Los doctores secretos de Israel

3 min de lectura

En Siria nadie pide permiso para matar; nosotros no pedimos permiso para salvar vidas.

Los doctores israelíes y sus ayudantes deben realizar su trabajo de forma clandestina para poder ayudar a los refugiados de la guerra civil de Siria. Cuando van a los campos de refugiados de Jordania, se cambian las ropas para camuflarse con el entorno. Deben entrar y salir a escondidas, no le cuentan a otros hacia dónde se dirigen y cuando vuelven a sus hogares no cuentan lo que han visto. Y por sobre todo, no revelan los nombres de sus pacientes.

Ellos se mantienen “fuera del radar”, dice una organización clandestina dedicada a esto. Cuando tratan a los sirios en hospitales israelíes, se aseguran que los periodistas no averigüen detalles que ayudarían a las autoridades sirias a identificar a los pacientes.

Generalmente Israel se enorgullece y anuncia abiertamente cuando presta ayuda médica en situaciones de emergencia. Pero en lo que respecta a las víctimas de la guerra civil de Siria, la cosa es diferente.

Siria no reconoce a Israel y les prohíbe a sus ciudadanos la entrada a dicho país. Los doctores israelíes no son bienvenidos en Jordania, lugar en el que su trabajo ha sido denunciado como una violación a la soberanía jordana. Lo último que quiere Israel es verse involucrado en la guerra civil de Siria, y no se necesita mucho para que la gente crea que Israel está funcionando como la fuerza médica del ejército libre sirio.

Para los sirios, la posibilidad de que su propio gobierno los castigue por recibir ayuda hace que la situación sea aún peor. Este verano en la ciudad de Naharia, Israel, cerca de las Alturas del Golán, decenas de pacientes han sido trasladados de forma encubierta a través de la frontera desde Siria para ser tratados por doctores israelíes.

Para los amigos o parientes de los pacientes, Israel se ha vuelto la última esperanza, ya que no hay ninguna ayuda médica siria disponible. Masad Barhoum, director clínico del centro médico Western Galilee, dijo recientemente en una entrevista a la NBC que muchos de los pacientes llegan inconcientes. “Cuando despiertan y se dan cuenta que están en Israel, se asustan y se inquietan”.

Una mujer siria dijo en el hospital que había ido a Israel porque una bala de un francotirador había herido a su hija. “El hospital de mi ciudad fue destruido. Aquí salvaron a mi hija, pero ahora estoy asustada de volver. Nos tendrán en la mira”.

Una organización israelí, iL4Syrians, opera de forma clandestina en Siria y en otros países que están en apuro. Proveen comida y suministros médicos para quienes los necesitan, y gracias a la clandestinidad pueden proteger tanto a sus contactos locales como a sus voluntarios. En su página web no aparece el nombre de sus directores o de quienes trabajan allí, pero sí tienen un lema desafiante: “Nadie pide permiso para matar. Nosotros no pedimos permiso para salvar vidas”.

Ellos explican que “nos enfocamos en países que no tienen relaciones diplomáticas con Israel y trascendemos las diferencias”. Argumentan que el respeto por la santidad de la vida humana es parte de la tradición y cultura judía, y que eso aplica a los enemigos más despiadados de Israel en igual medida que a cualquier otro.

Dado que estos esfuerzos no son oficiales y que no hay registros, nadie puede saber cuántos israelíes están realmente involucrados en esta labor. Yo me enteré de este fenómeno por una de las notas periodísticas que escribió Tom Gross, un astuto periodista británico que se especializa en Medio Oriente.

Gross tiene un video de 15 minutos que muestra un par de días de trabajo de un grupo de ayuda humanitaria que visitaba a un grupo de refugiados. Los refugiados no sabían que ellos los visitarían, por lo que se mostraron sumamente sorprendidos cuando se enteraron que eran israelíes. Eso hizo que algunos se pusieran nerviosos, pero en el video se ve que otros dicen en árabe: “Que Dios bendiga a Israel”.

El equipo lleva a un payaso profesional para que entretenga a los niños mientras ellos reparten la comida. En un campo, sin embargo, los adultos se pelaron brevemente por los alimentos. El periodista le preguntó a una de las voluntarias: “¿La gente cree que estás loca?”, a lo que ella respondió: “No mucha gente sabe”.

Para enterarse de lo que ellos hacen uno debe recolectar piezas de información de entre las distintas notas periodísticas y unirlas como un rompecabezas; por ejemplo, en un periódico árabe-israelí apareció que “los países árabes ofrecen sus condolencias, pero el mejor rol es el que desempeñan los israelíes, quienes cruzan la frontera para proveer asistencia a los refugiados y arriesgan sus vidas sin recibir ni siquiera una palabra de agradecimiento”.

Hoy en día estamos viviendo una época sombría para buena parte del mundo, y muy sombría para el pueblo sirio. Pocos pueden imaginarse una solución que no les traiga más tragedia aún. W.H. Auden describió en su poema “September 1, 1939” (1 de septiembre de 1939) una época más sombría aún, y ofreció el único consejo que le hacía sentido: “Muestren una convicción inquebrantable”.

Ahora que estamos comenzando el nuevo año judío, vale la pena recordar que estos israelíes humanitarios han encontrado una manera de hacer que sus llamas flameen con una convicción inquebrantable.

Este artículo apareció originalmente en el “National Post”.

EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.