[Historia Judía #16] El rey Shaul

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El Rey Shaul fue un gran hombre que cometió un terrible error, sentenciando a su reino desde el comienzo.

En su discurso de despedida al pueblo, Moshé profetizó:

"Cuando entres a la tierra que Hashem tu Dios te entrega, y tomes posesión de ella, y digas: "Me impondré un rey como todos los pueblos que están alrededor", [entonces] imponte un rey que Hashem escoja; del seno de tu pueblo te impondrás un rey - no podrás imponer sobre ti a un hombre extraño que no sea hermano tuyo" (Devarim 17:14-15).

El tiempo para que esto ocurriese había llegado.

El pueblo judío había estado viviendo por cerca de cuatro siglos sin un fuerte liderazgo central, y ciertamente les hacía falta. Por lo tanto, le pidieron al profeta Shmuel que designase un rey.

Como Todos los Demás

Shmuel no estaba contento con este pedido, pero Dios le dijo que siguiese adelante. Igualmente, es claro que Dios tampoco estaba feliz con el pedido:

"Le dijo Hashem a Shmuel: ‘Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no [es] a ti [a quien] rechazaron, sino que a mí han rechazado, para no reinar sobre ellos’" (Shmuel 1 8:7).

¿Por qué Shmuel y Dios estaban disgustados, especialmente siendo que Moshé había predicado este giro en los eventos e incluso hay un mandamiento en la Torá de hacer esto?

La respuesta yace en la forma en que la gente pidió un rey:

"Cuando dijeron [el pueblo a Shmuel]: …danos un rey para juzgarnos como todas las naciones…" (Shmuel 1 8:5).

Un rey judío no debía ser un rey como el que tenían "todas las naciones"; un rey judío debía ser un modelo que representase el ideal judío – un modelo para que el resto de la nación emulase.

Pedir un rey "como las demás naciones" sugiere que los judíos querían un hombre fuerte y grande, como los líderes de las demás naciones, que tomase las decisiones para que ellos pudieran quedarse tranquilos, despojándose de la pesada carga de la responsabilidad con la que tenían que lidiar día a día. En muchos aspectos, es mucho más fácil que alguien decida por ti, y esa es la razón por la cual el Talmud dice que "un esclavo es más feliz siendo un esclavo" – un esclavo que es bien tratado es capaz de renunciar a su libertad en caso de saber que lo están cuidando y que están tomando las decisiones por él.

La monarquía judía, como es descrita por la Biblia, es una institución única. Un rey judío tiene realmente mucho poder, y una tremenda responsabilidad, pero no es ni un tirano ni un dictador. Él debe ser el modelo para que el resto de la población imite: un líder, un erudito, piadoso, recto y temeroso de Dios. Debe ser un catalizador que le permita al pueblo judío cumplir con su misión histórica nacional de ser una luz para las naciones. (1)

"Sólo él (el rey) no deberá tener para sí caballos es exceso… Y no deberá tener para sí demasiadas mujeres… y no deberá tener para sí plata y oro en exceso. Y deberá ser que cuando él se asiente sobre su trono real, deberá escribir para sí dos copias de esta Torá… Ella estará con él y él deberá leerla durante todos los días de su vida, de forma que aprenda a temer a Hashem su Dios, para guardar todas las palabras de esta Torá… Para que su corazón no se vuelva arrogante por sobre sus hermanos…" (Deuteronomio 17:16-20).

En el año 884 AEC, 393 años después de que el pueblo judío entró por primera vez a la Tierra de Israel, Shaul fue coronado por el profeta Shmuel como el primer rey, de acuerdo a los deseos del pueblo.

La Elección

¿Cómo fue elegido Shaul para ser rey?

La historia del coronamiento de Shaul nos dice mucho sobre el funcionamiento de la sociedad judía en ese tiempo.

¿Por qué? Porque había muchos profetas en esa época. Tantos – de hecho el Talmud dice que desde el tiempo de Moshé hasta la destrucción del Primer Templo hubo más de un millón de profetas (2) – que el pueblo se dirigía a ellos para todo lo que necesitaban. ¿Tienes una pregunta profunda? Pregúntale a un profeta. ¿Necesitas consejos sobre matrimonio? Pregúntale a un profeta. ¿Perdiste tu burro? Pregúntale a un profeta. La Biblia misma menciona que los profetas inicialmente eran llamados videntes (roé en hebreo) precisamente porque debido a su nivel espiritual superior podían ver cosas que otros no, incluyendo objetos perdidos (ver Shmuel 1 9:9).

De hecho, así es como Shaul y el profeta Shmuel se conocieron. El primer vidente que Shaul encontró cuando estaba buscando a su burro resultó ser el Juez de Israel y el profeta más grande de su generación.

Es una historia extraña. Un hombre va donde el profeta más grande de la época y le pregunta: "¿Dónde están mis burros?". El profeta responde: "No te preocupes, tus burros fueron encontrados y, de paso, eres el rey de Israel".

Shmuel tomó un tarro de aceite y lo vertió sobre la cabeza de Shaul. El aceite que usó estaba compuesto por una mezcla especial de aceite de afarsimón y especias (ver Éxodo 30:22-28) llamada "Shemen HaMeshija" – aceite de unción (la palabra hebrea meshiaj – mesías, viene de esta palabra moshaj – ungido). Este aceite especial fue utilizado por Moshé para ungir y consagrar el Tabernáculo, sus utensilios, y a Aarón y a sus hijos como Sacerdotes. Desde el Rey Shaul hasta la destrucción del Primer Templo, fue utilizado por los profetas para ungir a los reyes de Israel. Al igual que el Kidush sobre el vino en la noche del viernes designa al Shabat como un día diferente y especial, así también el uso por parte de un profeta de este aceite de unción designaba a un individuo u objeto como elegido por Dios para un objetivo especial.

Shaul no le dijo a su familia lo que Shmuel le había dicho, y cuando Shmuel reunió a la nación para anunciar que Shaul había sido elegido para ser rey, Shaul se escondió. Cuando unas pocas personas se burlaron diciendo que Shaul no era adecuado para ser rey, Shaul permaneció en silencio. Podríamos decir que sus acciones eran una señal de su humildad y modestia, pero en realidad ésta era la primera vez que veíamos la debilidad de su carácter.

Una Debilidad Fatal

El Talmud es muy claro en que Shaul no sólo estaba por encima de los demás físicamente, sino que también lo estaba moral y éticamente. Era un ser humano ejemplar, pero tenía una debilidad – su humildad interfería con su tarea como rey. Si un profeta te dice que eres el rey, tú no discutes y tampoco puedes rechazar la oferta. Shaul no deseaba ni honor ni poder, pero el verdadero liderazgo requiere que el líder tome la iniciativa y distinga entre el honor propio y el que le corresponde a su posición. (3)

Por más grandioso que fuese Shaul, su modestia y humildad innatas inhibían su capacidad de liderar al pueblo judío como correspondía. Liderar al pueblo judío requiere una combinación única de voluntad de hierro y diplomacia – como vimos en las dificultades que enfrento Moshé liderando a los israelitas en el desierto. Si el líder no es lo suficientemente fuerte, el pueblo judío le pasará por encima, pero si es demasiado agresivo o trata de maltratarlos, se rebelarán. El problema de un liderazgo imperfecto – que comenzó con Shaul – es algo que ha afectado al pueblo judío por toda la historia, así como veremos.

Cuando los amonitas invadieron, Shaul finalmente se puso a la altura de las circunstancias y aceptó el reinado. Lideró al pueblo judío en una serie de victorias contra sus enemigos y estableció de esta forma su autoridad como rey, solidificando su liderazgo.

De acuerdo a la mayoría de las fuentes, el reinado de Shaul duró desde el año 884 hasta el año 882 AEC. Fue rey por sólo dos años, y murió trágicamente. De hecho, su corto reinado fue en su mayoría trágico. Su gran debilidad – su modestia fuera de lugar – lo hizo cometer un error fatal al comienzo de su reinado: desobedeció el mandamiento de Dios de eliminar a la nación de Amalek.

Uno de los mandamientos clave del pueblo judío que fueron dados al entrar a la Tierra de Israel fue "eliminar a Amalek".

Amalek es el enemigo máximo del pueblo judío a lo largo de toda la historia. Es el pueblo que simboliza al mal, y hay un mandamiento bíblico de eliminarlos de la faz de la tierra, ya que su odio patológico por los judíos es tan grande, que si tuvieran la oportunidad los eliminarían por completo.

La principal ambición de Amalek es liberar al mundo de los judíos y de su influencia moral, y devolver al mundo a la idolatría, al paganismo y a la barbarie.

Como ésta es una guerra cósmica entre el bien y el mal que no puede ser arreglada con tratados, Dios le ordenó a los judíos destruir a Amalek –toda la nación, hasta la última vaca. (4)

Shaul tuvo la oportunidad de hacerlo. Él luchó contra Amalek, como fue comandado, y ganó; pero cuando llegó el momento de cumplir el decreto, falló – algunos de los amalekitas fueron dejados con vida. A pedido del pueblo las vacas fueron perdonadas, y lo que es peor – gracias a la misericordia fuera de lugar de Shaul, Agag, el rey de los amalekitas, también fue perdonado.

La Ideología de Amalek

La historia continúa luchando con las consecuencias del error de Shaul hasta hoy en día.

La nación amalekita sobrevivió y Agag vivió lo suficiente como para concebir un hijo antes de ser asesinado por el profeta Shmuel.

Hoy en día no tenemos forma de identificar a los descendientes de Amalek – sus descendientes están mezclados entre las naciones, pero sabemos que la ideología amalekita continúa existiendo. Ha habido más de una ocasión en la que un pueblo se ha levantado para exterminar a los judíos. La Biblia misma menciona que la batalla con Amalek representa la batalla máxima entre el bien y el mal, y que la victoria final recién será al Final de los Días.

"…Yo [Dios] ciertamente eliminaré la memoria de Amalek de debajo de los cielos… Hashem tendrá guerra con Amalek de generación en generación". (Éxodo 17:14-16).

Un ejemplo de esto fue Hamán, el ministro persa que trató de aniquilar a los judíos en el tiempo de la Reina Ester (355 AEC). Y no caben dudas que Hitler adoptó la ideología amalekita:

¡Sí, somos bárbaros! Queremos ser bárbaros. Es un título honorable para nosotros… La providencia ha ordenado que yo sea el más grande liberador de la humanidad. Yo libero al hombre de… la degradante auto-mortificación de una falsa visión llamada conciencia y moralidad… La conciencia es una invención judía” (Hitler Habla, p. 87, 220-222).

Viendo a Hitler y al Holocausto podemos entender que un odio tan intenso como el que la Biblia le adjudica a amalek puede existir en el mundo. Los nazis querían matar a todos los judíos. Un judío podía estar asimilado, casado con cristianos por tres generaciones, pero eso no importaba; los nazis salieron a matar a todo el que tuviese incluso una pequeñísima parte de ascendencia judía – salieron a eliminar todo rastro del pueblo judío y de su influencia.

El Fin de Shaul

Mientras tanto, el profeta Shmuel le dijo a Shaul:

"Aunque eres pequeño ante tus [propios] ojos, eres jefe de las tribus de Israel; y te ungió Hashem como rey sobre Israel… ¿Por qué, pues, no oíste la orden del Eterno?...

No volveré contigo, porque has desechado la palabra de Hashem, y Hashem ha rechazado que seas rey sobre Israel.

Y Shmuel giró para partir y él [Shaul] tomó la punta de su manto, y se rasgó. Entonces le dijo Shmuel: "Ha rasgado Hashem al reino de Israel de ti el día de hoy, y se lo ha dado a tu prójimo, quien es mejor que tú" (Shmuel 1 15:17-18).

Con este crítico error, Shaul estaba finiquitado. No obtuvo una segunda oportunidad. Dios no anda con rodeos cuando se trata del Rey de Israel.

Si nos parece duro, debemos mantener en mente los principios que guían la relación entre Dios y el pueblo judío.

1. De acuerdo a tu nivel de conocimiento es tu nivel de responsabilidad. Incluso los errores pequeños de las personas que están en posiciones de poder tienen grandes consecuencias.

2. De acuerdo a tu nivel de responsabilidad es tu rendición de cuentas. Cuanto más grandioso seas, mayor impacto tendrán tus decisiones; por lo tanto, te verás sometido a un gran nivel de rendición de cuentas.

Como vimos previamente con Moshé golpeando la roca – incluso el más pequeño de los errores es severamente castigado en los grandes líderes judíos.

A pesar de que Shaul estaba finiquitado, eso no significaba que sería depuesto inmediatamente, sino que significaba que su linaje no continuaría con la monarquía.

De hecho, después de esta declaración a Shaul, Shmuel fue en búsqueda de otro rey para ungir, y lo encontró en el más extraño de los lugares.


1. Para una descripción más detallada de los derechos y las responsabilidades de un rey judío y su relación con el poder judicial (Sanhedrin) ver: Maimónides, Iad, Sefer Shoftim, Leyes del Sanhedrin y Leyes de Reyes.
2. Talmud, Meguilá 14a.
3. Para más sobre la grandeza de Shaul y la razón de su caída ver Iomá 22b.
4. Esta nación es tan malvada que incluso su nombre debería ser eliminado de los libros de historia; es tan malvada, que incluso el ganado debe ser destruido, para que nadie vea sus animales y diga "esa era una vaca de Amalek". A pesar de la apariencia tan dura de este mandamiento, incluso un amalekita no está condenado desde su nacimiento. El judaísmo enseña que todo ser humano tiene libre albedrío. Mientras que la tendencia innata de la nación amalekita era hacia la guerra total contra el pueblo judío, todo ser humano, incluyendo a Amalek, tiene libre albedrío. Incluso un amalekita puede decir: "la ideología de mi nación es malvada y yo elijo lo contrario". No sólo que un amalekita puede optar por salirse de su ideología nacional, sino que incluso puede convertirse al judaísmo (ver Talmud, Gitin 57b y Sanhedrin 96b)

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