El propósito de tu vida

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Así como la Reina Ester, nosotros también podemos canalizar nuestro dolor hacia la grandeza.

Quizás fuiste creado sólo para este momento. Para la elección que puedes hacer en este instante.

Quizás esta sea la razón de todo tu sufrimiento. Quizás esta sea tu oportunidad para redimir todo tu dolor.

En el Libro de Ester, Mordejai le suplica a Ester que arriesgue su vida y se presente ante el Rey para salvar al pueblo judío. Ella se resiste. Él le dice que quizás fue precisamente para este momento que Dios la puso en el palacio. Si no actúas y hablas, Dios encontrará otra manera de salvar al pueblo judío, pero tú y la casa de tu padre se perderán para siempre.

¿Por qué le dijo Mordejai a Ester que la casa de su padre se perdería para siempre? Quizás ella perdería una oportunidad, pero ¿qué tiene que ver la memoria y la pérdida de sus padres? *

Ester era huérfana y soportó el dolor de no tener padres. Dios la puso en el palacio porque la profundidad de su sufrimiento era también la fuente del potencial para su máxima grandeza. Quizás sólo para ese momento, para esa oportunidad de ponerse de pie y hablar por su nación, Ester atravesó todo el dolor y el sufrimiento. Allí estaba su oportunidad para redimir todo lo que había perdido, utilizándolo para salvar al pueblo judío.

Si daba un paso atrás y huía del desafío, ¿para qué todo el sufrimiento? La oportunidad de Ester para transformar su propio dolor se perdería. La memoria de sus padres y la muerte de ellos parecerían en vano, a menos que tuviera el coraje para ponerse de pie y llenarlas de sentido. A menos que pudiera avanzar y decir: quizás sea para este momento que crecí huérfana y viví con tanto dolor. Quizás para este momento Dios me ha estado esperando. Para que tome todos mis desafíos, todo mi trauma, todo mi sufrimiento, y los use para encontrar mi voz, para hablar, para vivir, para dar, para canalizar mi dolor hacia la grandeza.

El dolor mismo no es lo más importante, sino lo que elegimos hacer con él.

Todos hemos sufrido pérdidas en la vida. Cada uno de nosotros ha atravesado su propio dolor y sufrimiento en algún momento de la travesía. Pero, el dolor mismo no es lo más importante, sino lo que elegimos hacer con él. ¿Me pondré de pie cuando reciba la oportunidad para hablar, no sólo por mí, sino por todos los que no pueden encontrar su voz, por quienes no pueden encontrar su camino hacia el palacio? ¿O me daré por vencida y adormeceré el dolor? ¿Trataré de olvidar el pasado en lugar de transformarlo? ¿Permitiré que prevalezca la oscuridad?

Quizás sólo para ese momento fuimos creados. Quizás fue sólo por ese momento que tuvimos que vivir todo lo que hemos vivido. Para hacer esa elección crucial de actuar y ponernos a la altura del desafío.

Una madre que tiene varios hijos con necesidades especiales dijo que, a menudo, las personas le dicen que sus hijos fueron regalos, que Dios la eligió junto a su marido porque son muy especiales. “No es cierto”, dice, “mi marido y yo no somos especiales. Nuestros hijos son regalos sólo porque elegimos verlos así, porque elegimos transformar nuestros desafíos en oportunidades. No somos diferentes a otros padres. Nos volvimos especiales a causa de nuestras elecciones, por el tipo de padres que nos esforzamos mucho para llegar a ser”.

Estas personas se pusieron de pie en lugar de moverse a un costado. Transformaron su dolor en bondad, su debilidad en fortaleza, su desilusión en generosidad.

Brian Tracy, orador motivacional y aclamado autor, dijo en una ocasión: “Descubrí que toda persona exitosa con la que hablé tuvo un punto de inflexión en su vida, y que ese punto de inflexión fue cuando tomó una decisión clara e inequívoca de no continuar nunca más viviendo como lo hacía. Algunas personas tomaron esa decisión a los 15, otras a los 50. La mayoría no la toma nunca”.

Hay oportunidades en que debemos tomar el dolor y la dificultad de nuestro pasado y transformarlos en puntos de inflexión. Ya sea ayudando a otros que atraviesan lo que nosotros atravesamos o decidiendo dar un paso adelante, utilizando el dolor mismo para para hacernos más fuertes. Es la elección de amar proactivamente en lugar de por defecto, de elevar nuestras circunstancias en lugar de permitir que nos limiten.

Depende de cada uno de nosotros convertir nuestra oscuridad en luz. Quizás sólo para ese momento de oscuridad fuiste creado, para ver el regalo dentro del dolor. Ponte de pie y tómalo, antes de que se vaya.

* Oí esta idea de Rav Zejaria Wallerstein, basado en una idea de Rav Shimshon Pincus.

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