Un kadish muy especial

3 min de lectura

Cuando llevé a un grupo de estudiantes al cementerio militar, nunca imaginé la sorpresa que nos esperaba.

El lunes 16 de mayo fue un día sumamente caluroso en Israel. En mi labor de guía turístico de Birthright, les recordé a todos que llevaran gorras y agua, y me aseguré de que el grupo no estuviera bajo el sol por demasiado tiempo. Teníamos una agenda muy copada, y ahora tocaba ir al Monte Herzl, el cementerio militar de Israel. Nunca nos habríamos imaginado la sorpresa que nos esperaba.

Los jóvenes a mi cargo pertenecían a la Universidad de Penn State y estaban participando en un viaje organizado y liderado por el querido rabino de Aish, David Grant, y por su esposa Ester.

Nuestra primera parada fue cerca de la tumba de Teodoro Herzl. ¿Quién fue? ¿Qué hizo? Luego nos detuvimos frente a la tumba de Itzjak Rabin y aprendimos sobre su vida y asesinato.

Mis siguientes paradas suelen ser las tumbas de los soldados perdidos, el Antiguo Memorial de la Ciudad y el monumento al submarino Dakar. Pero al ver la hora y el calor que hacía, me di cuenta que desafortunadamente esta vez no podríamos abarcar todo. Por lo tanto, redirigí la ruta hacia tumbas más recientes (Yoni Netanyahu, Michael Levine, Roi Klein y Max Steinberg); las historias de estos héroes siempre tocan el corazón de los jóvenes.

Pero en el camino decidí hacer una parada extra. Me gusta explicar sobre la apariencia de las tumbas judías y sobre el significado de lo que hay escrito en ellas. Así que azarosamente me detuve en una tumba cualquiera para enseñar un poco y rendir honor a un soldado que posiblemente no tenía muchos visitantes. Después de todo, el cementerio es gigantesco y tiene cerca de 4.000 tumbas, de las cuales pocas son de “personas conocidas”. Y dado que la mayoría de los muertos eran personas jóvenes que aún no se casaban, pocos de ellos tienen descendientes, por lo que con el pasar de los años lo más probable es que no tengan visitas del todo.

Me detuve en una tumba que nunca antes había visto, y el grupo se reunió en torno a ella. Les expliqué cómo se ve una tumba judía, en particular una tumba militar, y les leí la inscripción en hebreo.

Algo sonaba raro. La volví a leer y la traduje al español:

Moshé (Milton) Gavrer
Hijo de Menuja y Avraham Dov
Nacido en Estados Unidos
Hizo aliá (se mudó a Israel) en 1947
Murió en batalla en Jerusalem, el 8 de iyar de 1948
Tenía 27 años al momento de su muerte
Que su alma quede por siempre enlazada al lazo de la vida

Cuando llegué a la fecha judía, el 8 de iyar, mi corazón se detuvo. Quedé sin palabras.

Todos me miraron, tratando de entender por qué había dejado de hablar y por qué estaba en estado de shock.

Se me puso la piel de gallina y me pareció como si el tiempo se hubiese detenido.

La semana pasada habíamos celebrado el inicio del mes de iyar, y Iom Haatzmaut había sido hace pocos días… "¿En que fecha estamos hoy?", pensé para mí mismo. "No puede ser… pero sí lo es…".

Le pregunté a Rav Grant y a nuestra madrijá israelí, Adina, qué fecha judía era, y ellos me confirmaron lo que yo ya sabía. Era el 8 de iyar.

No podía moverme. No podía hablar. Comencé a llorar.

Nunca antes había parado ni siquiera cerca de esta tumba, pero a pesar de eso, entre casi 4.000 tumbas, Dios nos guió a la tumba de Moshé Gavrer en el día de su yortzait, el 8 de iyar.

Milton era un joven americano que sirvió en el ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, alcanzando el rango de sargento, y luego se mudó a Israel para utilizar sus habilidades militares defendiendo a los judíos. Fue asesinado por un francotirador en la estación de ferrocarriles de Israel el 17 de mayo de 1948 (8 de iyar del 5708). Tenía 27 años.

¿Alguien ha visitado su tumba? Es difícil saber, no encontré ningún registro de su familia. Al parecer no estaba casado y no tenía hijos. Nació en 1921, así que es poco probable que tenga hermanos vivos, y considerando lo difícil que era viajar en ese entonces, ni siquiera es claro que sus padres lo hayan podido visitar.

¿Alguien dijo kadish por él?

Sí.

Nosotros lo hicimos. Rav Grant nos guió en uno de los rezos más conmovedores que haya experimentado. Pusimos piedras en su tumba y nos retiramos en silencio.

A veces creo que estoy guiando, cuando en verdad yo estoy siendo guiado.

A veces creemos que estamos solos, cuando en realidad estamos todos juntos.

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