Recordando a Pearl Benisch

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El mundo judío ha perdido una enorme heroína.

Pearl Benisch, una sobreviviente del Holocausto que murió a los 100 años de edad, personificó una grandeza de espíritu digna de los más destacables héroes del siglo XX.

La exitosísima autobiografía de Pearl, To Vanquish the Dragon, posicionada por Amazon entre los 300 libros de judaísmo más vendidos, es un conmovedor relato personal de fe y supervivencia en contra de los pronósticos, que le ha informado a una generación no sólo cómo sobrevivir, sino también cómo vivir. La Sra. Benisch fue una protégé de la famosa Sara Schenirer, quien revolucionó el acceso de las mujeres al profundo manantial intelectual del judaísmo.

Pronto celebraremos Pésaj y leeremos la famosa línea de la Hagadá: “En cada generación, una persona está obligada a considerarse como si hubiese salido personalmente de Egipto”.

Esta es una poderosa enseñanza sobre educación del Holocausto, y en realidad, de cualquier educación sobre historia. Debemos recordar las enseñanzas de los eventos importantes como si hubiesen ocurrido ayer, y luego actuar en base a esas enseñanzas como si nosotros mismos hubiésemos estado allí. La idea no es solamente recordar que nuestros antepasados estuvieron una vez en Egipto, sino asegurar que nunca perdamos de vista la importancia y las lecciones poderosas de las experiencias históricas, ni nosotros, ni nuestros hijos, ni los hijos de nuestros hijos.

Buena parte de la noche del Séder es la narración de la impresionante historia de resistencia del pueblo judío y la cualidad eterna de nuestra misión nacional y destino, en el crisol de la historia del Éxodo. De la misma forma, el Holocausto debe ser transmitido a nuestros hijos como más que “sólo un capítulo de la historia”. En cambio, es un profundo entendimiento de nuestra identidad nacional y de nuestro compromiso a la vida frente a cualquier adversidad, a la diseminación del bien frente a cualquier mal y a la responsabilidad hacia el futuro a pesar de nuestra persecución pasada.

Mi relación cercana con Pearl Benisch despertó en mí una apreciación completamente nueva de lo que los sobrevivientes del Holocausto pueden ayudarnos a descubrir. Me llevó a entrevistar a 100 sobrevivientes de todo el mundo —lo cual está registrado en video— y a comenzar la organización educativa JRoots (o ‘raíces judías’). Hemos llevado a 10.000 jóvenes judíos a campos de concentración en Polonia, embarcándonos en travesías para descubrir el durmiente espíritu luchador judío, que todos tenemos dentro. JRoots también ayudó a republicar el libro de Pearl, el cual ha sido leído por miles de personas.

La última vez que me encontré con Pearl Benisch fue hace unas semanas, en su centésimo cumpleaños. A diferencia de muchas mujeres, que se ven desanimadas en el espejo ante su contextura cada vez más marchita, Pearl saltaba. Celebraba cada nueva arruga en su rostro como un símbolo de una ancianidad que jamás soñó alcanzar.

Ella fue miembro de un grupo único de héroes del “campo de batalla de la vida”. Pearl perteneció a un grupo de hombres y mujeres —un grupo que se desvanece con rapidez— que pudieron haber abandonado sus valores y corrido en la dirección opuesta. Sin embargo, se pusieron firmemente de pie y volvieron a soñar. Reconstruyeron hogares destruidos, dieron a luz a familias y crearon comunidades enteras.

Milagrosamente, Pearl Benisch fue una sobreviviente física, pero aún más que eso, fue una sobreviviente espiritual que estuvo dispuesta a pagar el sacrificio máximo por sus creencias, y que vivió cada día de su larga vida dedicada a sus valores y conocimientos judíos. Se aferró a sus valores frente a los nazis, quienes eliminaron a su familia y comunidad en Cracovia, y enfrentó la pesadilla de Auschwitz, una marcha de la muerte y el infierno de Bergen Belsen. Y a pesar de todo, ella permaneció fiel a sus valores en el mundo libre, donde tantos judíos se alejaron de su judaísmo. Pearl Benisch no permitió que nadie derrocara su espíritu.

Fue una pequeña dama con una presencia gigante, un “libro andante” de sabiduría judía, una fuerza imparable de enseñanzas positivas.

Podemos honrar el legado de Pearl Benisch no sólo preservando su historia personal, sino también ahondando en los valores, las creencias y la moral que personificó, adoptando su legado espiritual, el cual le dio el coraje y la voluntad para sobrevivir y triunfar. Como una sobreviviente del Holocausto, este es su mensaje eterno para las generaciones venideras.

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