Distorsión de la historia judía en Irán

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El Ministro de Relaciones Exteriores de Irán nos recuerda por qué es tan importante conocer la historia judía.

Justo antes de Purim, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu le dijo a un grupo de jóvenes: “En Persia, querían matarnos, pero no tuvieron éxito. Hoy en día, también los persas están tratando de destruirnos, pero tampoco lo lograrán”.

Sin embargo, Javad Zarif, el Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, no estuvo de acuerdo con la interpretación de Netanyahu. En una serie de tweets dijo en respuesta: “Una vez más Benjamín Netanyahu no sólo distorsiona las realidades de hoy, sino que también distorsiona el pasado, incluyendo los textos sagrados judíos… El Libro de Ester cuenta cómo Xerxes I salvó a los judíos de un complot ideado por Hamán el agagita, hecho que se recuerda este mismo día”.

Por supuesto, los que leemos el Libro de Ester cada Purim sabemos que Ajashverosh (el nombre judío de Xerxes I) estaba completamente del lado de Hamán con respecto a destruir a los judíos, hasta que Ester y Mordejai, los verdaderos héroes de la historia, lo hicieron cambiar de parecer. Pero vemos cómo la historia judía puede ser fácilmente malinterpretada por nuestros enemigos.

Más que en cualquier otra porción de la Torá, la distorsión que algunos hacen es evidente en la parashá de esta semana donde leemos la historia del becerro de oro. Cuarenta días después de escuchar a Dios en el Monte Sinaí, los judíos se ocuparon de construir y bailar alrededor de un becerro de oro. ¿Qué pasó realmente? ¿Cómo pudieron adorar ídolos tan pronto después de escuchar a Dios?

Según algunos eruditos cristianos, hay una respuesta simple a esta pregunta. ¡Los judíos eran incapaces de hacer lo correcto! De hecho, la Torá se les dio a ellos sólo para demostrar que, a causa del pecado original, los seres humanos somos incapaces de cumplirla y, por lo tanto, necesitamos un “nuevo pacto”, el pacto del cristianismo o “judaísmo light”.

Pero si leemos cuidadosamente la Torá y el indispensable Midrash, veremos que no fue así. El pueblo judío pensaba que Moshé estaba muerto. Después de escuchar a Dios en el Monte Sinaí, le pidieron a Moshé que obtuviera el resto de la Torá por ellos. Ahora, sin Moshé, sentían que necesitaban algún tipo de intermediario para poder comunicarse con Dios. El Becerro de oro fue un sustituto de Moshé, no un sustituto de Dios. Lo miraron como un símbolo cabalístico tangible sobre el cual concentrar su atención, para conseguir lo que los judíos más tarde obtendrían al ir al Templo, o los judíos de hoy obtienen al ir al Muro Occidental.

La Torá nos dice que, de acuerdo a nuestro nivel en aquel entonces, fue un terrible error. No necesitábamos nada físico. Deberíamos haber podido rezar directamente a Dios. La necesidad de algo físico, a pesar de que no era una adoración de ídolos propiamente tal, fue el comienzo de un camino que llevaría a la adoración de ídolos en una etapa posterior. Es por eso que Dios estaba preparado para lidiar con sus acciones tan duramente si es que Moshé no hubiese rezado y los hubiese conducido al arrepentimiento.

Es importante hoy que los judíos conozcamos nuestra historia. Si no lo hacemos, podemos fácilmente confundirnos con falsificaciones baratas. Ningún judío que haya leído detenidamente el Libro de Ester será engañado por el Ministro de Relaciones Exteriores iraní que habla en nombre de un país que quiere hacer realidad el sueño de Hamán. Pero, ¿cuántos judíos hoy en día saben aún menos sobre la historia de Purim que Javad Zarif?

Una serie de lectura obligada para cualquier persona que necesite más conocimiento sobre la historia judía es el Curso rápido de historia judía del rabino Ken Spiro. No debemos esperar a que nuestros enemigos nos recuerden lo que no sabemos.

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