Vil Ataque en Jerusalem

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La violencia no es la forma judía de comportarse.

Hace unos días, unos jóvenes judíos estaban dando vueltas por Jerusalem buscando problemas. Las emociones se apoderaron de ellos y golpearon viciosamente a unos muchachos árabes, dejando a uno de ellos en estado crítico.

Yo, al igual que todo el Estado de Israel, estoy indignado. Rabinos, educadores y políticos de todos los sectores han denunciado este vil acto. Un comité especial de la policía lo está investigando, se han hecho arrestos y los responsables seguramente serán castigados con todo el rigor de la ley.

El pueblo judío se enorgullece de ser diferente. La violencia no es la forma judía de comportarse – especialmente el hecho de discriminar a alguien por su nacionalidad. Este preocupante incidente indica que no estamos haciendo lo suficiente al educar a nuestros hijos en los caminos de la tolerancia.

El Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, declaró enérgicamente:

"Esto es algo que no podemos aceptar – no como judíos y no como israelíes. Nosotros no somos así, esto va en contra de nuestra forma de comportarnos, y lo condenamos con palabras y con acciones. Rápidamente llevaremos a los responsables de este censurable incidente ante la justicia".

"Lo decimos tan claro como es posible: El Estado de Israel es un estado democrático e instruido en el que, cuando nos hemos encontrado con actos como este, todo el estado y sus líderes se han unido en contra de tal fenómeno, y continuaremos haciéndolo. Esto es lo que nos hace únicos en el entorno que nos rodea, y continuará haciéndonos únicos. Espero que algún día nuestro entorno cambie también. Pero nosotros al menos persistiremos en nuestra absoluta oposición al racismo y a la violencia".

Por otro lado, el hecho de que todos los sectores de la sociedad israelí hayan condenado este atroz acto de forma tan tajante, muestra que incluso en nuestros momentos errantes, nuestra brújula moral continúa siendo precisa.

Como escribe Ruthie Blum en el periódico Israel Hayom, una sociedad no es juzgada por la inmoralidad que ocurre en ella, sino por la respuesta de sus líderes, educadores y el público en general frente a ésta.

Blum compara el crimen actual al linchamiento que tuvo lugar en octubre del año 2000, cuando dos israelíes dieron un giro equivocado y terminaron en Ramala por accidente. Una pandilla de 1.000 palestinos los atacó –estrangulando, acuchillando, destripando e incendiando a los israelíes. Uno de los asesinos se paró orgullosamente en una ventana abierta y le mostró sus manos ensangrentadas a la alborozada multitud. Después del linchamiento, la Autoridad Palestina no hizo ningún arresto y no pronunció ninguna condena al acto. (En realidad, la policía palestina ayudó a posibilitar el linchamiento y la preocupación principal de la Autoridad Palestina fue evitar que los videos de tal atrocidad llegasen a las manos de la prensa occidental).

Esto de ninguna manera justifica los actos de violencia judíos. Pero, ¿puedes ver la diferencia?

En la sociedad palestina de hoy en día, abunda la retórica que difama a los judíos y que alienta la violencia asesina en su contra. Los terroristas suicidas son elevados hasta la cima de la sociedad palestina – venerados con poemas e inmortalizados con docenas de escuelas, caminos y eventos deportivos nombrados en su honor. En un popular programa para niños palestinos, un personaje parecido a Mickey Mouse llama a los niños a "aniquilar a los judíos" y a "martirizarse". Ahlam Tamimi, la mujer que ayudó a llevar a cabo el horripilante atentado en la pizzería Sbarro de Jerusalem que mató a 15 civiles e hirió a 130, es tratada en el mundo árabe como una estrella de rock (video en inglés).

Estos son sólo unos pocos de los miles de ejemplos que hay.

Para empeorar las cosas, la prensa occidental minimiza todo: El periódico estadounidense New York Times caracterizó los llamados palestinos al genocidio como un mero "insulto a los judíos" ("Los Insultos de Hamás a los Judíos Complican los Esfuerzos para la Paz", 1 de abril de 2008). Y el semanario Christian Science Monitor citó a un director de TV palestina quien dijo que alentar a los niños a la jihad "no es para enseñar odio. Es para enseñarles a los niños a pensar como corresponde, para que se relacionen con el modo de vida de nuestra cultura" ("El Enfoque de Hamás para la Jihad: Que Comiencen desde Jóvenes", 20 de agosto de 2007).

Para que la paz exista, todos los involucrados necesitan aceptar la idea de una coexistencia pacífica y tolerante. Una sincera condena a la violencia es un crucial primer paso.

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