7 Lecciones del Holocausto

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Si bien el Holocausto fue “excepcionalmente único”, hay importantes lecciones universales para poner en práctica.

Siempre que escribo sobre el Holocausto – la Shoá – lo hago con cierto grado de humildad, y nunca falta una profunda sensación de dolor.

Porque me recuerda lo que mis padres me enseñaron cuando era niño – la profundidad y el dolor de lo que me di cuenta recién años después – que hay cosas en la historia judía que son demasiado terribles para ser creídas, pero no demasiado terribles como para no haber pasado; que Auschwitz, Majdanek, Dachau, Treblinka – están más allá del vocabulario. Tal vez las palabras puedan aliviar el dolor, pero también pueden reducir la tragedia. Dado que el Holocausto fue excepcionalmente malvado en su singularidad genocida, donde la biología era inevitablemente el destino, una guerra en contra de los judíos en la que, como dijo el premio Nobel de la Paz Elie Wiesel: “No todas las víctimas fueron judías, pero todos los judíos fueron víctimas”.

Pero si bien el Holocausto fue “excepcionalmente único”, como lo describió el estudioso del Holocausto Yehuda Bauer, hay importantes lecciones universales que podemos poner en práctica. De hecho, escribo en un momento importante de memoria y recordatorio, de testimonio y advertencia:

  • En el aniversario número 66 de la liberación de los sobrevivientes del “Planeta Auschwitz” – el laboratorio de asesinato en masa más atroz de la historia;
  • En el aniversario número 66 de la desaparición de Raúl Wallenberg – el primer ciudadano honorario de Canadá – a quien la ONU llamó el humanista más grande del siglo 20, y quien mostró que una persona puede enfrentar al mal, resistir y prevalecer, y así transformar la historia;
  • Después del aniversario 65 de la ONU, que como dijo el anterior Secretario General de la ONU Kofi Annan: “emergió de las cenizas del Holocausto”, y como nos recordó: “una ONU que falla en estar al frente de la lucha en contra del antisemitismo y otras formas de racismo, niega su historia y obstaculiza su futuro”;
  • En el aniversario número 65 de los Principios de Núremberg, que se convirtieron en los precursores de la ley internacional humanitaria y criminal, recordándonos también del doble sentido de Núremberg – el de las botas militares como el de los juicios;
  • En el quinto aniversario del Día Internacional del Recuerdo en Memoria de las Víctimas del Holocausto.

Por eso, en este Día Internacional de la Conmemoración del Holocausto – también la noche del aniversario número 60 de la entrada en vigencia de la Convención Genocida – la Convención “Nunca Más” – nos tenemos que preguntar: ¿Qué aprendimos y que debemos hacer?

Lección 1: La Importancia del Recuerdo del Holocausto – La Responsabilidad de la Memoria.

La primera lección es la importancia de zajor, el deber de recordar por sí mismo. Cuando recordamos a los seis millones de víctimas judías de la Shoá – denigradas, demonizadas y deshumanizadas como un prólogo o una justificación para el genocidio – tenemos que entender que el asesinato en masa de seis millones de judíos y millones de no judíos no es un tema de estadísticas abstractas.

Cada persona tiene un nombre – cada persona tiene una identidad. Cada persona es un universo, nuestros sabios dicen: “quien salva una vida, es como si hubiera salvado un universo entero”. Al igual que quien ha matado a una persona, es como si hubiera matado un universo entero. Y esa es la verdad, cada uno de nosotros, quienquiera que seamos, es el garante del destino del otro.

Lección 2: El Peligro de la Incitación al Odio y al Genocidio Aprobada por el Estado – La Responsabilidad de Prevenir.

La perdurable lección del Holocausto es que el genocidio de la judería europea ocurrió no sólo por la industria de la muerte y la tecnología del terror, sino por la ideología de odio aprobada por el estado. Esta enseñanza de desprecio, de demonizar al prójimo, aquí es donde todo empezó. Como lo afirmaron las cortes canadienses al mantener la constitucionalidad de la legislación del anti-odio: “El Holocausto no empezó en las cámaras de gas – comenzó con palabras”. Estos, como dijeron las cortes, son los hechos fríos de la historia. Son los efectos catastróficos del racismo.

El Holocausto no empezó en las cámaras de gas – comenzó con palabras.

Mientras la ONU señala la conmemoración del Holocausto, atestiguamos de nuevo la incitación al odio y al genocidio aprobada por un estado, cuyo epicentro es el Irán de Ahmadinejad. No te equivoques, Irán ya ha cometido el crimen de la incitación al genocidio prohibido por la Convención Genocida. Sin embargo ningún Estado miembro de la Convención Genocida ha asumido su obligación legal de responsabilizar a Ajmadinejad.

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Lección 3: El Peligro del Silencio, Las Consecuencias de la Indiferencia –La Responsabilidad de Proteger.

El genocidio de la judería europea ocurrió no sólo por la cultura del odio aprobada por el Estado y por la industria de la muerte, sino por los crímenes de la indiferencia, por las conspiraciones del silencio.

Ya hemos atestiguado una terrible indiferencia e inacción que nos lleva por el camino de lo indecible – el genocidio en Ruanda – indecible porque este genocidio fue prevenible. Nadie puede decir que no sabíamos. Sabíamos, pero no actuamos, al igual que sabíamos y no hicimos nada para detener el genocidio por atrición en Darfur.

La indiferencia y la inacción siempre implican que uno está del lado del culpable, nunca del de la víctima. Ser indiferente al mal es estar de acuerdo con él.

Lección 4: Combatir la Atrocidad en Masa y la Cultura de la Impunidad –La Responsabilidad de Enjuiciar a los Criminales de Guerra.

Si el siglo 20 – simbolizado por el Holocausto – fuera la época de la atrocidad, también sería la de la impunidad. Sólo unos cuantos perpetradores fueron llevados ante la justicia, y así como no debe haber santuario para el odio, ni albergue para la intolerancia, tampoco debe haber una base ni un santuario para estos enemigos de la humanidad. Sin embargo, aquellos acusados de crímenes de guerra y crímenes en contra de la humanidad – como el presidente de Sudán, Al-Bashir – continúan siendo invitados a los foros internacionales.

Lección 5: La Trahison des Clercs – La Responsabilidad de Decir la Verdad al Poder.

“Si hay algo que el Holocausto probó, es que una persona puede amar los poemas y matar chicos al mismo tiempo”.

El Holocausto fue posible no sólo por la “burocratización del genocidio”, como dijo Robert Lifton, sino por la trahison des cleros – la complicidad de las elites – médicos, líderes religiosos, jueces, abogados, ingenieros, arquitectos, educadores, etc. Ciertamente, sólo hace falta leer el libro de Gerard Muller sobre la “justicia de Hitler” para apreciar la complicidad y criminalidad de los jueces y abogados; o leer el libro de Robert-Jan Van Pelt sobre la arquitectura de Auschwitz para aterrarse ante la intervención de ingenieros y arquitectos en el diseño de los campos de muerte, etc. Los crímenes del Holocausto también fueron crímenes de las elites de Núremberg. Como dijo Elie Wiesel: “El asesinato a sangre fría y la educación no son mutuamente excluyentes”. Si hay algo que el Holocausto probó, es que una persona puede amar los poemas y matar chicos al mismo tiempo”.

Lección 6: Conmemoración del Holocausto – La responsabilidad de Educar.

En el Día Internacional de la Conmemoración del Holocausto, los Estados deberían comprometerse a implementar la Declaración del Foro Internacional del Holocausto de Estocolmo, que concluyó: “Tenemos un compromiso en común de alentar el estudio del Holocausto en todas sus dimensiones… un compromiso a conmemorar sus víctimas y a honrar a los que se le opusieron… un compromiso a iluminar donde el silencio oscureció las sombras del Holocausto… un compromiso a sembrar las semillas de un futuro mejor en medio del barro de un pasado amargo… un compromiso… a recordar las víctimas que perecieron, respetar a los sobrevivientes que están con nosotros y reafirmar la aspiración común de la humanidad a la justicia y a un entendimiento mutuo”.

Lección 7: La Vulnerabilidad del Débil – La Protección del Vulnerable como la Prueba de una Sociedad Justa.

El genocidio de la judería europea ocurrió no sólo por la vulnerabilidad de los débiles, sino también por la debilidad de los vulnerables. No sorprende que la prioridad de la higiene racial Nazi – las leyes de esterilización, las leyes de Raza de Núremberg, el programa de eutanasia – se fijaba en aquellos “cuyas vidas no valía la pena que sean vividas” y no es ningún secreto, como apunta el Profesor Henry Friedlander en su trabajo sobre “Los Orígenes del Genocidio”, que el primer grupo elegido para matar fueron los judíos desvalidos – todo sustentado por la ciencia de la muerte, la medicalización de la limpieza étnica, la purificación de hasta el vocabulario de destrucción.

Es nuestra responsabilidad como ciudadanos del mundo darle a quienes no tienen voz la oportunidad de expresarse, mientras buscamos fortalecer a los débiles – ya sean minusválidos, pobres, refugiados, ancianos, mujeres víctimas de violencia, los chicos vulnerables – los más vulnerable de los vulnerables.

Recordamos – y confiamos en – que nunca más estaremos en silencio ni seremos indiferentes al mal. Ojalá que este Día Internacional de la Conmemoración del Holocausto no sólo sea un acto recordatorio, sino un recordatorio para actuar.

Este artículo apareció originalmente en Jerusalem Post.

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