El árabe que salvó a una familia judía

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El Dr. Mohamed Helmy, un árabe egipcio, arriesgó su propia vida para salvar a una familia judía durante el Holocausto.

En 1963, el museo memorial del Holocausto Yad Vashem, se embarcó en un proyecto mundial para rendirle homenaje a los "Justos entre las naciones" que arriesgaron sus vidas para salvar judíos durante el Holocausto. Este fue un intento único para "honrar a los individuos que eran parte de las naciones de perpetradores, colaboradores y observadores, pero que se pusieron del lado de las víctimas e intentaron hacer algo por salvarlos, en claro contraste con la actitud de indiferencia y hostilidad que prevalecía en la época más oscura de la historia".

Yad Vashem ha honrado a casi 25.000 heroicas personas de 44 países, incluyendo Holanda, la ex Unión Soviética, Francia, Alemania, Rumania, la ex Yugoslavia y Albania. Si bien fueron incluidos algunos musulmanes de los dos últimos países mencionados, ahora por primera vez un árabe egipcio ha recibido este honor de forma póstuma.

El Dr. Mohamed Helmy arriesgó su propia vida para salvar a una familia judía durante el Holocausto. Nacido en 1901 en Khartoum, Sudán, hijo de padres egipcios, Helmy se mudó a Alemania en 1922 para estudiar medicina. Después de completar sus estudios fue a trabajar en el Instituto Robert Koch, pero fue despedido en 1937. Por no ser ario de acuerdo al gobierno racista nazi, al Dr. Helmy le estaba prohibido trabajar en el sistema de salud pública y también le prohibieron casarse con Emmy Ernst, su prometida alemana. A pesar de la discriminación, el Dr. Helmy continuó practicando la medicina en el sector privado.

En 1939 fue arrestado junto a otros egipcios, pero fue liberado al año siguiente debido a sus propios problemas de salud.

“Debemos conocer a estas buenas personas, quienes ayudaron a los judíos durante el Holocausto… en gratitud y esperanza, debemos recordarlos” - Elie Wiesel.

A pesar de haber sido un blanco del régimen y a pesar del terrible peligro que implicaba, Helmy tuvo el coraje para hablar abiertamente en contra de las políticas nazis, poniendo en riesgo su propia vida. Luego comenzaron las deportaciones de judíos desde Berlín, y Anna Boros, una judía de 21 años de edad que era amiga de la familia, necesitaba un escondite de manera urgente. Helmy la llevó a una cabaña que poseía en un vecindario de Berlín, un refugio seguro para ella hasta que la pesadilla finalmente terminara.

En tiempos de peligro extremo y estando bajo investigación policial, Helmy hizo los arreglos para que Anna se ocultara en otro lugar.

“El Dr. Helmy, quien era un buen amigo de nuestra familia, me escondió en su cabaña de Berlín desde el 10 de marzo hasta el final de la guerra. A partir de 1942 ya no tuve ningún contacto con el mundo exterior. La Gestapo sabía que el Dr. Helmy era nuestro médico familiar y que poseía una cabaña en Berlín”, escribió Anna después de la guerra.

“Él se las ingenió para evadir todos sus interrogatorios. En algunos casos me llevaba donde amigos suyos, con los que me quedaba durante varios días, y me presentaba como una prima de Dresden. Cuando pasaba el peligro, yo volvía a su cabaña… el Dr. Helmy hizo todo por mí porque era generoso de corazón, y yo le estaré eternamente agradecida”.

Helmy no sólo salvó a Anna, sino que también salvó a Julie, su mamá, a Georg Wehr, su padrastro, y a Cecilie Rudnik, su abuela. Los alimentó, los atendió médicamente e hizo arreglos para que Cecilie estuviera escondida en la casa de Frieda Szturmann, una colega alemana. Durante más de un año, Szturmann arriesgó su propia vida para proteger a la anciana, compartiendo con ella sus preciadas raciones de comida.

El Dr. Helmy corrió un gran peligro cuando los Wehr fueron capturados en 1944. Durante el interrogatorio, ellos revelaron que Helmy los estaba ayudando y que estaba escondiendo a Anna. Helmy llevó a Anna de inmediato a la casa de Frieda Szturmann y, gracias a su ingenuidad, se las ingenió para evitar ser castigado.

Ustedes se preguntarán por qué el Dr. Helmy arriesgó su propia vida para salvar a otros. ¿Fue para vengarse del régimen nazi que lo había discriminado y había evitado que se casara con su prometida? ¿Fue porque, al ser doctor, creía en el valor intrínseco de la vida humana? ¿O fue simplemente, como han dicho otros "Justos entre las naciones", porque era lo correcto de hacer?

Hoy en día en Israel, a pesar de los acérrimos problemas que hay entre judíos y árabes, los doctores no discriminan a sus pacientes de acuerdo a etnia o fe. Para ellos, todos son seres humanos cuyas vidas son preciadas, incluso los heridos refugiados de Siria, un país que está oficialmente en guerra con Israel.

El personal médico israelí dice no hacer distinciones entre sus pacientes, y algunos han creado incluso lazos cercanos con sus pacientes sirios: "En medicina no hay fronteras, color ni nacionalidad", dice Oscar Embon, director general del Centro Médico Ziv en Tzfat. "Tratas a todas las personas que llegan y estoy orgulloso de poder hacer esto".

El Dr. Helmy seguramente hubiera concordado con esta opinión.

Después de la guerra, Anna Boros y su familia emigraron a Estados Unidos, pero nunca olvidaron a sus salvadores: durante la década del 50 y principios de la década del 60 le escribieron cartas al Senado de Berlín alabando su heroísmo. Recientemente fueron descubiertas esas cartas en los archivos de Berlín y fueron remitidas de inmediato a Yad Vashem.

Martina Voigt, una historiadora alemana que realizó una investigación sobre Helmy, explicó que después de la guerra él se casó con Emmy Ernst, su prometida, y que vivieron en Berlín hasta su muerte en 1982. Su esposa murió en 1998. Lamentablemente nunca tuvieron hijos, lo cual complica la búsqueda de parientes.

Yad Vashem reconoció recientemente al Dr. Mohamed Helmy y a Frieda Szturmann como "Justos entre las naciones" y se encuentra actualmente buscando parientes para entregarles la medalla y el certificado.

"Las personas a quienes rescató eran sus pacientes. Los conocía bien", dijo Irena Steinfeldt, directora del Departamento de 'Justos entre las naciones' de Yad Vashem. "Fueron parte de su universo de obligaciones morales y, a pesar del peligro, él se hizo responsable. Creo que es muy destacable e inspirador".

Mientras tanto, sus certificados y medallas se encuentran en la exposición de Yad Vashem llamada Soy el cuidador de mi hermano: 50 años honrando a los “Justos entre las naciones”, sirviendo de testimonio para estos increíblemente valientes individuos.

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