tu menorá.

1. La menorá de Januca debería, idealmente, estar ubicada en la entrada principal de la casa o en una ventana que dé a la calle para publicitar el milagro. Aquellas pequeñas llamas arden con orgullo y proclaman nuestra identidad judía tanto a nuestra propia familia —que está en el interior de la casa—, como al mundo exterior. Estas velas proclaman am Israel jai, ‘el pueblo judío vive’. La misión del pueblo judío es ser “una luz para las naciones” (Isaías 49:6).

Piensa de qué manera —como individuos y comunidad— podemos ser un ejemplo sobresaliente para quienes nos rodean.


2. La costumbre es agregar una vela cada noche. Esto es porque cuanto más ardió el aceite en el Templo, mayor se hizo el milagro. Los sabios dicen: “Quien no aumenta, disminuye” (Ética de los Padres 1:13). Nuestra relación con el judaísmo debería ser dinámica y debería ir en aumento. Cada vela nueva trae una apreciación renovada y más profunda de la historia de Januca y, en consecuencia, del milagro de la supervivencia judía.

Piensa en una forma de fortalecer tu relación con nuestro legado.


3. Una cualidad única de una llama es que puede ser utilizada para encender muchas más y, cuando lo hace, su propia luz no disminuye. Basado en esta misma idea, el Talmud dice: “Una luz para uno ilumina como una luz para cien” (Shabat 122a). Nunca perdemos al compartir; de hecho, obtenemos más al dar que al recibir. Dar a los demás hace que el mundo sea un lugar mejor y, al hacerlo, todos ganamos.

Piensa en un acto más de bondad que podrías hacer sin un motivo ulterior.


4. En hebreo, la palabra januca significa ‘inauguración, ya que conmemoramos el proceso de reinauguración del Templo. Januca también se relaciona con la palabra hebrea para educación, jinuj. La educación judía no sólo involucra impartir información, sino que educamos a nuestros hijos para que desempeñen su rol único en nuestra comunidad y en el mundo. El proceso de encendido de las luces del Templo duraba hasta que la llama lograba estar encendida por sí misma. El judaísmo ve el hecho de alentar la independencia como un objetivo principal de la educación. Cuando las personas son alentadas a tomar decisiones informadas, sus elecciones son mucho más significativas.

¿Cuál es el valor más importante que te gustaría transmitir a las generaciones futuras?


5. El versículo en Proverbios 20:27 compara el alma de un hombre a la vela de Dios. El judaísmo entiende que la humanidad fue creada a imagen de Dios. Al igual que los animales, poseemos un cuerpo terrenal, pero nuestra alma es una chispa de lo Divino. Mientras que nuestro cuerpo es nutrido por alimentos, nuestra alma obtiene su sustento de nuestras buenas acciones. Al igual que una llama titilante, el alma busca llegar cada vez más alto y es una fuente de luz, calidez y confort para todos los que se acercan a ella.

Nutrimos nuestro cuerpo al menos 3 veces por día. Piensa en algo que podrías hacer para nutrir a diario tu alma también.


6. El versículo en Proverbios 6:23 compara una mitzvá a una vela y la Torá a una luz. El judaísmo considera que las mitzvot son oportunidades de valor infinito. Cada mitzvá es un acto que puede conectarnos con Dios y enriquecer nuestra vida para siempre, más allá de lo que hagamos en el resto de las cosas. En lugar de ser “todo o nada”, el judaísmo es una travesía en la que cada paso cuenta.

Piensa en una mitzvá que puedas comenzar a hacer —o sobre la que puedas estudiar más— en estos días de Januca.


7. Los macabeos, que se pusieron a la altura del desafío, con su fuerte determinación y fe en Dios lograron salvar al pueblo judío de la extinción. Nunca podemos elegir lo que nos ocurre en la vida, eso está fuera de nuestro control. Lo que sí podemos hacer es elegir la manera en que respondemos ante los eventos. Lo que vivimos en la vida no es tan importante como la persona en la cual nos transformamos como resultado.

Piensa en una situación desafiante y contempla la diferencia entre una respuesta apropiada y una simple reacción.


8. En esta última noche de Januca reflexionamos sobre lo que aprendimos durante la semana que pasó. Aprendimos cómo un valiente grupo de personas comprometidas se rehusaron a darse por vencidas incluso cuando todo parecía perdido. Pusieron su fe en Dios y actuaron, a pesar de que hacerlo parecía fútil. Esto es lo que simboliza el milagro del aceite: ellos encendieron las velas a pesar de que no tenían suficiente combustible. Su confianza en Dios hizo que advirtieran que, si bien tenían que hacer su mejor esfuerzo, al final de cuentas todo dependía de Dios.

Piensa en los tiempos más oscuros de la historia judía e inspírate con el coraje y la fortaleza que aquellos judíos demostraron con sus actos de valentía y determinación. ¿Qué mensaje podemos aprender para nuestros desafíos personales?

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