Introducción a la Torá

12 min de lectura

Entendiendo el origen y el propósito de los Cinco Libros de Moshé.

¿Qué es la Torá?

En hebreo, los Cinco Libros de Moshé son llamados por el nombre de Jumash, una expresión que hace referencia a los Jamishá Jumshei Torá, lo cual significa literalmente “cinco quintos de la Torá”.

A pesar de que el término Torá puede referirse a todo el cuerpo de pensamiento judío, por lo general se refiere solamente al Jumash.

El Jumash también es conocido como Pentateuco, una palabra griega (pent significa cinco y teuco significa libro). Biblia también es una palabra griega, la cual significa libro. La primera traducción de la Torá fue al griego, en el siglo III AEC, cuando Tolomeo II obligó a 72 rabinos a realizar dicha traducción (1). Por este motivo ese trabajo es llamado Septuaginta, que significa “setenta”.

El nombre de “Cinco Libros de Moshé” se debe a que Dios dictó el texto completo y Moshé fue quien lo escribió. Los cinco libros están divididos en 54 secciones, y cada Shabat se lee una sección (llamada parashá) en la sinagoga (ocasionalmente se leen dos porciones juntas).

Dado que el Jumash es el libro básico del judaísmo, es esencial tener una idea general de su contenido. En esta serie podrás encontrar un esclarecedor ensayo sobre cada uno de los 22 temas principales del Jumash, escritos por Rav Zave Rudman, un educador de Jerusalem con 25 años de experiencia en la enseñanza de Jumash (Rav Noson Weisz, de Jerusalem, es el autor invitado de dos de los ensayos: El propósito de la creación y La atadura de Itzjak).

A continuación te presentamos una lista de los Cinco Libros de Moshé, con una breve descripción y un desglose distributivo del contenido de esta serie:

(1) El libro de Génesis (Bereshit) trata el origen del mundo, la historia del mundo hasta los patriarcas del pueblo judío (incluyendo las vidas de estos), y el desarrollo espiritual del pueblo judío hasta la era de la esclavitud en Egipto. Los ensayos de esta sección incluyen:

Clase #2: El propósito de la Creación.
Clase #3: El Jardín del Edén.
Clase #4: El diluvio de Nóaj.
Clase #5: El pacto de Dios con Abraham.
Clase #6: La atadura de Itzjak.
Clase #7: La rivalidad entre Esav y Yaakov.
Clase #8: La historia de Iosef.

(2) El libro de Éxodo (Shemot) incluye el relato de la esclavitud judía, el ascenso de Moshé al rol de líder, los asombrosos eventos del Éxodo y los trascendentales primeros meses en el desierto del Sinaí. Los ensayos de esta sección incluyen:

Clase #9: Moshé: Profeta y líder.
Clase #10: Las 10 plagas.
Clase #11: La partición del Mar de los Juncos.
Clase #12: Los Diez Mandamientos.
Clase #13: El Becerro de Oro.
Clase #14: El Tabernáculo.

(3) El libro de Levítico (Vaikrá) recibe su nombre por los levitas, la tribu de la cual emergió el sacerdocio judío (los kohanim). Los levitas eran responsables de ayudar con el servicio del Tabernáculo y el mantenimiento del mismo (posteriormente estarían a cargo de estas tareas en el Templo Sagrado de Jerusalem). El tema principal de este libro son los kohanim, descendientes de Aharón, el hermano de Moshé, quienes realizaban el servicio en el Templo. La tradición judía se suele referir a este libro como Torat kohanim, “las leyes de los sacerdotes”. Los ensayos de esta sección incluyen:

Clase #15: Entendiendo los korvanot.
Clase #16: Santidad y ama a tu prójimo.
Clase #17: Las festividades judías.

(4) El libro de Números (Bamidbar) se llama así porque parte con un censo de la población judía en el desierto. En hebreo, este libro es llamado Bamidbar (literalmente ‘en el desierto’) porque relata la mayor parte de los 40 años durante los cuales el pueblo judío deambuló por el desierto. Los ensayos de esta sección incluyen:

Clase #18: El pecado de los espías.
Clase #19: La rebelión de Kóraj.
Clase #20: El dúo de Balak y Bilam.

(5) El libro de Deuteronomio (Devarim) es una repetición de muchos de los conceptos que fueron enseñados en los libros anteriores. Este libro cubre los últimos 36 días de la vida de Moshé y termina con el relato de su muerte, momento en el cual la siguiente generación de judíos ya estaba preparada para entrar a la Tierra de Israel bajo el nuevo liderazgo de Yehoshúa. Los ensayos de esta sección incluyen:

Clase #21: Las guerras de los judíos.
Clase #22: Tojajá y teshuvá.
Clase #23: La transferencia del liderazgo: de Moshé a Yehoshúa.

Y para repasar:

Nombre en español Nombre en hebreo Marco temporal
1. Génesis Bereshit Los primeros 2.300 años de historia humana (hasta la muerte de Iosef).
2. Éxodo Shemot Los años de la esclavitud en Egipto y el primer año en el desierto.
3. Levítico Vaikrá Aproximadamente el primer año en el desierto.
4. Números Bamidbar 39 de los 40 años de vagar por el desierto.
5. Deuteronomio Devarim Las últimas cinco semanas de la vida de Moshé (más los 30 días de duelo).

El objetivo de la Torá

Se ha escrito mucho sobre cuál es el objetivo del Jumash: ¿Es un libro de historia, de ética o de ley? De hecho, dado que ha sido el libro más vendido cada año durante los últimos 3.300 años, es todo eso y más. Expliquemos:

(1) Libro de leyes

Quizás lo más obvio sea que el Jumash es un libro de leyes. La palabra Torá significa instrucciones, es decir, contiene cada ley y concepto necesario para tener una apropiada vida judía, tanto individual como comunal. Se dice que la Torá es la constitución de la nación judía. Los ideales de Shabat, tzedaká, la centralidad de Israel… de hecho, las 613 mitzvot se encuentran contenidas en ella (3). Sin este libro, el judaísmo no existiría.

(2) Libro de historia

Sin embargo el Jumash es más que un listado de las 613 mitzvot: hay docenas de historias intercaladas a lo largo de ella. Por lo tanto, en cierto aspecto, el Jumash también sirve de libro de historia, relatando una cronología de eventos de los primeros 2.500 años de existencia humana (4). En muchos casos la Torá realiza un gran esfuerzo para registrar con precisión nombres, lugares y eventos; hay capítulos enteros que se tratan de listados de nombres y generaciones. Como dice el versículo: “Este es el libro de las crónicas de la humanidad” (Génesis 5:1) (5).

(3) Libro del ADN nacional

Sin embargo el Jumash omite muchos detalles. Por ejemplo, cuando Abraham Avinu aparece por primera vez en el libro de Génesis ya tiene 75 años de edad (6). Es una de las figuras más importantes de la historia judía y la Torá pasa por alto su infancia y su adultez (7).

Por lo tanto, es obvio que las historias que fueron incluidas deben tener un objetivo especial que va más allá de su valor histórico.

Hay un concepto llamado Maasé avot simán lebanim (8), cuya traducción es “las acciones de los ancestros son una señal para los hijos”. En un plano macrocósmico, los eventos que les ocurrieron a nuestros patriarcas y matriarcas son un modelo para toda la historia judía. Por eso tenemos que poner especial atención a lo que ocurre en la fase temprana de la Torá, porque es entonces cuando se determinan los patrones. Los eventos de la Torá crean realidades espirituales, una especie de ADN que persiste durante toda la historia judía. Por ejemplo, la rivalidad entre Yaakov y Esav persiste hasta la actualidad como una de las fuentes principales de antisemitismo (9). En otras palabras, “la historia se repite”; en términos teológicos, la historia judía es el destino judío.

(4) Libro de sabiduría

Además de todo esto, cada incidente de la Torá nos ofrece conocimientos invaluables sobre el comportamiento humano. A la Torá se le suele llamar Torat Jaim (10), lo cual significa “Instrucciones para la vida”. De las historias de la vida derivamos aprendizajes sobre cómo comportarnos, los cuales nos ayudan a guiar y dirigir nuestras vidas. La Torá es una fuente inagotable de sabiduría que nos enseña cómo ver el mundo: cómo tener mejores relaciones, cómo alcanzar paz mental y cómo relacionarnos con el mundo en general.

A pesar de que los valores de la Torá puedan parecer a veces irrelevantes frente al mundo moderno, lo opuesto es verdad. Si bien muchos aspectos externos de la sociedad han cambiado con el pasar del tiempo, la naturaleza básica humana no lo ha hecho. A diferencia de cualquier otro libro de autoayuda, la Torá es una fórmula probada por el tiempo que se beneficia de miles de años de análisis y práctica meticulosos. Sus lecciones son eternas. Mientras que los valores contemporáneos tienen un origen humano y son pasajeros, los de la Torá son divinos y eternos (11).

(5) Libro de cábala

También hay una capa más profunda en el Jumash. El Midrash dice que “Dios miró en la Torá y creó el mundo” (12). Tal como un arquitecto traza primero los planos y luego el constructor produce la estructura física, Dios primero escribió la Torá y luego creó el mundo usándola como plano (13). En otras palabras, la Torá es la causa y el mundo el resultado. Como tal, si la Torá no existiera, el mundo tampoco existiría (14).

Cada detalle del mundo existe porque la Torá así lo dice. Como escribió El Gaón de Vilna (15):

La regla es que todo lo que fue, es y será hasta el final de los días está incluido en la Torá desde “Bereshit” (la primera palabra de Génesis) hasta “leeinei kol Israel” (las últimas palabras de Deuteronomio). Esto no sólo es cierto en un sentido general, sino que incluye los detalles de cada especie y de cada persona individualmente, junto a los detalles más diminutos de todo lo que le ocurrió desde el día de su nacimiento hasta su muerte (16).

Los versículos aparentemente más triviales del texto de la Torá contienen muchas lecciones y significados secretos. Incluso una pequeña marca como una serifa en la letra hebrea iud, o las marcas decorativas, fueron puestas allí por Dios para enseñarnos una gran cantidad de lecciones (17).

 

La Torá contiene también muchos mensajes codificados. El gran cabalista Rabí Moshé Cordovero (18) escribió:

Los secretos de nuestra sagrada Torá son revelados por medio del conocimiento de combinaciones, numerología (guematria), intercambio de letras, primeras y últimas letras, formas de letras, primeros y últimos versículos, salteo secuencial de letras y combinaciones de letras. Estas cosas son secretos poderosos, ocultos e inmensos (19).

Se dice que “la Torá es la mente de Dios” (20). Si queremos conectarnos con nuestro Creador, debemos entender Su libro.

Cómo y cuándo

La Torá fue entregada en el Monte Sinaí en el año judío 2448 (contado a partir de la creación) (21) o 1313 AEC. La Torá le fue dictada a Moshé por Dios, letra por letra, palabra por palabra. Moshé escribió la Torá de la misma manera en que un escriba lo hace en la actualidad: con pluma y tinta, en un cuero que tiene forma de rollo.

Mucha gente pregunta: ¿Cómo sabemos que la Torá es cierta? Especialmente debido a la central importancia que tiene la Torá en la vida judía, es crucial que podamos establecer la veracidad de la Torá como un documento preciso y verdadero. Hay muchos escritos excelentes sobre este tema. Para un desarrollo profundo, recomendamos el libro Permission to Receive (Permiso para recibir), que presenta cuatro enfoques racionales al origen divino de la Torá.

Una presentación más concisa que puedes encontrar en AishLatino.com es: ¿Habló Realmente Dios en Sinaí?

A lo largo de las generaciones, siempre se tuvo extremo cuidado de preservar la Torá tal como le fue entregada a Moshé. Dado que toda Torá debe ser perfecta hasta el último detalle, está prohibido escribir ni siquiera una letra sin copiarla de otra Torá. Es más, el escriba debe repetir cada palabra en voz alta antes de escribirla, para asegurar la precisión al copiarla. Este procedimiento de escritura de un rollo de Torá fue repetido, con el pasar de los años, infinitas veces por escribas calificados, asegurando la integridad de la Torá por más de 3.300 años.

¿Cuándo se escribió la Torá? Justo antes de la revelación en Sinaí, Moshé escribió todo lo que había ocurrido hasta ese momento (23). Después de eso, Dios le dictaba cada versículo, Moshé lo repetía en voz alta y luego lo escribía (24). Al final de los 40 años de vagar por el desierto, después de que Dios terminó de dictar toda la Torá, Moshé unió todos los versículos en un rollo (25).

La Torá nunca fue escrita con puntuación, a pesar de que la estructura de sus oraciones le fue revelada a Moshé y transmitida junto con las notas que se usan al cantarla (26).

Antes de su muerte, Moshé escribió trece rollos de Torá. Doce de ellos fueron distribuidos, uno a cada una de las doce tribus. El decimotercero fue puesto en el Arca del Pacto junto a las tablas de piedra. Si alguien hubiera intentado reescribir o falsificar la Torá, el rollo que se encontraba en el Arca hubiera atestiguado en su contra. De la misma forma, si hubiera tenido acceso al rollo del Arca y hubiera tratado de falsificarlo, las copias distribuidas hubieran atestiguado en su contra (27).

Hoy en día podemos ver los frutos de este sistema. Los rollos de Torá de todo el planeta, desde Yemen a Rusia y desde Egipto a Australia, han probado ser increíblemente fieles y prácticamente no tienen ninguna variación entre ellos (28). Esto nos da la confianza en que la Torá que tenemos hoy en día es el mismo texto que recibimos en el Sinaí.

La ley oral

Un principio fundamental de la creencia judía es que toda la Torá, tanto la escrita como la oral, le fue revelada a Moshé por Dios. La Torá Escrita enlista los mandamientos y la Torá Oral explica cómo llevarlos a cabo. Muchas leyes judías no están mencionadas directamente en la Torá, sino que son derivadas por medio de alusiones del texto que fueron explicadas oralmente.

Por ejemplo:

Los totafot (más conocidos como Tefilín) son mencionados en la Torá Escrita: “Y se pondrán totafot entre sus ojos” (29). Pero, ¿cómo sabemos qué son totafot? ¿De qué color son? ¿De qué tamaño son? ¿Tienen tiras? ¿Cuántos compartimientos tienen? ¿Qué inscripciones llevan en su interior? ¿Cómo deben usarse? ¿Quién debería usarlos? ¿Cuándo deberían usarse?

Ninguna de las respuestas está en la Torá Escrita. Para saber esos importantes detalles necesitamos la Torá Oral. Y hay una gran cantidad de casos como este.

Rav Shimshon Rafael Hirsch (30) explica:

La Torá Escrita es para la Torá Oral lo que las notas breves son para una clase completa y extensa sobre cualquier tema científico. Para el estudiante que ha oído toda la clase, las notas cortas son suficientes para traerle a la memoria, en cualquier momento, todos los temas de la clase. Para él, una palabra, un símbolo de interrogación o exclamación, un punto, el subrayado de una palabra, etc., suelen ser suficientes para recordar una serie completa de ideas. Pero para quienes no han oído la clase del Maestro, esas notas serían completamente inútiles. Si tuvieran que reconstruir el contenido científico de la clase a partir de esas notas, no podrían evitar cometer una gran cantidad de errores.

Sin embargo, ¿por qué necesitamos una Torá Oral? ¿Por qué no fue todo escrito?

La Torá no es una obra de referencia que fue escrita para quedarse en un estante, sino que debe ser vivida e internalizada. El intercambio que se da entre el maestro y el estudiante gracias al estudio oral nos alienta a discutir y clarificar, a saber la Torá a la perfección. Y el hecho de que haya miles de personas estudiando la misma información garantiza que no haya lugar para errores en la transmisión.

Hace casi 2.000 años los romanos capturaron Jerusalem y enviaron a los judíos al exilio. El presidente del pueblo judío, Rabí Yehudá Hanasí, se dio cuenta que el sistema de transmisión maestro-alumno corría peligro, por lo que escribió la Torá Oral (la Mishná) para evitar que fuera olvidada (31).

Con el pasar de las generaciones fue escrita más información (el Talmud) para explicar la Mishná. En la actualidad, las leyes básicas están publicadas en el Código de Ley Judía (Shulján Aruj) y sus comentarios adjuntos. De todos modos, gran parte de la Torá continúa siendo preservada de forma oral y es transmitida de maestro a alumno.

Dios, en su infinita sabiduría, concibió el sistema más perfecto para transmitir la Torá a lo largo de las generaciones. No es una ley escrita, y tampoco es una ley oral. Es ambas.

Traducciones al español

El hebreo es un lenguaje muy especial. Es el lenguaje que habló Dios cuando creó el mundo (32). Al ser el lenguaje nacional del pueblo judío, es el que mejor captura los significados de las ideas, plegarias y costumbres judías. Y además, obviamente, el hebreo es el lenguaje original de la Torá.

Cuando la Torá es traducida a otros lenguajes, pierde buena parte de su esencia. Las traducciones al español antiguo muchas veces se desvían de las enseñanzas judías. Además, nuestros sabios enseñan que “cada día la Torá debería ser como nueva” (33). Esto también significa que no se debería usar un lenguaje arcaico en las traducciones, puesto que daría la impresión de que la Torá es algo anticuado y no algo nuevo.

Si bien muchas traducciones modernas son más entendibles, por lo general son muy lejanas a las fuentes judías tradicionales. Estas suelen ignorar el Talmud y el Midrash, los cuales contienen la tradición respecto a cómo traducir el lenguaje idiomático de la Torá.

Hay tres traducciones modernas que son fieles al judaísmo y altamente recomendadas:

  • Jumash en español (Artscroll).
  • La Torá con Rashi (Editorial Jerusalén de México).
  • Torat Emet (Editorial Bnei Sholem).

Obviamente, no existe un buen sustituto para el estudio del texto en hebreo original. El hebreo, al ser el lenguaje sagrado de Dios, tiene una gran cantidad de sutilezas que ninguna traducción podría siquiera intentar transmitir. Por ejemplo, la palabra hebrea para humano es adam. El nombre mismo se deriva de la palabra adamá, que significa tierra, a partir de la cual fue creado el primer hombre (34). También es un compuesto de la palabra dam, que significa sangre, y alef, la primera letra del alfabeto hebreo, que siempre alude a Dios (35). Esto nos enseña que un ser humano es una combinación de materia física y un alma espiritual.

Por lo tanto, pese a que es importante tener una buena traducción a mano, es igualmente importante esforzarse para estudiar la Torá en su lenguaje original.

Y ahora… ¡los 22 temas principales del Jumash!


Notas:

(1) Talmud, Meguilá 9a.

(2) Ver Rashi (Deuteronomio 1:3); Or HaJaim HaKadosh (Deuteronomio 1:1)

(3) El listado exacto de las 613 mitzvot puede encontrarse en el Sefer HaMitzvot de Maimónides y, con pequeñas variaciones, en obras de Najmánides, el Sefer HaJinuj y otros.

(4) Sin embargo, en muchos lugares la Torá no está escrita de manera cronológica. Ver por ejemplo Génesis 6:3, 35:29, Éxodo 4:20, Éxodo 31:18 con el comentario de Rashi. Ver también Talmud Pesajim 6b.

(5) Ver el comentario de Sforno.

(6) Génesis 12:4; ver Talmud Avodá Zará 9a para encontrar otra opinión.

(7) La Torá Oral (el Talmud y el Midrash) llenan muchas de las grietas.

(8) Midrash Tanjumá (Lej Lejá 9).

(9) Ver el ensayo #7 para una exposición sobre el tema.

(10) Ver, por ejemplo, la última bendición de la amidá de shajarit (Sim Shalom).

(11) Manual de pensamiento judío (Vol. 1) de Rav Aryeh Kaplan.

(12) Génesis Rabá 1:2.

(13) Esta versión de la Torá previa a la Creación estaba escrita con un flujo continuo de letras, con fuego negro sobre fuego blanco. Cuando le fue dada a la humanidad, fue dividida en palabras comprensibles (Talmud Ierushalmi Shekallim 6:1; Najmánides en Prefacio al comentario de la Torá).

(14) Avot 1:2 con Rashi. Por eso quien estudia Torá es visto como si sostuviera todo el universo (Talmud – Shabat 119b).

(15) 1720-1797, también conocido como el “Gra”. Se lo reconoce como uno de los rabinos más grandiosos de los últimos 500 años. A los cinco años ya sabía los Cinco libros de Moshé de memoria. Fue el autor de muchos libros de filosofía y ley judía.

(16) Libro de las cosas ocultas, “Sifra Ditzniuta”, cap. 5.

(17) Talmud – Menajot 29b.

(18) (1522-1570), conocido también como el Ramak, sirvió en la ilustre posición de Jefe de la Corte Rabínica (Av Beit Din) en Tzfat, Israel, durante el siglo XVI (época en la que Tzfat era el centro mundial de la erudición judía). La cita siguiente aparece en Pardés rimonim, el voluminoso comentario del Ramak a la clásica obra cabalística El Zóhar.

(19) Pardés rimonim 68a.

(20) Proverbios 2:5 con Metzudat David.

(21) Talmud, Avodá Zará 9a con Rashi.

(22) Ioré Deá 274:2; ver Manual de pensamiento judío (Vol.1).

(23) Como está escrito: “Moshé escribió todas las palabras de Dios” (Éxodo 24:4).

(24) Hay un desacuerdo en el Talmud (Menajot 30a y Guitín 60a con Rashi) respecto a si Moshé registró su propia muerte (Deuteronomio 34:5, el párrafo final de la Torá), o si esas palabras fueron escritas por Yehoshúa, su discípulo, de acuerdo a la orden de Dios.

(25) Otra opinión dice que toda la Torá fue escrita recién al final de año cuarenta (Talmud, Guitín 60a).

(26) Talmud, Nedarim 37b; Manual de pensamiento judío (Vol.1).

 

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