El bisnieto judío de J.R.R. Tolkien

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Nicholas Tolkien es un judío observante cuya nueva obra sobre el Holocausto acaba de estrenarse en Nueva York.

J.R.R. Tolkien, el famoso autor de El Hobit y El señor de los anillos, era un hombre de principios que entretuvo a generaciones de lectores. Ahora, su bisnieto judío de 27 años, Nicholas Tolkien, ha escrito su primera obra de teatro, Terezin, sobre el Holocausto. En la previa del debut de su obra en Nueva York, Nicholas conversó con AishLatino.com sobre qué cosas espera lograr, y sobre su ilustre familia.

A pesar de que el bisabuelo de Nicholas, J.R.R. Tolkien, no era judío —sino que era un devoto católico—, sí tenía cálidos sentimientos por los judíos y habló fuertemente en contra del nazismo. J.R.R. Tolkien se rehusó a visitar Alemania en 1938, y en 1941 le escribió a su hijo: “…Tengo en esta guerra un ardiente resentimiento privado… en contra de ese rudo pequeño ignorante, Adolf Hitler”. Hoy, Nicholas Tolkien está orgulloso de su ilustre bisabuelo: “Él era una de las voces de la razón en la comunidad británica, y fue uno de los escritores británicos más pro judíos”.

Nicholas Tolkien está orgulloso de que su ilustre bisabuelo “fue uno de los escritores británicos más pro judíos”.

Cuando una editorial alemana le pidió a J.R.R. Tolkien que probara su ascendencia aria para que El señor de los anillos fuera traducido al alemán, Tolkien respondió: “Si debo entender que usted me está peguntando si soy de origen judío, sólo puedo responder que me arrepiento de que aparentemente no tengo ancestros de aquel dotado pueblo”.

En 1971, J.R.R. Tolkien le dijo a la BBC que se había basado en el pueblo judío para crear los enanos de El señor de los anillos. “Los enanos son muy obvios, ¿no dirías que en muchos aspectos te recuerdan a los judíos? Sus palabras son semitas, obviamente construidas para ser semitas”. Los enanos también recuerdan la vida judía por su intenso e inigualable anhelo por regresar a su tierra natal, lo que para muchos es una referencia directa al apego de los judíos por la tierra de Israel.

El nieto de J.R.R. Tolkien, Simón, atesora un cálido recuerdo de cómo su famoso abuelo le leía El señor de los anillos cuando pequeño. De adulto, Simón siguió su propio camino y se casó con una mujer judía estadounidense llamada Tracy Steinberg. Su hijo Nicholas es judío, pero cuando pequeño su familia tenía una casi inexistente relación con la religión. Nicholas asistió a una escuela privada en Londres donde sus compañeros lo molestaron cuando él les contó que era judío. La escuela no le enseñó sobre el Holocausto; como judío, Nicholas se sentía como un forastero.

Pero este sentimiento de otredad desaparecía cuando Nicholas visitaba a sus abuelos judíos, Anne y Mark Steinberg, en su departamento que quedaba sobre la tienda de vestimentas que poseían en Londres. “Mi abuelo me preparó para el Bar Mitzvá”, recuerda Nicholas. “Él fue el que me acercó a mi fe, al humor y a las historias… Él siempre me leía la Torá”.

Así, para Nicholas se hicieron muy familiares varias historias bíblicas, algo que él siente que le falta a sus contemporáneos. Sintiéndose a menudo como un forastero, Nicholas recuerda disfrutar escuchar sobre Moshé, quien tuvo que vivir en un ambiente no judío pero sin embargo se sentía identificado con sus hermanos judíos.

“Mi abuelo Mark fue la mayor influencia judía que tuve”, dice Nicholas. Hoy, Nicholas cuida kashrut y celebra Shabat cada semana.

Su abuelo Mark le contó también sobre el Holocausto. Habiendo crecido en St. Louis, Mark era amigo de muchos sobrevivientes que se habían mudado a Estados Unidos luego de la Segunda Guerra Mundial. Una historia en particular marcó mucho a Nicholas: su abuelo le contó sobre una mujer que había conocido que había sobrevivido a Auschwitz. Por el resto de su vida, cada vez que ella comía —explica Nicholas—, “comía con mucho miedo, y cubría su comida con la otra mano como si se la fueran a quitar”. Nicholas aprendió que las cicatrices del Holocausto quedaban por siempre.

Nicholas se sintió atraído a investigar y escribir sobre el Holocausto, en parte para contrarrestar la “amnesia del Holocausto”.

Cuando Nicholas se comenzó a embarcar en su carrera de producción de películas y escritura de guiones, se sintió atraído a investigar y escribir sobre el Holocausto. “Hay una especie de amnesia del Holocausto”, dice Nicholas. “La gente no quiere pensar sobre él”.

Su obra Terezin se estrenó el 13 de junio del 2017 en Nueva York. Cuenta la historia del famoso campo de concentración checo Terezin desde la perspectiva de mujeres jóvenes.

Nicholas se sintió atraído por la historia de Terezin, donde 97.297 prisioneros fueron asesinados, incluyendo 15.000 niños, cuando leyó el libro Nunca vi otra mariposa: Dibujos y poemas de niños del campo de concentración Terezin. El libro está lleno de desgarradores poemas y dibujos hechos por niños que fueron aprisionados en Terezin y que luego fueron asesinados. Es desgarrador pensar en que los niños que hicieron las hermosas obras del libro fueron encerrados y asesinados por el “crimen” de ser judíos.

Otro libro que ayudó a dar forma a la trama de la historia es El diario de Terezin de Gonda Redlich, la historia real de un joven líder sionista que estuvo encerrado en Terezin entre 1941 y 1944, después de lo cual fue enviado a Auschwitz junto a su esposa e hijo. Su diario documenta el terror de la vida en Terezin, y la determinación de los prisioneros judíos de tener una rica vida cultural incluso en medio de la hambruna y enfermedades.

Luego de leer estos libros, Nicholas Tolkien se embarcó en una investigación de cinco años antes de escribir Terezin. Casi nadie sobrevivió a Terezin, pero Nicholas se las ingenió para conversar con algunos sobrevivientes, que eran niños cuando fueron encerrados. Ellos describieron Terezin desde el punto de vista de un niño, y esa es precisamente la perspectiva que ha adoptado Nicholas en su obra. Con 15 personajes y 45 escenas, la obra provee una amplia perspectiva de Terezin y de los horrores que allí ocurrían.

Nicholas espera que su nueva obra esté a la altura de esa gran responsabilidad. “Hay muchos hechos y mucha historia que ha sido escrita, pero no hay muchas historias ni formas de acceder a lo que se sentía estar en un lugar como Terezin o Auschwitz”.

Dado que el número de sobrevivientes rápidamente está disminuyendo, Nicholas espera que su obra ayude a la audiencia a entender el horror “de lo que era estar en Terezin, o lo que era estar en un transporte a Auschwitz, lo que era ver gente siendo asesinada frente a tus propios ojos”.

La travesía de Nicholas para contar la historia de las víctimas del Holocausto es similar a su propia historia de aprendizaje sobre su herencia judía. Visitar Israel con Birthright fue una tremenda influencia en su vida, y le abrió los ojos a nuevos aspectos de la vida judía. Nicholas también ha explorado material judío online; Aish.com ha sido vital en su educación judía.

Nicholas se siente inspirado por la bella y atemporal sabiduría del judaísmo.

Nicholas encuentra que un fantástico aspecto de Aish.com y otros sitios judíos es su habilidad para conectar a los judíos. “Especialmente dado el gran sentimiento anti Israel que hay en el mundo hoy en día, los sitios web son sumamente útiles para unir a los judíos de todas partes del mundo, y ayudarnos a conectarnos unos con otros”.

Nicholas continúa estudiando textos judíos. “No es algo que hagan muchos jóvenes hoy en día”, reconoce, pero la bella y atemporal sabiduría del judaísmo lo inspira. Sumergirse en 3.500 años de sabiduría ha ayudado a Nicholas a enfrentar los desafíos del siglo XXI. “El Libro Job es el más inspirador para mí”, explica Nicholas. “Trata el problema del mal, y ha sido muy útil para mí”, para enfrentar los dilemas morales que encontró mientras escribía su obra.

Nicholas también reconoce que aprender sobre judaísmo y mantener una vida judía es una forma de honrar a los miles de judíos que murieron por el simple hecho de ser judíos. “Lo que encuentro más horrible es que los nazis prohibieron la tradición judía. Prohibieron Januca, prohibieron Shabat, quemaron los cadáveres de judíos en vez de enterrarlos. Con la Shoá, nuestras tradiciones nos fueron arrebatadas, por lo que cada vez que las practicamos hoy en día, estamos honrando las memorias de quienes fueron asesinados”. 

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