El Vaticano y los utensilios del Templo

11 min de lectura

¿Es verdad que la Iglesia tiene en su posesión los utensilios del Sagrado Templo?

Reimpreso con permiso de la revista Ami.

Rav Yonasan Shtencel de Jerusalem nunca imaginó que su estudio de Talmud lo llevaría a explorar el ancestral misterio que hay en torno a la desaparición de los utensilios del Beit HaMikdash, el Templo Sagrado. ¿Están realmente escondidos en las catacumbas del Vaticano en Roma?

Rav Shtencel es propietario de una exitosa compañía farmacéutica y tiene la fortuna de poder pasar gran parte de su tiempo estudiando Torá.

“Hace unas tres semanas estaba con mi compañero de estudio, Rav Hirschman, estudiando la sección del Talmud que habla sobre que Rabí Elazar ben Rabí Yosi vio muchos objetos del Beit HaMikdash: la Menorá, la Mesa, el tzitz (corona) del Sumo Sacerdote y el parójet (cortina). También encontraron el esmeril del Beit Avtinas”.

“Entonces pensé”, continuó Rav Shtencel, “‘Huau, esto pasó hace casi 2.000 años. Me pregunto dónde estarán hoy’. Comencé a investigar sobre el tema y descubrí que muchas personas afirmaban haber visto los utensilios del Templo. Por ejemplo, hay una famosa historia sobre Rav Itzjak Bokovza zt’’l de Trípoli, Libia (quien murió en 1930). En su obra Beit Halajmí, él relata haber ido a Roma para una boda en la que conoció al Papa, quien lo llevó al Vaticano y le mostró los utensilios del Beit HaMikdash. El Arco de Tito, que data del siglo I, también muestra a los romanos llevando la Menorá. Para mí, esto obviamente significaba que estaba en posesión de ellos”.

“Dado que hay un Papa nuevo que parece ser compasivo con los judíos y que tiene a Rav Skorka de Argentina como un buen amigo, pensé que sería un buen momento para acercarse al representante del Vaticano en Israel para hablar sobre los utensilios. Escribí una carta en hebreo y la hice traducir por un profesional; luego envié copias tanto al Vaticano en Roma como al representante del Papa en Israel, el arzobispo papal Giuseppe Lazarotto. También la envié por email. No soy un presidente o primer ministro, pero decidí que lo intentaría. A pesar de que no era probable que recibiera una respuesta, asombrosamente me respondieron por fax”.

Rav Shtencel lamentó el hecho que el arzobispo asumiera que su petición era una acusación de antisemitismo, ya que insiste haber tomado los resguardos necesarios para evitar esto. “Escribí la carta con mucho cuidado y respeto para no parecer estar acusando de ninguna forma. Creo haberlo logrado en mi carta. Me dirigí intencionalmente a su corazón, en lugar de reforzar mi comentario con supuestas pruebas. También me molestó que el arzobispo utilizara las palabras devolución a sus dueños legítimos en lugar de a los judíos. Quizás la Iglesia cree que ellos son los dueños legítimos. Por esa razón, creo que la respuesta fue insatisfactoria”.

“No soy un investigador profesional y no planeo presentar una demanda legal. Pero investigué mucho y encontré más de 20 alusiones a que los utensilios están en el Vaticano”.

Respecto a la opinión que dice que los utensilios permanecerán ocultos hasta la llegada del Mesías, Rav Shtencel dijo: “Primero que devuelvan lo que sea que le hayan robado al pueblo judío; después de eso nuestros rabinos decidirán qué hacer con ello. Sólo que admitan tenerlos o incluso que nos permitan tomar fotografías sería un gran logro. Tienen miles de libros y manuscritos judíos y todo es un gran secreto”.

Sobre lo que deberíamos hacer para rectificar la situación, Rav Shtencel dijo: “Quizás cuando el Papa Francisco visite Israel deberíamos recibirlo con grandes carteles en inglés y español para que la prensa internacional tome conciencia de la situación. Todo el mundo debería saber que no hemos olvidado los utensilios”.

Imprecisión histórica

El profesor Lawrence H. Schiffman, uno de los principales historiadores judíos del mundo, es el Vice Decano para Cursos de Primer Grado en Yeshiva University. Como presidente del Comité Internacional para Consultas Religiosas, es el dialogador oficial judío con la iglesia y ha trabajado muchos años para mejorar las relaciones entre judíos y católicos, incluyendo el estatus legal de los sitios cristianos en Israel. Le pregunté sobre el grado de validez de la afirmación de que el Vaticano tiene nuestros utensilios.

“Sería bueno que el Vaticano las tuviera, porque de ser así las podrían devolver. Sin embargo, los hechos históricos prueban que es virtualmente imposible”.

“Mira, te diré lo siguiente”, comenzó diciendo. “Pienso que la mayoría de los judíos cree que el Vaticano tiene los utensilios. La teoría de que la Iglesia los consiguió es fascinante. También es asombroso que Rav Shtencel haya recibido una respuesta. Sería bueno que el Vaticano los tuviera, porque de ser así los podrían devolver. Sin embargo, los hechos históricos prueban que es virtualmente imposible. Entonces, a pesar de que es una teoría popular, dudo mucho que puedas encontrar un verdadero erudito con conocimientos en esta área que le de credibilidad. De acuerdo a quienes han estudiado el tema sólo se trata de un mito moderno”.

“Debes darte cuenta de que el Vaticano ni siquiera existía en el primer siglo de la Era Común. El Vaticano comenzó a existir recién alrededor del año 700 EC. Además, Roma fue saqueada por los visigodos, los vándalos, los sarracenos y los ostrogodos cerca del siglo V, por lo que todo utensilio que hubiera habido allí habría sido destruido. El Vaticano no fue establecido sino cientos de años después. De hecho, los papas comenzaron a vivir allí recién en 1377. Sabemos que los utensilios fueron llevados a Roma gracias a los Sabios y a otro testimonio, incluyendo a Josefo. El Arco de Tito tiene un claro retrato de la Menorá. Pero es imposible que los utensilios hayan llegado al Vaticano, ya que el Vaticano no fue el sucesor del Imperio Romano”.

El mito de los manuscritos

El profesor Schiffman se refirió a varios factores que pueden haber llevado a la aceptación de esta falsa idea.

“Muchas personas tienen la impresión de que los utensilios no son los únicos ítems judíos valiosos que tiene el Vaticano”, continuó. “Toda mención de los utensilios viene generalmente acompañada por la mención de manuscritos ocultos. La gente cree que el Vaticano tiene grandes cantidades de ellos, incluyendo escritos de Maimónides, del Ritvá y otros, que se perdieron hace tiempo. Pero en realidad la mayoría de los manuscritos de los archivos del Vaticano se pueden ver en Internet y hay otros tantos que están disponibles en microfilm”.

­“En una ocasión alguien me preguntó sobre un manuscrito en particular que afirmaba que el Vaticano mantenía en secreto. Yo me alarmé y fui a la Universidad Hebrea, en donde encontré ese exacto manuscrito. Toda la Colección Hebrea del Vaticano puede verse en Internet, lo cual disipa la sospecha de que el Vaticano pueda decidir publicar algunos manuscritos y otros no; no tiene sentido. Por el contrario, ellos prefieren mostrarle al mundo lo que tienen y ponerlo en exposición. No se gana nada manteniendo esas cosas en secreto. Hace unos años el Vaticano permitió que los manuscritos de Maimónides fueran exhibidos en Israel. Sé que alguien afirmó que el Vaticano tiene ciertos escritos secretos del Ritvá y otros, pero cada obra que mencionó ya había sido publicada en microfilm”.

Los verdaderos secretos del Vaticano

Por alguna razón, la teoría de que el Vaticano tiene los utensilios del Templo ha ganado gran notoriedad en los últimos 70 años y el profesor Schiffman cree que no es una coincidencia. “Hay muchas cosas que el Vaticano mantiene en secreto”, explicó, “que pueden haber contribuido al mito de los utensilios. Con seguridad el Vaticano tiene mucha información sobre las acciones del Papa Pío XII durante la Segunda Guerra Mundial y posiblemente tiene también una lista de los niños judíos que fueron mantenidos en hogares cristianos durante esos años”.

La idea de que los utensilios estén escondidos en cuevas o catacumbas secretas también es intrigante. Schiffman explica: “Se está realizando una increíble expedición arqueológica debajo de la Basílica de San Pedro, en donde la gente afirma haberlos visto. Hasta ahora han descubierto una villa romana completa y todos los días se descubre algo nuevo, pero aún nadie se ha cruzado con los utensilios. Admito que la idea es cautivante. Hace unos años estuve en el Vaticano con alguien que tenía conexiones con el Papa Juan Pablo II. Habíamos ido allí para hablar sobre una posible exhibición. Cuando vi dos menorot en una repisa de su oficina me preguntó: ‘¿Quiere ver algunos de los artículos judíos que tenemos en el Vaticano? Lo llevaré abajo’. Naturalmente, me puse muy ansioso. Bajamos seis pisos en ascensor, hasta un área de conservación en donde había diez mujeres restaurando objetos antiguos. Me mostró dos pares de Tefilín que estaban guardados en una caja de cartón. ‘Eso es todo lo que tengo’, dijo. Lo que quiero decir es que si tienen algo, no saben que lo tienen”.

“Realmente les sorprende e incluso divierte que algunos judíos crean este rumor. Hace varios años, cuando los ex Grandes Rabinos de Israel Amar y Metzger visitaron el Vaticano, se les instruyó no hacer esta pregunta. Sin embargo, uno de ellos la hizo y, mientras hablaba con el Papa, algunas de las personas que trabajan en la oficina del Vaticano rieron entre dientes. Consideran que la idea es ridícula”.

No es cierto

“No es algo que a la gente le guste escuchar”, continuó Schiffman, “pero el Vaticano no tiene los utensilios del Beit HaMikdash. Respecto a los relatos de personas que los vieron, no parecieran ser ciertos. Puede que hayan sido inventados, que la gente haya imaginado cosas o que no hayan sabido identificar lo que estaban viendo. También es posible que hayan visto una menorá u otros objetos, pero pueden haber sido de otro lugar de Roma y no los utensilios del Beit HaMikdash. Debemos recordar que en la Roma mencionada en el Talmud no existía el Vaticano”.

No es algo que a la gente le guste escuchar, pero el Vaticano no tiene los utensilios del Beit HaMikdash.

La verdad es que toda prueba que existe es de fuentes de segunda mano o está escrita en relatos difíciles de verificar. Uno de los pedidos más famosos fue hecho por el parlamentario israelí Simón Shetreet, quien le pidió públicamente al Papa Juan Pablo II la devolución de los utensilios en 1996. Shetreet fue lo suficientemente amable para hablar con la revista Ami sobre su encuentro con el papa y sus impresiones sobre el tema. “Conocí a Juan Pablo II en 1996”, dijo, “y le pedí que revisara mi pedido de la devolución de la Menorá, que mencioné específicamente. Nunca obtuve respuesta”.

Cuando mencioné la insistencia del profesor Schiffman respecto a que el Vaticano fue establecido demasiados años después de la caída del Imperio Romano como para que esos ítems estuvieran en manos de la Iglesia, Shetreet dijo: “No estoy seguro de que eso descarte la posibilidad. El poder estaba en manos del Imperio Romano, que posteriormente emergió como Estados Papales. Entonces no sé si puedes decir eso. Tampoco creo que los utensilios hayan sido fundidos; eran simplemente demasiado valiosos”. También teorizó sobre la posibilidad de que el Vaticano quisiera conservarlos como recuerdo de la destrucción del Beit HaMikdash.

El hombre Menorá

El Dr. Steven Fine es profesor de historia judía y director del Centro de Estudios de Israel de Yeshiva University, y es considerado uno de los mayores expertos del mundo sobre la Menorá perdida; ha estudiado todos los registros importantes de los Sabios y miles de documentos históricos. También es el autor de The Menorah, libro que pronto será publicado por la editorial Harvard University Press.

En un ensayo académico que escapa al alcance de este artículo, el Dr. Fine explica cómo las fuentes textuales judías que dicen haber visto la Menorá en Roma no establecen ninguna conexión con el Vaticano. En otras palabras, los Sabios definitivamente vieron la Menorá, sólo que no en el Vaticano.

Josefo describe cómo eran exhibidos los Trofeos del Templo en Roma:

Fueron exhibidos en el magnífico Templo de Paz. Comenzado en el año 71 y terminado en el año 75 EC, este templo fue construido por Vespasiano para conmemorar la derrota romana de Judea y fue reconstruido más tarde por Domiciano. Pliny el Anciano lo incluye entre los edificios nobles de Roma, caracterizándolo como uno de los más hermosos que el mundo haya visto… Expuso los utensilios de oro del Templo de los judíos, de los cuales se enorgullecía”.

De acuerdo a Fine: “Los judíos, tanto los nativos de Roma como los visitantes, indudablemente venían al Templo de Paz para ver los ítems del Templo, al igual que los judíos de hoy en día continúan afluyendo en cantidades para visitar el Arco de Tito. El templo era parcialmente un espacio público, al igual que la Casa Blanca en los Estados Unidos… Esos avistamientos [de los Sabios] tienen una probabilidad razonable de ser confiables. Los ítems mencionados podrían perfectamente haber sido vistos en Roma por los rabinos del siglo II, ya que la evidencia externa de Josefo y el Arco de Tito brindan un fuerte apoyo a su historicidad”.

Un nuevo estudio

Cuando le pregunté al Dr. Fine si la razón por la que el Vaticano no puede tener los utensilios es simplemente la discrepancia histórica, dijo: “Por supuesto que eso es cierto, pero es aún más simple. Antes de la década de 1960 no hay evidencia de que la Menorá haya estado en el Vaticano. No es algo que los judíos hayan discutido; nadie hizo tal afirmación. Pero siempre que las relaciones con el Vaticano comienzan a mejorar surge el tema. Es un patrón constante. Cuando escuché que el Papa iba a visitar [Israel], mi única pregunta fue si la idea volvería a surgir… y lo hizo”.

“Es una idea nueva”, insistió. “Es como que yo relatara una historia de mi padre sobre la cual mi madre nunca escuchó. Ciertamente el Vaticano no existía cuando el Beit HaMikdash fue destruido. Es una historia inventada”.

Los rabinos italianos son los que presumiblemente deberían saber de estas cosas, pero la idea los avergüenza y se ríen de ella.

“Rav Herzog —quien fuera el primero en ocupar el cargo de Gran Rabino Ashkenazí del Estado de Israel— le escribió al Vaticano para preguntar sobre los rumores y creyó en la respuesta cuando le dijeron que no. Los rabinos italianos son los que presumiblemente deberían saber de estas cosas, pero la idea los avergüenza y se ríen de ella. Obviamente era una idea muy apropiada para esa época, luego del establecimiento del Estado de Israel y de que éste eligiera la Menorá como su símbolo nacional, pero no hay absolutamente ninguna evidencia de que la teoría haya existido antes”.

El Dr. Fine también agregó un dato histórico fascinante que podría explicar algunos de los avistamientos de la Menorá. “Durante más de 1.000 años”, explicó, “los cristianos han fabricado candelabros con forma de menorá y los han utilizado en las iglesias. Que veas algo con forma de menorá no significa que sea la Menorá real”.

“Es algo así como la versión judía del Santo Grial. Una vez que esas cosas toman vida propia, no hay nada que se pueda hacer para que la gente deje de creer en ellas. Es como cuando enseñé en la Universidad de Cincinnati y tuve que quitarme el sombrero para convencerlos de que no tengo cuernos. La gente cree cosas extrañas. Alguien me dijo que el Ridvaz vio la Menorá. ‘¿Cómo sabes?’, le pregunté. ‘Me contó un sefaradí’, contestó. O cuando alguien me dijo que ‘el sexto rebe de Lubavitch vio la Menorá’. ‘¿Cómo sabes?’, le pregunté. ‘Un Lubavitcher me dijo’, respondió. Entonces llamé a Jabad y pregunté si el rebe había ido alguna vez a Roma. Obviamente me dijeron que no. Es un proceso de nunca acabar”.

Interesantemente el Dr. Fine es quien descubrió que el famoso Arco de Tito solía tener colores vibrantes. No es una sorpresa que la Menorá haya sido color amarillo oro. Esta primavera planea analizar el resto de los utensilios que hay bosquejados en el Arco, como el shulján (mesa) y los jatzotzrot (trompetas), para luego recrearlos en 3D. “Es lo más cerca que podemos estar de la Menorá”, dijo. “El Arco de Tito estaba a 150 metros del palacio de Vespasiano y es muy probable que sea bastante preciso”.

Analizando la respuesta del nuncio papal

Mientras que muchas personas han intentado conversar con la Iglesia Católica sobre los utensilios, Rav Shtencel es el primero en la historia reciente que ha recibido una respuesta de un oficial del Vaticano.

Hay muchos aspectos interesantes en la respuesta de Lazzarotto. El primero es su asunción de que fue una acusación enmascarada de antisemitismo. El segundo es el uso del término dueños legítimos.

En Israel hablé con el Padre Giuseppe Lazzarotto sobre su respuesta. “El tema es un sinsentido”, declaró. “[Que el Vaticano estuviera reteniendo los utensilios] sería un claro signo de hostilidad hacia los judíos, algo que ha sido contradicho más que nunca durante los últimos 50 años de nuestra relación”.

“Si hubiéramos encontrado la Menorá la habríamos devuelto hace tiempo” (Padre Giuseppe Lazzarotto).

“Traté de actuar con cortesía y sentí que debía contestarle y clarificar las cosas. Como sabes, esta historia ha existido ya por un tiempo. Siempre hay alguien que la hace resurgir cada tanto. No sé cuál era su motivación al escribir la carta, pero merecía una respuesta. Ahora estoy esperando a ver si responde. No hay de lo que hablar”.

Le pregunté al nuncio papal si se refirió a los judíos al usar el término dueños legítimos. “Por supuesto”, contestó. “Si hubiéramos encontrado la Menorá, la habríamos devuelto hace tiempo. Esta historia es sólo un ejercicio académico”. De hecho, el Padre Lazzarotto le dijo a la revista Ami que le encantaría oír sobre evidencia de la existencia de la Menorá, ya que sería un gran descubrimiento.

¿Qué les ocurrió a los utensilios?

El profesor Schiffman explica que la respuesta del nuncio quizás refleja el clima que promueve el nuevo pontífice. “También creo que el nuevo Papa quiere responder preguntas. Es moderno y quiere resolver las viejas interrogantes, por lo que creo que la respuesta del nuncio se debe, en parte, a la influencia del nuevo pontífice”.

Respecto a lo que realmente le pasó a los utensilios, el profesor Fine agregó: “Están en el fondo del océano o en el dedo de una mujer; el oro no desaparece. Hay alguna indicación de que fueron llevados a Cartago Nova o a Marsella, e incluso hay una leyenda cristiana que dice que la Menorá fue llevada de vuelta a Jerusalem. Hay quien dice que está enterrada en Cisjordania. La verdad es que el Palacio de Paz y todos los utensilios que tenía deben haber sido destruidos. A pesar de que es posible que algunos hayan sido salvados y llevados a otro lugar, lo más probable es que hayan sido derretidos. Hasta hace poco, los judíos romanos creían que los vándalos habían perdido la Menorá en el río Tíber. Cada uno tiene una historia diferente sorbe lo que ocurrió. Sin embargo, lo que realmente ocurrió es lo mismo que le ocurrió a todas las demás cosas: desaparecieron. Es un destino vil, pero es la verdad. Deberías saber que el Vaticano no sólo no tiene los utensilios, sino que tampoco tiene nada de ese período”.

No hay dudas de que parte de nuestra esperanza de que el Vaticano los tenga en su posesión no es más que el deseo de verlos nuevamente. Lo que más queremos es tener una conexión con nuestro legado. Tanto si la teoría es cierta como si no lo es, no hay nada que pueda empañar la belleza de la esperanza de que aún existen.

Reimpreso con permiso de la revista Ami.

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