Los placeres de ser soltera

3 min de lectura

Sí, es difícil no estar casada, pero en el intertanto he recibido muchas bendiciones. Y planeo utilizarlas lo mejor que pueda.

Soy soltera. Lo odio, pero es lo que soy. Entonces, lo enfrento.

¿Y sabes cómo? Lo vivo al máximo.

Enfrentémoslo. Tengo un montón de tiempo libre, gano dinero sin tener muchas obligaciones y tampoco tengo grandes responsabilidades. ¿Qué podría ser mejor (además de la maravillosamente gigante responsabilidad de ser esposa y madre y de gastar mi dinero en compras de supermercado y matrículas escolares)?

Tiendo a ver mi soltería como una situación de ‘persona necesitada’. Necesito casamenteras y amigas para que me organicen citas. Necesito que mis amigas me recuerden constantemente y que hagan cosas para mí. Necesito mentores que me escuchen, aconsejen y fortalezcan cuando la vida se pone difícil (lo cual puede pasar con bastante frecuencia). Necesito apoyo y sensibilidad. Y necesito un helado después de citas deprimentes. Y necesito amigas verdaderas, no sólo las que dicen: “Cuéntame lo que estás buscando” o “Deberías venir a casa para Shabat”. Hablo de las que no me consideran una soltera desdichada que necesita ser arreglada, sino que me ven como una buena amiga que casualmente es soltera.

Dios, necesito muchas cosas.

Mi foco en mí misma estaba lastimando las relaciones que tenía.

Es deprimente estar constantemente en el rol de receptor. Necesitaba cambiar y comenzar a dar. Mi foco en mí misma estaba lastimando las relaciones que tenía. Y si necesitaba amigas más que nunca, era hora de que me esforzara en ser yo una verdadera amiga. Como dice el dicho, para tener una amiga verdadera primero debes ser tú una amiga verdadera. Entonces aprendí cómo apoyar a mis amigas casadas cuando sus vidas se tornaban difíciles (incluso cuando no era conveniente para mí).

Ser soltera no anula mi capacidad de ser una maravillosa amiga. Es difícil pero muy satisfactorio hacer compras con mis amigas cuando se comprometen, organizar sus departamentos, pasar tiempo con mis amigas casadas en sus apretadas agendas y cuidar a sus niños. Uno tiene un maravilloso sentimiento cuando comparte la alegría de otros en medio del dolor propio.

La vida es un balance, y a pesar de que es extremadamente importante que cuide de mí misma, debo utilizar las grandes bendiciones que recibí para darles a los demás. La esencia de la vida es lo que puedo hacer por los demás, no lo que los demás pueden hacer por mí. Incluso durante los tiempos más difíciles no estoy exenta de ser una persona activa en este planeta. Siempre puedo elegir dónde poner mi foco. Y desde mi punto de vista, hay una bendición oculta en mi prueba.

Al ser soltera tengo un poco de tiempo libre extra. Es un tiempo que me encantaría pasar con mi marido, construyendo un hermoso matrimonio. Es tiempo que me encantaría utilizar haciendo la tarea con mis hijos y preparando la cena. Sin embargo, en este momento no es mi realidad. Entonces, paso tiempo haciendo otras cosas que me encantan. Me aseguro de pasar tiempo con mis amigas y mi familia, y de mantener fuertes a esas relaciones. Dedico tiempo a enseñarles a niños y a ayudarlos a tener éxito en la escuela y en la vida. Paso tiempo sirviendo a la comunidad y cocinando para las celebraciones que hay en mi entorno.

Y sí, paso tiempo a solas, trabajando en mí misma y en ocasiones simplemente dejándome fluir. Me siento bendecida de poder pasar mi tiempo haciendo cosas que disfruto y mejorando la vida de las personas que me rodean en lugar de quedarme quieta esperando.

Gracias a Dios tengo un trabajo. Pero no tengo en quien (léase: familia) gastar el dinero. Ahorré un poco, pero ya dejé de postergar para el futuro; ahora encuentro en quién gastar. Aconsejo a adolescentes y como muuucho más helado, emparedados y pizza que lo que debería. Malcrío a mi familia y a mis amigas. Malcrío a mis estudiantes. Y sí, también me malcrío a mí misma. Salgo con amigas y a veces, por un capricho, viajo para visitar amigas que viven lejos.

Por más loco que parezca, no cambiaría mis años de dolor por nada en el mundo. Las lecciones que aprendí sobre ser una persona activa y comprensiva mejoraron todas mis relaciones, particularmente mis citas. En el pasado me enfocaba en protegerme a mí misma. Nunca dejaba de pensar que el posible candidato podría haber estado tan asustado como yo. Además, proteger a los demás es esencial para construir un buen matrimonio.

Es una bendición poder darle al resto. Y también es una elección. Pasé mucho tiempo sola, triste y siendo cínica, pero eso no me llevó a ningún lado. Me di cuenta que lo que me deprimía no era mi situación, sino yo misma. Al menos sobre esa área yo tenía control (¿tenemos control sobre alguna otra cosa?).

Sí, es difícil no estar casada, pero en el intertanto he recibido muchas bendiciones. Y planeo utilizarlas lo mejor que pueda.

EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.