Evaluación Realista del Medio Oriente

3 min de lectura

Saber a qué se está enfrentando Israel y proceder con debida precaución.

Se está haciendo cada vez más evidente que el conflicto Arabe-Israelí no tiene nada que ver con la división de la tierra o el problema de los asentamientos judíos; es esencialmente una guerra de civilizaciones.

Y a pesar de que los poderes islámicos principales están en conflicto entre ellos, están unidos en su compromiso de liquidar o subyugar a todos los "infieles", judíos, cristianos, budistas, ateos – e incluso a los musulmanes moderados – para crear un califato musulmán mundial que sea gobernado por la ley Sharia.

Actualmente hay cuatro poderes musulmanes principales:

  • La República Islámica de Irán quiere establecer un califato basado en la tradición Shia.

  • Los Saudíes ricos en petróleo quisieran que el califato estuviese basado en la tradición Wahabí (Salafi).

  • La Hermandad Musulmana, la cual recientemente tomó el poder en Egipto, quisiera que el califato estuviese basado en la tradición Suní.

  • Turquía ha cesado esencialmente de ser secular y ahora está buscando reafirmar su influencia en el territorio del Medio Oriente el cual solía ser el Imperio Otomano.

Cuando analizamos el desarrollo del mapa del Medio Oriente después del desmoronamiento del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, vemos que muchos de los países regionales modernos – Irak, Kuwait, Siria, Líbano, Yemen – fueron creados en ese entonces.

Siguiendo la Declaración Balfour en 1917 y con el consentimiento de la Liga de las Naciones, un pequeño porcentaje de la tierra Otomana fue designada para restablecer la soberanía judía en su patria ancestral.

En 1922, debido a problemas en el territorio de Arabia Saudita, los Británicos violaron su Mandato – confiscando cerca del 80% de la tierra designada para el pueblo judío, para crear el Reino Hachemí de Transjordania. Esto fue para separar a la familia Hachemí de la familia de Ibn Saud, la cual terminó controlando Arabia Saudita.

En 1937, la Comisión Peel presentó nuevas propuestas para una solución de dos estados en el 20% restante de la tierra. Los judíos la aceptaron; los árabes la rechazaron.

En 1947, las Naciones Unidas nuevamente recomendaron una solución de dos estados. Nuevamente los judíos la aceptaron y los árabes la rechazaron.

En múltiples casos donde se proponía una solución de dos estados, los judíos la aceptaron y los árabes la rechazaron.

Cuando terminó el Mandato Británico el 14 de mayo de 1948, el pueblo judío declaró su independencia en el Estado de Israel, el cual fue reconocido por las Naciones Unidas. Vecinos árabes inmediatamente invadieron Israel – no con la intención de crear un nuevo Estado Árabe Palestino, sino con la intención de destruir al estado judío.

Y adelantándonos ahora a historia más reciente, Israel dejó la Franja de Gaza en 2005, con esperanzas de paz. En vez de eso, el grupo terrorista Hamás, el cual está actualmente gobernando Gaza, ha disparado miles de misiles a la población civil israelí.

La Autoridad Palestina, creada a continuación de los acuerdos de Oslo en 1993, sigue en conflicto con Hamás, y gobierna un 95% de la población Árabe Palestina de Judea y Samaria – la Ribera Occidental del Río Jordán.

Hamás y la Autoridad Palestina continúan explotando a cristianos y otros, continúan apoyando el terrorismo con implicancias globales, continúan negando el derecho a existir de Israel, continúan educando a sus niños con odio enseñándoles que Israel debería ser destruido, y continúan demonizando a Israel por todo el mundo.

En este momento, darle más poder a los terroristas no traerá la paz. Solamente alentará a los radicales a continuar con su plan de liquidar a Israel, y potencialmente promoverá otras movidas peligrosas en contra del mundo libre.

Acercándonos a la Paz

Si los árabes palestinos desean la paz, ellos pueden comenzar por:

  • Declarar que un tratado de paz terminará el conflicto.

  • Aceptar que un tratado de paz terminará con todas las demandas.

  • Reconocer que Israel no está ocupando tierra árabe, sino que Israel es la patria judía.

  • Dejar de negar los 4000 años de conexión entre el judaísmo y la Tierra de Israel, y reconocer los derechos de los judíos de vivir en su tierra ancestral.

  • Reconocer a los refugiados judíos, tanto como a los refugiados árabes palestinos.

  • Lo más importante, educar a sus niños para la paz, cesar toda forma de propaganda anti-Israel y negación del Holocausto, y desmantelar todas las infraestructuras terroristas.

Hasta entonces, Israel debe continuar actuando de acuerdo a su buena conciencia, por el beneficio de todas las personas de buena voluntad.

Al final del día, una paz duradera es definitivamente mejor que un tembloroso pseudo-acuerdo.

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