¿Cómo evitar que tu primera cita se transforme en la última?

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6 puntos claves que toda mujer necesita saber.

Enfrentémoslo. Conseguir una primera cita es relativamente fácil – el chico te ve en una conferencia profesional, lee tu perfil en un lugar de citas en línea o algunos amigos en común les arreglan una cita a ciegas.

El tema es conseguir una segunda cita. Entonces, sin más, aquí hay seis consejos que te ayudarán a evitar que esa primera cita… se transforme en la última.

(1) Dale una oportunidad. ¿Cuántas veces te has encontrado decidiendo rápidamente que el hombre con el que te arreglaron para salir no es “El Correcto”? Miras sus rasgos, su corte de pelo, la forma en que está vestido, cómo camina – y piensas “Uh, oh”. El sonido de su voz y los primeros cinco minutos de conversación lo etiquetan en tiempo récord. “Definitivamente no es para mí” te dices, y la cita termina antes de empezar. Ya no importa lo que diga ni haga, tú ya no estás escuchando. Estás pensando en lo que te vas a poner mañana para ir a trabajar… y en cómo vas a encontrar un chico nuevo para salir.

Tú eres la que pierde. Al hacer una evaluación rápida y superficial te privas de la oportunidad de saber cómo este hombre es en realidad, de ver más allá de la superficie y tal vez de darte cuenta que tiene más cosas buenas que lo que tu juicio apresurado concluyó.

Trata de cambiar esto por completo. En lugar de apurar tu juicio, abandona todas las expectativas que tengas. Mantente en la postura de “estoy saliendo con un chico agradable y voy a tratar de conocerlo un poco para ver cómo es”. Deja de pensar “¿Es este el chico con el que me voy a casar?”. Preguntarte esto es la forma más rápida para no querer volver a verlo. Después de todo, ¿cómo podrías pensar en casarte con alguien cuando estás muy enfocada en una de sus cualidades y no lo conoces como persona?

La experiencia nos ha demostrado que nunca sabrás si alguien es el correcto durante el primer encuentro. Quien dice que “lo supo desde el primer momento” en realidad no “sabía”. Pueden haber percibido un potencial, pero todavía tenían que seguir saliendo para ver si sus instintos eran correctos. Y la mayoría de las parejas que ahora están casadas confirmarán que no tenían idea de lo pasaría después de esa primera cita. La clave fue que se preguntaron “¿puedo salir una vez más con esta persona?”, y no permitieron que se entrometieran razones superficiales en el camino hacia responder: “Sí”.

(2) Muestra tu lado más suave. Trabajaste duro para llegar donde estás. Tienes un buen trabajo, quizás una maestría, y quieres que tu (potencial) esposo vea que eres una mujer inteligente y capaz. ¡Perfecto! Pero esto no es una entrevista de trabajo, y aunque esté bien hablar de los logros que te enorgullecen, si hablas demasiado de ellos, lo desmotivarás.

Los rasgos que te hacen una gran abogada tal vez no sean los mismos que te harán una buena esposa y madre. Para que un hombre aprecie todo de ti, tal vez necesites hacer una seria introspección y ver qué parte de tu personalidad necesitas desarrollar, más allá de lo profesional.

Él está buscando alguien con quien poder relacionarse tanto emocional como intelectualmente, no una lista de logros. Quiere conocer tu lado más suave, qué es lo que te divierte, tus hobbies y tus talentos, qué te hace reír, tus gustos y lo que es importante para ti en la vida. Si muestras todas las facetas de tu personalidad él podrá ver quién eres en realidad. Y haciendo preguntas sobre sus experiencias, gustos e ideas, mostrarás que tú también estás interesada en saber sobre él.

(3) No lo persigas. Tu primera cita salió bien y estás esperando que llame para invitarte a salir de nuevo. Te preguntas “¿Debería mandarle un mensaje de texto para decirle que la pasé bien?”. Mala idea. Incluso si no se da cuenta de que estás tratando de persuadirlo para que te pida salir de nuevo, hay muchas posibilidades de que se sienta intimidado porque tú, y no él, hizo la movida siguiente. No importa que vivamos en una época de igualdad de sexos en muchas áreas de la vida – en las citas, los hombres siguen necesitando sentir que son ellos los perseguidores en una relación. Si cambias los roles, puede salir todo mal.

Si quieres decirle a un hombre que has disfrutado el tiempo que pasaron juntos, hazlo al final de la cita. Puedes decir simplemente: “Gracias, pasé una velada muy agradable”. Deja de lado los superlativos y, por supuesto, no le digas lo mucho que te gusta. Si expresas tus sentimientos sin haber salido lo suficiente para saber que él siente lo mismo, es probable que se sienta muy incómodo y decida no continuar saliendo. Guarda esos primeros sentimientos para ti y mira cómo se desarrolla el noviazgo. Sé paciente, déjalo ser el primero en hablar sobre sus emociones.

(4) No es una comida gratis. Preferiríamos creer que esto no ocurre en el siglo 21, pero ocurre: Un hombre lleva a una mujer a un lindo restaurante en su primera cita. Ella pide una comida cara, posiblemente varios platos, pero apenas toca su comida. “De noche no puedo comer tanto” explica, y le pide al mozo que le traiga una bolsita para las sobras. Ella sabía desde el primer momento que no aceptaría una segunda cita con este hombre, pero pensó que al menos podría obtener una buena cena (e incluso sobras para la noche siguiente). Entretanto, el pobre hombre – que comenzó la cita esperando que esta mujer tuviera algún potencial – se da cuenta que ha sido utilizado como un cupón para una cena.

La Torá prohíbe gnevat daat, engañar a otra persona. Esto incluye salir en una cita con el único propósito de tener una buena comida a expensas de un hombre. Además, las citas se llevan una buena parte del presupuesto de la mayoría de los hombres, y las mujeres les deben algo de consideración por esto. Si no estás interesada en salir con este hombre, no desperdicies ni su tiempo ni su dinero. Si sales en una cita con buenas intenciones y luego te das cuenta de que no es para ti, sé considerada con su billetera y trata de hacer que la velada sea lo mejor posible. Puede que igualmente sea buena compañía, y no saben si en el futuro uno de los dos decidirá arreglar al otro con un amigo que sea más afín.

(5) Arréglate lo mejor que puedas. La mayoría de las mujeres no necesita consejos básicos sobre aseo y vestimenta. Ellas saben que no se debe salir a una cita con ropas sucias, manchadas o rotas, pero también puede que necesiten una buena revisión de su guardarropa. A veces, una mujer frustrada sentimentalmente, o que no se siente tan bien consigo misma en ese momento, decidirá que no tiene que esforzarse para verse bien para una cita. Puede omitir el maquillaje que utiliza generalmente o no preocuparse por su atuendo, creyendo que a su cita no le importará o que no hará mucha diferencia en el resultado.

La mayoría de las veces a él sí le importa. Quiere sentir que es lo suficiente importante para que tú quieras dar una buena impresión, y tal vez pierda el entusiasmo si siente que no lo ves así.

Pero digamos que no percibió que no estás tan arreglada como siempre. De todas maneras tus elecciones pueden tener un impacto negativo en el éxito de tu cita. Para empezar, la actitud de una mujer a menudo refleja cuán cómoda se siente con su apariencia, y si no te sientes tan bien con tu apariencia podrías proyectar esa negatividad hacia tu compañero de cita. Si te sintieras mejor con tu apariencia no te pasaría lo mismo. Además, los hombres tienden a ser mucho más visuales que las mujeres. Unos cuantos toques finales pueden ayudarlo a sentirse más atraído hacia ti y eso puede animarlo a querer conocerte mejor.

Por supuesto, si tienes pocas ganas de salir, tal vez sea una buena idea posponer la cita. Si te sientes enferma, exhausta o deprimida, hay grandes chances de que tu cita no salga tan bien. ¿Por qué no le explicas esto al hombre y le pides que vuelvan a fijar una fecha?

Si estás tan frustrada que no tienes ganas de salir en general, quizás es un buen momento para tomarte unas “vacaciones de las salidas” por uno o dos meses y enfocarte en hacer cosas que disfrutas para poder volver a la escena de las salidas sintiéndote renovada y optimista.

(6) Sonríe. Imagina que estás en una cita con un hombre que nunca te sonríe. ¿Cómo te sentirías? Hasta el cansancio hemos escuchado hombres diciéndonos: “La mujer con la que salí no sonrió ni una vez. Me sentí tan incómodo que lo único que quería era terminar la cita”. Quizás tuviste un día de trabajo muy duro, o estás estresada por algo, o desilusionada porque el hombre con el que te has encontrado no cumple con tus expectativas. Pero no hay razón para que tengas que expresarlo abiertamente con el ceño fruncido.

¿Sientes que tus citas no están llegando a ningún lado? Intenta con estos seis consejos y tal vez los resultados te den una grata sorpresa.

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