¿Existen acaso razones lógicas para los mandamientos del judaísmo?

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Explorar el significado de las leyes judías eleva su cumplimiento y las transforma en actos que tienen un impacto espiritual significativo en nuestras vidas.

"Es apropiado que uno medite, de acuerdo a su capacidad intelectual, en lo que concierne las leyes de la Torá para entender su significado profundo. Aquellas leyes para las que no encuentre razón ni conozca su propósito, no debieran sin embargo ser tratadas a la ligera" (Maimónides – Meilá 8:8).

A lo largo de la historia, los judíos han seguido los mandamientos de la Torá como un asunto de fe básica. Nuestra adherencia a la Torá y a sus leyes no puede depender del encontrarlas satisfactorias. Éste es el principio de naasé venishmá ("aceptamos hacer y escucharemos"), la declaración de compromiso que precedió la recepción misma de la Torá. La aceptación de este principio - el compromiso incondicional a la voluntad de Dios - es el prerrequisito para la aceptación de la Torá…

Sin embargo, Maimónides claramente afirma que no solamente está permitido meditar sobre el significado de las leyes judías, sino que es apropiado hacerlo.

Pero entonces nos encontramos en un dilema. Asumiendo que sí debemos reflexionar sobre las leyes, ¿puede acaso la mente finita del hombre comprender la infinita sabiduría escondida en cada ley judía? ¿Pueden nuestras limitadas facultades comprender y encapsular el verdadero significado de la ley Divina? Quizás debemos volver a examinar cuál es el propósito de intentar entender las mitzvot.

Cuantificando lo Eterno

Las mitzvot no necesitan explicación. Nuestros sabios nos enseñan: "Aquel que [en referencia a la mitzvá de espantar a la madre del pájaro antes de quitarle sus huevos o pichones] dice: 'incluso pájaros jóvenes merecen tu bondad', es silenciado" (Mishná – Brajot 5:3).

Entender los fundamentos lógicos de la mitzvá la eleva más allá del ser un acto meramente físico.

El propósito de entender una mitzvá no es comprender qué es lo que se logra con la mitzvá, sino percibir las lecciones que pueden sacarse de la mitzvá. Dios no necesita que nosotros nos preocupemos por Sus criaturas; Él tiene innumerables medios a Su disposición. El propósito de la mitzvá de espantar a la madre del pájaro antes de quitarle sus huevos o sus pichones es que interioricemos sentimientos de compasión (ver Maimónides en Deuteronomio 22:6). De este modo, cuando investigamos la razón tras cualquiera de las leyes judías, no es para explicar la mitzvá, sino para descubrir lo que podríamos sacar de ella. El entendimiento de los fundamentos lógicos de la mitzvá la eleva más allá del ser un acto meramente físico, y la transforma en un acto que tiene un impacto espiritual significativo en nuestras vidas.

Dado que cualquier teoría o explicación dada como fundamento para una mitzvá es simplemente una conjetura, uno nunca puede sacar conclusiones legales de alguna interpretación de una mitzvá, incluso si ésta es ofrecida por autoridades anteriores. Por muy válida que pueda ser una interpretación, con certeza no reflejará el completo espectro del significado de la ley. Tal como la Torá es infinita, así también lo es cada una de sus leyes. Sin embargo, al mismo tiempo, dado que estamos obligados a reflexionar sobre el significado de la mitzvot, cualquier hipótesis sobre su fundamento lógico, siempre y cuando sea congruente con los principios de la Torá, es valida y realza el efecto de la mitzvá en el hombre.

Más aún, uno nunca debiera tentarse a separar la lección moral de la ley judía de su cumplimiento. Es decir, uno podría llegar a sentir que una vez que ha penetrado el significado de la mitzvá y ha sacado de ella inspiración y sabiduría, ahora puede descuidar el real cumplimiento del ritual de la mitzvá. Pero esto es incorrecto. Como enseña Maimónides: Si uno experimenta un despertar espiritual debe concretarlo para que éste tenga alguna permanencia. Es insuficiente ser un buen judío de corazón o a nivel intelectual. La Torá es una ‘Torá de vida’, y todas sus elevadas ideas deben encontrar expresión activa y realización en la vida diaria. La obligación de cuidar las leyes judías es por lo tanto independiente de cualquier entendimiento de ellas.

Quien realiza una mitzvá sin pensar en su significado ha cumplido igualmente con su obligación, aunque de una forma disminuida, mientras que quien reflexiona e interioriza pero ignora el acto mismo de la mitzvá, de ninguna manera habrá cumplido con su responsabilidad y seguirá siendo responsable por omisión y recibiendo el castigo respectivo. El principio de naasé venishmá, cumplir y entender las leyes judías, no solamente significa que aceptamos la Torá sin condiciones previas, sino también que la escucha y el entendimiento de la mitzvá prosiguen y son secundarios a su cumplimiento real. Interiorizar la mitzvá es solamente significativo cuando está asociado con el cumplimiento mismo de la mitzvá.

Esto es complementario con el axioma (Avot 3:12), "Cualquier cuya sabiduría exceda sus buenas acciones – su sabiduría no perdurará". Así como el fuego de la vela no puede existir sin una mecha en la cual arder, los conceptos más profundos y elevados que se encuentran contenidos en la sabiduría Divina de las leyes judías deben encontrar una expresión física para ser sostenidos.

Razón y Sabor

Las leyes judías generalmente pueden clasificarse en dos categorías separadas: leyes cuya razón subyacente permanece como una entidad desconocida para el ser humano, y aquellas cuya razón ha sido informada al hombre, permitiéndole una conciencia del impacto positivo que tienen en la sociedad en general y en la calidad de vida del individuo particular.

Hacer una mitzvá incluso sin conocer su significado proporciona sustento espiritual.

En las Sagradas Escrituras, la porción básica de alimento necesaria para la mínima supervivencia humana es llamada lejem juki (Proverbios 30:8), que proviene de la palabra jok (estatuto). Tal como las necesidades nutricionales que uno tiene podrían ser satisfechas incluso a través de alimentación intravenosa, así mismo un mínimo propósito y meta de las mitzvot es más que suficiente, siempre y cuando el acto físico del cumplimiento de la mitzvá sea realizado ya que éste en sí mismo es una muestra de sumisión a Dios. Hacer una mitzvá incluso sin conocer su significado nos proporciona nuestros requerimientos básicos de sustento espiritual.

Sin embargo, tal como una nutrición ingerida de tal forma es poco apetitosa y no es deleitable una comida con tan poco sabor, así mismo la sensación de excitación, identificación intelectual y apego emocional que debiera ser parte integral de hacer una mitzvá es extremadamente difícil de alcanzar sin conocer su razón.

Es por esto que la palabra en hebreo taam tiene un significado dual: sabor y razón. La razón hace a la mitzvá apetecible y "sabrosa" para el corazón y para la mente, de forma tal que no solamente el cuerpo, sino la totalidad del judío – cuerpo, mente, alma y emociones – sirva a Dios, en cumplimiento de las palabras del Rey David, "Todos mis órganos dirán '¿Dios quien es como Tú?'" (Salmos 35:10).

Reimpreso del libro "The Laws Of Kashrus" – ArtScroll.com

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