El ejército judío

6 min de lectura

El ejército israelí pelea no por odio al enemigo, sino por amor a la nación judía.

Las últimas palabras del primer soldado israelí caído en la actual guerra en Gaza revelan mucho. El sargento Eitan Barak, 20, tuvo un intercambio por Whatsapp con un amigo el jueves por la noche tan sólo minutos antes de entregar su teléfono celular y marchar hacia el nido terrorista de Gaza.

Eitan BarakEitan Barak

Amigo (11:20): ¡Que tengas éxito mi hermano!
Amigo (11:21): ¡Te quiero!
Barak (11:23): Yo también te quiero amigo.
Amigo (11:24): ¿Es seguro?
Barak (11:24): 99 por ciento.
Amigo (11:25): ¡Huau!
Barak (11:25): Han dado la orden.
Amigo (11:25): Que tengas éxito. Haz lo que tengas que hacer. Tú eres el número 1.
Barak (11:26): Yala, mi hermano, en dos minutos voy a estar sin mi teléfono.
Barak (11:26): Espero que regresemos sanos y salvos y que les hagamos pagar a ellos.
Amigo (11:27): Eres lo máximo. De nuevo, que tengas éxito.

Un ser humano nunca puede estar simultáneamente lleno de odio y lleno de amor. Cuando Eitan Barak estaba a punto de entrar a la zona de combate en la cual, cuatro horas después, sería asesinado, el joven soldado estaba lleno de amor.

Me recuerda al Sargento Dvir Emmanueloff, el primero de los caídos en la primera guerra de Israel con los terroristas de Hamás en Gaza. El padre de Dvir había muerto de cáncer dos años y medio antes. Con tres hermanas, Dvir era el único hijo hombre, y estaba muy preocupado por la angustia que le causaría a su madre si llegase a fallecer en la batalla. Él incluso fue a hablar con la viuda madre de un amigo suyo, intentando balancear su amor por su madre con su pasión por defender a los asediados judíos del sur de Israel, bajo una constante lluvia de misiles disparados desde Gaza. Dvir había asistido a la Ieshivá Secundaria de Netivot, en el sur, y amaba a la población local que estaba constantemente bajo ataque.

Cuando la guerra comenzó, Dvir estaba en un entrenamiento de oficiales y por lo tanto estaba exento de pelear. El viernes por la tarde, justo antes de que las fuerzas terrestres de Israel ingresaran a Gaza, Dvir llamó a su madre y le dijo que había optado dejar el curso para unirse a su unidad de infantería, agrupada en la frontera esperando órdenes de atacar. “Mamá”, le dijo, “tengo que pelear. Tengo que estar allí”. Impulsado por amor, Dvir entró a Gaza, en donde fue asesinado en combate horas más tarde.

A lo largo de la historia militar, los ejércitos han sido motivados con odio por el enemigo para lograr que enfrenten la histeria de la batalla. El FDI patrocina una mentalidad diferente. A pesar de diez guerras contra varios ejércitos y milicias árabes, en su entrenamiento el FDI nunca usa la palabra “árabe”. Al contrario, el enemigo es llamado, “los terroristas”. En vez de identificar a los enemigos en el norte como “los sirios” o “los libaneses”, el FDI usa descripciones geográficas impersonales: “En la frontera Siria”, o “en la frontera libanesa”.

Contrasta nuestra aproximación con la de los palestinos. Todas las demostraciones en contra de la guerra defensiva de Israel —en Francia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos— están llenas de violencia y crítica. La educación oficial palestina, inculca odio hacia los judíos en sus series de televisión, en sus grupos juveniles y en sus campos de entrenamiento militar.

La carta del comandante

Dieciocho mil soldados israelíes conglomerados en la frontera de Gaza la semana pasada, esperando la orden para entrar y limpiar los miles de túneles de contrabando e infiltración y plataformas de lanzamiento de los terroristas de Hamás. El Comandante de Givati, una de las divisiones de infantería más grandes, envió esta carta a sus soldados (traducida del hebreo):

Queridos oficiales y combatientes,

Servir en la unidad Givati es un gran honor que recayó sobre nosotros en este momento. La historia nos escogió a nosotros para ser la punta de lanza de la lucha contra el enemigo terrorista de Gaza que provocó y se burló del Dios de Israel. (Aquí él utilizó la terminología del recuento Bíblico de David peleando contra Goliat).

Nos preparamos y nos entrenamos para este momento. Y aceptamos sobre nosotros la misión como emisarios y con completa humildad. Estamos dispuestos a ponernos en peligro y entregar nuestras vidas por el bien de proteger a nuestras familias, nuestra nación y nuestro legado.

... Cuento con que ustedes, cada uno de ustedes, actuará motivado por este espíritu, el espíritu de los guerreros de Israel, quienes van a la vanguardia de las fuerzas de combate,… Elevo mis ojos a los cielos y clamo con ustedes, “Shemá Israel, Hashem Elokeinu, Hashem Ejad”. Hashem, Dios de Israel, por favor haz que tengamos éxito, vamos a ir a luchar por Tú nación contra un enemigo que se burla de Tú nombre. En el nombre de los combatientes de las FDI y particularmente los combatientes de esta división y sus comandantes, que lo que dice en la Torá se cumpla para nosotros: “Porque Hashem vuestro Dios es quien va con ustedes a pelear por ustedes en contra de sus enemigos, para redimirlos”. Y digamos, “amén”.

Juntos, y solamente juntos, venceremos.

Coronel Ofer Winter
Comandante de la Brigada Givati

Unidos bajo fuego

El amor y apoyo de los judíos y los no judíos a lo largo del mundo se manifiesta en decenas de iniciativas para apoyar a nuestros soldados. Una de ellas es “Or LeHayil”, una organización de Jabad que ayuda a soldados durante todo el año. Comenzó cuando su fundador Mendy Ofik y su hermano Shmuel estaban camino a Hebrón hace cinco años para distribuir canastas de Purim a los soldados estacionados allí. Una emboscada árabe atacó su auto con rifles automáticos. Una bala entró en el cuello de Shmuel, salió por el otro lado y le pegó a Mendy. Mientras una ambulancia los llevaba rápidamente al hospital, Mendy prometió que si sobrevivía, él dedicaría su vida a los soldados de Israel. Tanto Mendy como Shmuel son incansables trabajadores en el servicio de los conscriptos de Israel.

El amor impulsa a nuestro soldados hacia Gaza, en donde el odio acecha.

Cuando se emitió la orden el jueves por la noche de invadir Gaza, Mendy estaba parado allí en la puerta de la valla fronteriza. Él guiaba a las tropas para recitar Shemá Israel a medida que pasaban, brigada tras brigada, hacia la oscuridad de Gaza. Él y Shmuel también distribuyeron tzitzit a cualquier soldado que quisiera. Aunque las delgadas ropas de algodón con los flecos en cada una de sus cuatro esquinas ciertamente no se parecen a una armadura protectora, muchos soldados los piden para estar protegidos por la mitzvá.

La organización Thank Israeli Soldiers ha entregado a los soldados más de 4.200 paquetes de ayuda, que contienen calcetines, ropa interior, camisetas y toallitas húmedas. Dado que no tienen lugar para ducharse en la frontera durante muchos días bajo el calor sofocante, los soldados aprecian especialmente estas toallitas húmedas y la ropa. El viernes pasado, más de 2.000 paquetes de jalot de Shabat, botellas de jugo de uva y humus fueron repartidos, además de 1.200 kilos de rúgalej y galletas que fueron compradas en panaderías del sur del país que sufren económicamente por la guerra. Mientras Emanuel, un representante de la organización, repartía las bandejas de alimentos, él vio una hilera de tanques que se preparaban para entrar a Gaza. Para el deleite de los soldados, él le dio a cada tanque dos bandejas. Ellos estaban felices de saborear un poco de comida de Shabat a medida que sus tanques entraban en la zona de combate.

Una carta del donante específico acompaña a cada paquete de ayuda. Como explica la directora Mimi Jankovits, "Las cartas de apoyo son una parte esencial del paquete. Los soldados llevan estas notas a la batalla con ellos. Conectar a personas de todo el mundo con los soldados israelíes ayuda a crear lazos y a formar un escudo espiritual que nos protege a todos".

Soldados entregando sus nombres para el Proyecto ShmiráSoldados entregando sus nombres para el Proyecto Shmirá

Otra organización que beneficia a los soldados es el Proyecto Shmirá (protección). El Proyecto Shmirá, respaldado por destacados rabinos, empareja voluntarios de todo el mundo con soldados de combate israelíes en el campo de batalla. Cada voluntario recibe el primer nombre y el nombre de la madre de un soldado, la cual es la forma en que los judíos rezan por individuos. En las primeras horas de la invasión a Gaza, el Proyecto Shmirá estaba recibiendo mil peticiones por hora, desde lugares tan lejanos como Uganda, Islandia, y el Lejano Oriente.

Yaakov G., fundador del Proyecto Shmirá, estaba recolectando nombres de soldados en la frontera de Gaza el viernes. En medio del constante fuego de mortero de Hamás, Yaakov repartió portapapeles para que los soldados anotasen sus nombres. Tal voluntariado requiere suficiente amor como para desvanecer el miedo. La primera muerte civil de Israel fue Dror Janin, un voluntario que acudió a la frontera para distribuir paquetes de alimentos a los soldados, y fue asesinado por un proyectil de mortero.

Yaakov también guió a muchos soldados para recitar Shemá. Este credo de la fe judía debe recitarse diariamente, cada mañana y cada noche, y de acuerdo a una costumbre que data de la época de Rabi Akiva hace más de 2000 años, los judíos dicen Shemá también en el momento de la muerte.

Los jóvenes soldados recitando Shemá en su camino hacia Gaza no tienen forma de saber si es el Shemá diario o el Shemá del momento de la muerte. Un soldado le entregó a Yaakov G. un pequeño cuaderno negro y le pidió, “Si no salgo, por favor entrégale este cuaderno a mi familia en Jerusalem”.

El amor impulsa a nuestro soldados hacia Gaza, en donde el odio acecha.

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