Tres velas: Jánuca, Shabat y Havdalá

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El requerimiento de generar luz en tres ocasiones diferentes.

“Y Dios vio que la luz era buena” (Génesis 1:4)

Desde el comienzo de la creación, la luz ha sido vista como una fuerza vital positiva y dinámica.

La luz aleja la oscuridad con tanta fuerza que cuando uno enciende un fósforo en el rincón más oscuro, tal como una cueva, su pequeña llama de inmediato supera a la oscuridad. Así de poderosa es la luz.

El judaísmo nos pide que generemos luz a través de velas en tres ocasiones diferentes.

Encendemos velas antes del comienzo del Shabat. Encendemos velas durante los ocho días de Jánuca. Encendemos velas al concluir el Shabat, en el servicio de la Havdalá.

El brillo que irradia de cada una de estas velas representa una manifestación diferente de la luz en nuestras vidas.

Las velas del Shabat

Las velas del Shabat se encienden dentro de la casa. Ellas representan luz interna del judaísmo. Esta es la luz que simboliza la santidad del matrimonio, la familia y la bendición que ansiamos que haya dentro de nuestro hogar.

Las velas del Shabat nos recuerdan cómo debemos comportarnos con las personas más cercanas, cuando nadie nos está observando. Cuando el mundo externo está del otro lado de la pared, ¿qué clase de persona somos? ¿Cuál es la calidad de la vida que produce nuestro corazón, nuestro hogar?

Las velas de Jánuca

Se acostumbra a encender las velas de Jánuca al lado de la puerta de entrada de la casa. Esto muestra que principalmente tienen la intención de iluminar el dominio público. Sólo debido al miedo a la persecución, en cierto momento las velas de Jánuca comenzaron a encenderse en el interior. Como esos momentos oscuros de la historia han cambiado, dando lugar a tiempos más estables para el pueblo judío, ahora nuevamente las velas pueden encenderse afuera.

Las velas de Jánuca nos recuerdan que debemos irradiar nuestra luz hacia el mundo, a la humanidad. ¿Qué aspectos positivos estamos agregando al cosmos? ¿Estamos aprovechando nuestros dones para dejar una huella en el mundo? ¿Defendemos los principios en los cuales creemos? ¿Nos animamos a vivir como judíos y a defender la libertad por la que lucharon valientemente los macabeos y muchos otros? ¿Podemos inspirar a otros a quienes en el presente se les niega su libertad?

La vela de Havdalá

La vela de Havdalá que usamos al concluir el Shabat está conformada por un manojo de mechas entrelazadas. Esta vela refleja lo que representa la Havdalá: la separación entre el Shabat y el resto de la semana. Nos recuerda la unión entre la luz “privada” del Shabat y la luz “pública” de Jánuca. Es la unión entre la luz interna, generada cuando estamos con aquellos que nos son más cercanos en una relación más íntima, junto con la luz externa, generada durante la semana cuando salimos de nuestro capullo interno y llevamos la luz de la fe y de la esperanza a nuestro mundo.

En Jánuca se nos otorgó la misión de ir más allá de nosotros mismos e iluminar el mundo. Agregar luz al universo a través de nuestros actos y de los valores judíos que mantienen nuestra fe única. Haz trabajo voluntario. Enseña. Inspira. Da a los demás. Envía mensajes de justicia, verdad y amor a aquellos que más los necesitan.

Como dice Rav Jonathan Sacks: “podemos maldecir la oscuridad o podemos encender una luz”.

Que este Jánuca todos podamos ayudar a iluminar el mundo.


Un agradecimiento al Rav Jonathan Sacks

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