Los judíos de Venezuela

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Rodeados de caos y peligro, más de la mitad de la comunidad se ha ido de Venezuela. Conoce a un judío que ha decidido quedarse.

Cientos de miles de manifestantes han colmado la capital venezolana durante las últimas cinco semanas. Más de 30 manifestantes han sido asesinados. Una mujer embarazada fue la última víctima. A la luz del caos reciente que se ha apoderado del país, AishLatino.com entrevistó esta semana a un miembro de la comunidad judía de Venezuela. Él dice que la historia de la revuelta venezolana lleva en realidad 15 años gestándose. Utilizaremos un seudónimo para proteger su identidad.

“Hoy me enteré que un amigo mío fue asesinado”, le dijo Daniel a AsihLatino.com. “Él intentó defender su propiedad”.

Daniel no cree que el asesino haya estado perpetrando un ataque antisemita, sino que esto es algo común en Venezuela hoy en día. Durante los últimos 15 años, más de la mitad de la comunidad judía ha dejado Venezuela. Más de 20.000 judíos vivían en Venezuela en el año 2000, mientras que hoy en día quedan tan sólo 8.000.

Cuando le preguntamos si estaba preocupado, Daniel dijo: “Como judío, sólo me preocupo cuando voy rumbo a la sinagoga. Como ciudadano, estoy muy preocupado”. Daniel es un hombre de negocios que solía viajar frecuentemente al extranjero, pero la devaluación de la moneda venezolana durante el último año y la proliferación de los robos en masa han hecho que su negocio sea prácticamente imposible.

Su hijo, en edad universitaria, está actualmente en Estados Unidos, pero él y su esposa se quedaron en Venezuela para cuidar a la madre de Daniel, quien tiene 87 años y que se rehúsa a dejar su hogar.

Historia judía

La comunidad judía de Venezuela data de al menos el siglo XVII, aunque se cree que algunos judíos sefaradíes pueden haber llegado a Venezuela después de la Inquisición, a principios del siglo XVI.

Venezuela tiene el cementerio judío más antiguo de Sudamérica, ubicado en la ciudad de Coro. Algunos judíos pelearon en el ejercito de Simón Bolívar en sus esfuerzos por lograr la independencia de España.

Los judíos ashkenazíes llegaron en el siglo 20 escapando de los pogromos en Rusia del este, y en 1939 hubo 250 judíos que lograron escapar de los nazis rumbo a Venezuela.

Hugo Chávez fue elegido presidente en 1998. Poco después, el éxodo comenzó. “Teníamos un gran país”, le dijo Daniel a AishLatino.com. Él cree que el crimen y el caos son los principales culpables de que la mayoría de los judíos se hayan ido. No obstante, en Venezuela ha habido muchos actos antisemitas.

El más recordado es el acto de vandalismo que ocurrió en la sinagoga de Caracas en el años 2009. En la noche del viernes 30 de enero de ese año, un grupo de vándalos irrumpieron en la sinagoga. A la mañana siguiente, los miembros de la comunidad llegaron y encontraron los objetos religiosos destruidos, los sidurim estropeados y eslóganes antisemitas pintados en las murallas.

"Un hombre frente al Aharon HaKodesh luego del ataque a la sinagoga (Foto del periódico San Francisco Chronicle)".

El ataque acaparó las portadas de los diarios alrededor del mundo en ese entonces. Daniel describió otro incidente: “Un día, cerca de 300 personas estaban paradas afuera de la sinagoga y llegaron cuatro buses con carteles pro palestinos. Uno de ellos era un bus gubernamental. Era color verde oliva, tenía el símbolo de Metrobus y el cartel de la ruta 18. Junto con los carteles pro palestinos estaba el eslogan chavista, 'La revolución avanza'. Al día siguiente, las murallas exteriores de la sinagoga fueron vandalizadas y rayadas”.

"Grafiti en la sinagoga de Caracas luego del ataque del año 2009".

Daniel cree que el verdadero responsable de estos ataques es el gobierno. “El interés del gobierno es instaurar el caos, la impunidad y el desorden”, explicó. “De esta forma ganan apoyo populista y logran poner a los diferentes sectores de la sociedad unos contra otros; trabajadores industriales contra granjeros, hombres de negocio contra obreros, y a los diversos grupos étnicos entre sí. Podría darte 1000 ejemplos de esto”.

Chávez era conocido por patrocinar disturbios. Su régimen equipaba a grupos para que intimidasen a la gente en el día de las elecciones, para que organizaran protestas y para que hicieran actos de vandalismo. Pese a que Chávez condenó personalmente el ataque del 2009, Daniel dice que la mayoría de la comunidad aún cree que el ataque contaba con el apoyo del gobierno.

Antisionismo = Antisemitismo

“No hay asesinatos en contra de los judíos, pero sí hay mucha propaganda”, dice Daniel, explicando parte de las razones de por qué ha decidido tolerar la situación con tal de quedarse en Venezuela. Pero la intimidación bordea con la violencia; es más, Daniel afirma que “todos sabemos en realidad que antisionismo es lo mismo que antisemitismo”.

De hecho, muchos judíos se dieron cuenta que los rayados en las murallas estaban directamente correlacionados con la política de Chávez hacia Israel. Chávez hizo una serie de comentarios anti-Israel: llamó a Israel un “estado genocida”, aseguró que el Mosad quería matarlo y acusó a Israel de apoyar a su oposición. Esto último era un comentario particularmente pasivo-agresivo, ya que el oponente de Chávez en la última elección presidencial, Enrique Capriles, tenia ancestros judíos.

Chávez se juntó en numerosas ocasiones, tanto en Caracas como en Teherán, con Mahmoud Ahmadinejad, el anterior presidente de Irán, quien solía hacer llamados a la destrucción de Israel. Chávez llegó incluso a expulsar al embajador de Israel en el 2009, y hay vuelos directos desde Teherán que aterrizan semanalmente en Caracas; algunos reportes indican que en esos vuelos no se realiza un chequeo de pasaportes.

Después de la muerte de Chávez en marzo del año pasado, su sucesor, Nicolás Maduro, apoyó en su discurso inaugural los “derechos del pueblo palestino a tener su estado”, siendo esta una ocasión que no tenía nada que ver con la política internacional.

“Supuestamente Fidel Castro le dijo a Chávez que los judíos se irían por sí mismos. Él creía que nos iríamos por miedo a la incertidumbre económica”, dijo Daniel. “Y no me sorprendería si él en realidad hubiera dicho eso”.

La vida hoy en día

A pesar de que Daniel insiste en que no ha habido violencia en contra de los judíos por ser judíos, los números muestran que los judíos sí están preocupados.

Había cuatro escuelas judías en Caracas, pero actualmente hay sólo una. A pesar de que aún existe la comunidad, no es la misma comunidad que Daniel conocía diez años atrás. En ocasiones, él se refiere a su comunidad en tiempo pasado, como si fuese historia.

“Hebraica (el centro comunitario), era algo único. Era fuera de serie”.

“Hebraica Venezuela: La piscina y la hermosa vista del centro comunitario de Caracas con la bandera de Israel en el fondo”.

La economía está tan desmoronada que hay escasez de comida y de productos básicos. Los venezolanos viven actualmente la bizarra situación de habitar las mismas cómodas casas que han poseído por muchos años, pero sin ser capaces de obtener papel higiénico para el baño. El hijo de Daniel les lleva los productos básicos de Estados Unidos. “Le pedí a mi hijo que nos trajera una maleta llena de papel higiénico en su última visita a casa”.

Curiosamente, el nuevo presidente de Venezuela afirma provenir de una familia de judíos que se convirtieron al catolicismo durante la inquisición. Daniel cree que es verdad, pero que es irrelevante. El cementerio judío de Curacao contiene la tumba de un Maduro-Capriles, un hombre que llevaba los apellidos tanto del presidente actual como del líder de la oposición. “Obviamente no ayuda a la situación de la judería venezolana”, dice Daniel.

Hay cientos de familias judías venezolanas que viven actualmente en Miami y en Israel. Daniel no tiene claridad sobre su futuro, pero sabe que no se irá a menos que hayan hombres armados frente a su puerta. Sin embargo, no le permitió a su hijo —el futuro de la familia—, quedarse en Venezuela.

A lo largo de la historia judía, se han creado y destruido —trágicamente— comunidades. La comunidad judía de Venezuela parece estar cada vez más cerca de su extinción. Ansioso por su futuro, el único consuelo que tiene Daniel es que “al menos tenemos Israel”.

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