La historia de Purim

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¿Purim es sólo una divertida fiesta de disfraces?, o ¿es algo más? Tal vez es como uno de esos días llenos de sorpresas donde las cosas salen justo al revés de cómo lo esperábamos.

Hace más de 2000 años, el Sagrado Templo de Jerusalem fue destruido por el rey babilonio Nebujadnezar. El pueblo judío fue enviado fuera de la tierra de Israel y fueron forzados a vivir en Babilonia.

Cincuenta años después, Persia venció a Babilonia. Ajashverosh fue el segundo rey Persa. Él gobernó 127 provincias desde Hodu (India) hasta Kush (África), el reino más grande y más fuerte del mundo.

Un nuevo rey necesita una nueva capital, por esta razón, Ajashverosh eligió la ciudad de Shushan como su nueva capital. Para celebrar hizo una tremenda fiesta para todas las personas importantes del reino. La celebración duró 180 días. Luego, hizo una segunda fiesta sólo para Shushan. Todos los habitantes de la ciudad estaban invitados, incluso los judíos.

Mordejai, el líder de los judíos, le advirtió a su gente que no asistieran a la fiesta, pero ellos tuvieron miedo de desobedecer al rey. Y para ser honestos, ellos se sentían honrados y felices de haber sido invitados. Por siete días ellos comieron y bebieron hasta alegrar su corazón. Sólo uno cosa les molestaba. Ajashverosh trajo las vasijas de oro y plata del Sagrado Templo de Jerusalem y las usó para su loca celebración...

El borracho rey empezó a jactarse de que su reina Vashti era la mujer más hermosa del reino. En el último día de la fiesta, le ordenó a ella que se presentara y bailara frente a la multitud. Pero Vashti era la orgullosa nieta del cruel Nebujadnezar y se negó a aparecer en público. "¿Soy acaso una sirvienta del rey?", preguntó. En un arranque de furia, el rey la mandó a matar.

Ahora Ajashverosh necesitaba una nueva reina y quería a alguien incluso más hermosa que Vashti. Sus hombres fueron de casa en casa por todo Persia, tomando a las jóvenes mujeres y llevándolas a Shushan donde eran retenidas como rehenes hasta ser presentadas delante del rey.

En Shushan, una huérfana judía de nombre Hadasa vivía con su tío Mordejai. Cuando los hombres del rey llegaron a la casa de Mordejai, él le dijo a Hadasa, "No temas, ve con ellos. No les digas que eres judía. Diles tu nombre Persa – Ester. ¡Dios te cuidará!".

Ester era buena, gentil y muy hermosa. Tan pronto como el rey la vio, la eligió como su nueva reina. Ester designó a siete sirvientas, una para cada día de la semana, de esta manera ella podría saber qué día era Shabat. Sus comidas eran casher. Y todo el tiempo mantuvo su secreto. Nadie sabía que era judía. Todos los días, Mordejai se sentaba fuera de la puerta del palacio para esperar noticias de Ester.

Un día, sentado en la puerta del palacio, Mordejai escuchó por casualidad a dos hombres planeando asesinar al rey. Le contó a Ester y los dos hombres fueron atrapados y asesinados. A pesar de que en el Libro Real fue registrado que "Mordejai el judío" había salvado al rey, el asunto fue olvidado rápidamente.

Poco después, Ajashverosh designó a Hamán – el hombre más rico del reino – como su nuevo primer ministro. A todos los súbditos del reino les fue ordenado honrar a Hamán e inclinarse ante él. Todos lo hicieron, excepto Mordejai. La verdad es que estaba permitido honrar a Hamán e inclinarse ante él como primer ministro, pero él llevaba colgada en su pecho, una medalla que tenía grabada la imagen de un ídolo. Mordejai dijo que la gente iba a pensar que él se estaba inclinando también ante el ídolo y un judío tiene prohibido servir y adorar ídolos.

Hamán estaba furioso. Fue directamente donde el rey a quejarse. "Hay una nación", dijo, "repartida a lo largo del reino, que es diferente de todas las otras naciones. No comen nuestra comida, no toman nuestro vino y ¡no se casan con nuestras hijas! No cumplen con las leyes del rey y no trabajan. Cada siete días descansan y siempre están celebrando fiestas. Si me das permiso, los puedo destruir por ti. Incluso puedo pagar con mi propio dinero cualquier gasto que se presente".

Ajashverosh le dio a Hamán su anillo real para sellar órdenes y decretos. Ansioso de llevar a cabo un trabajo perfecto, Hamán quería ejecutar su plan en el día correcto, un día de suerte bendito por sus dioses y estrellas. Hizo una lotería – purim en hebreo – para elegir el día. Luego, mandó cartas, selladas con el anillo real del rey, a cada una de las 127 provincias del reino.

"En el día 13 del mes de Adar", decía el decreto "deberán destruir, matar y asesinar a todos los judíos, jóvenes y viejos, mujeres y niños, a todos en un solo día. Su dinero y sus propiedades serán de ustedes desde ese día".

Cuando Morsejai escuchó lo del decreto, rompió sus ropas y puso cenizas sobre su cabeza en señal de duelo. Le dijo a Ester que ella debía ir donde el rey para tratar de salvar a los judíos. Ester tenía miedo, ya que estaba prohibido presentarse frente al rey sin previo aviso. Pero Mordejai le dijo, "¿Quizás fuiste puesta en el palacio para este propósito? ¡Si callas ahora la ayuda llegará a los judíos desde otro lugar, pero tú perecerás!".

Ester pidió que los judíos de Shushan ayunaran y rezaran por ella tres días. Mordejai reunió a todos los niños judíos de Shushan y les pidió que también rezaran. (Al final fueron los rezos de los niños los que fueron escuchados).

Los judíos finalmente se dieron cuenta de que no deberían haber ido a la fiesta del rey; no deberían haber comido en el banquete real ni bebido el vino, ni tampoco haber usado las vasijas del Sagrado Templo. Entendieron que este era su castigo por temer al rey más de lo que temían a Dios.

Cuando los tres días de rezos y ayuno terminaron, Ester fue donde el rey. "¿Qué necesitas mi reina?", preguntó él. "¡La mitad del reino es tuyo si lo pides!".

Pero Ester pidió solamente que el rey y Hamán asistieran a un banquete privado que ella estaba organizando. En el banquete, Ajashverosh volvió a preguntar, ¿Qué deseas? ¡Lo que quieras es tuyo!". Pero Ester sólo invitó al rey y a Hamán a una segunda fiesta. "¡Que extraño!", pensó el rey. Pero Hamán estaba encantado. Cuando Hamán salió del palacio, pasó frente a Mordejai en la puerta. Su placer se transformó en odio. "¿Soy lo suficientemente importante como para ser invitado por la reina a un banquete privado junto al rey y ese judío se rehúsa a inclinarse ante mí?". ¡Él quería matar a Mordejai en ese lugar y en ese preciso momento sin esperar el 13 de Adar!

"¡Hazlo!" le aconsejó su malvada esposa Zeresh. Entonces Hamán construyó una horca de 50 codos de alto en su propio patio. Iba a colgar a Mordejai en la primera oportunidad que tuviera.

Esa noche, el rey no podía quedarse dormido. Se dio vueltas en la cama hasta que finalmente llamó a su sirviente para que le trajera el Libro Real y le leyera las crónicas del reino. El pesado libro se abrió en la historia de cómo Mordejai el judío había advertido acerca de la conspiración en contra del rey y así había salvado su vida.

"¿Qué recompensa recibió el judío?", preguntó el rey.

"Ninguna, señor", fue la respuesta.

"¿Salvó mi vida y no recibió recompensa?", vociferó el rey.

Justo en ese momento, alguien tocó la puerta. Era Hamán que venía a pedir permiso para colgar a Mordejai el judío. ¡Estaba tan apurado que ni siquiera podía esperar hasta mañana!

"¡Hamán!", exclamó el rey. "Dime, ¿qué se debe hacer a un hombre que el rey desea honrar?"

"Se debe estar refiriendo a mí", pensó Hamán contento. "Yo sé exactamente lo que se debe hacer", dijo. "Hay que vestirlo con ropajes del rey. Poner la corona del rey sobre su cabeza. Dejarlo montar el caballo real. Y hacer que un sirviente camine delante del caballo gritando: ¡Así se hará al hombre a quien el rey desee honrar!".

"¡Maravillosa idea!" gritó Ajashverosh. "Lo dejaré en tus manos. ¡Busca a Mordejai el judío y haz tal como has descrito, hasta el más mínimo detalle!".

Hamán hizo lo que él mismo había ordenado y Mordejai fue llevado con honores reales a través de las calles de Shushan.

Hamán volvió a su casa, amargado y destrozado. Pero no tenía tiempo que perder. Tenía que estar en el palacio real a tiempo para el segundo banquete de la reina. Una vez más, el rey preguntó, "¿Qué deseas Ester? ¿Por qué nos has invitado? ¡Tal como digas será hecho!".

Esta vez, Ester habló. "Salva mi vida", dijo "y la vida de mi pueblo. ¡Hemos sido sentenciados a muerte!".

"¿Muerte? ¿Tu pueblo? ¿Quién hizo esto?", preguntó sorprendido el rey.

"¡Un hombre perverso y malvado! – ¡Tu ministro Hamán!"

El rey estaba tan sorprendido que salió de la habitación para mantener la compostura.

Temblando y con miedo, Hamán se tiró sobre la reina para rogar por misericordia. Justo en ese preciso momento, volvió Ajashverosh.

"¿Qué?" exclamó. "¿Cómo te atreves a atacar a la reina en mi palacio? ¡Llévenselo y cuélguenlo!", gritó.

Al final, Hamán fue colgado en la horca que él mismo había construido para Mordejai. ¡Y Mordejai se convirtió en el nuevo primer ministro del rey, en el lugar de Hamán!

De acuerdo a la ley Persa, era imposible cambiar un decreto que ya había sido sellado con el anillo real, por lo que el rey no podía anular el decreto en contra de los judíos. Pero Mordejai recibió el anillo real para emitir cualquier decreto que creyera útil para los judíos.

Ahora era el turno de Mordejai de mandar una carta real. Decía: En el día 13 de Adar, todos los judíos del reino se organizarán para defenderse. ¡Los Persas estaban más que contentos de escuchar a Hamán y de matar a los judíos, pero si lo judíos iban a armarse y defenderse con protección real, era una historia diferente!

El 13 de Adar, los judíos del reino se juntaron y se defendieron. Miles de sus enemigos murieron incluyendo a los 10 malvados hijos de Hamán, que fueron colgados de un árbol. A diferencia de los persas que pensaban tomar dinero y bienes, los judíos no tomaron ningún botín. El 14 de Adar, dieron gracias a Dios y celebraron.

Pero en la ciudad capital amurallada de Shushan, los judíos siguieron festejando un día adicional. El 15 de Adar los judíos de Shushan celebraron su victoria. Por eso, nosotros celebramos:

El ayuno de Ester el día 13 de Adar.

Purim el día 14 de Adar.

...y en la ciudad amurallada de Jerusalem, la celebración principal es:

Shushan Purim el día 15 de Adar.

Ester pidió a los rabinos que escribieran la historia de Purim y que la incluyeran en la biblia. Rollos – Meguilot – fueron escritos y enviados a los judíos de todo el reino. Los rabinos ordenaron a la gente cuidar la fiesta de Purim por siempre como un día de agradecimiento, celebración y alegría; de mandar regalos a los amigos y dar dinero a los pobres. ¡Y eso es justamente lo que los judíos han estado haciendo durante los últimos 2400 años!

Las cuatro mitzvot principales de Purim

1. Meguilat Ester – leemos la historia de Purim en la tarde y al día siguiente. Y cuando se menciona a Hamán, hacemos la mayor cantidad de ruido posible, para borrar su nombre y su memoria.

2. Mandamos regalos de comida – al menos a un amigo o pariente, porque Purim es tiempo de amor y de amistad entre los judíos.

3. Damos regalos de dinero a los pobres – porque Purim es tiempo de compartir, preocuparse y ayudar.

4. Comer una comida festiva de Purim – la comida especial que se come en la tarde de Purim.

Y no te olvides, ¡Purim es la fiesta de los disfraces! Celebramos que todo puede convertirse en algo diferente y que nada es exactamente lo que parece. Entonces, empieza a pensar, ¡¿quién quieres ser en Purim?!

¡Un feliz Purim para todos! Que Purim y todos los otros días del año, estén llenos de luz y alegría – honor y goce, tal como fue para el pueblo judío hace tantos años en el tiempo de Ester y Mordejai.

Preguntas de Purim
Yaffa Ganz ©2000

Prueba cuánto recuerdas de la historia de Purim.

Nombra el país; nombra el rey.
¿Quién hizo las amenazas? ¿Quién obtuvo el anillo?
Nombra al sabio consejero; nombra a las dos reinas.
¿Cuál permaneció en silencio y cuál vociferó y alardeó?
¿Quién buscó honor y pronto perdió poder?
¿Quién instaló horcas tan altas como una torre?
¿Quién se sentó y observó en la puerta del palacio?
¿Quién fue donde el rey lleno de maldad y odio?
¿Dónde pasó – qué país y ciudad?
¿Cuál era la fecha? ¿Quién estaba lleno de autocompasión?
¿Quién hizo una fiesta para salvar a los judíos?
¿Quién mandó cartas para dar las buenas noticias?
¿Dónde se puede leer la historia completa?
¿Cuándo la escuchas con alegría, ruido y gloria?
Nombra cuatro cosas de Purim que debemos recordar.
¡Esta amenaza de muerte se volvió una alegre aventura judía!

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