Confesiones de un Solterón

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Cuatro factores clave que nos alejan de la boda.

¿Cuántas veces un solterón conoce a alguien (en especial en la comunidad observante), sale seriamente en citas, y cuando no funciona, los amigos, consejeros y familiares (usualmente) bien intencionados le preguntan: ¿Le tienes miedo al compromiso?

Con el debido respeto, para la mayoría de los solteros, no es tan simple.

La mayoría de los solterones son personas comprometidas, comprometidas con amistades cercanas y duraderas, con lazos familiares y con obligaciones laborales. Ellos (si le crees al casamentero, a sus amigos o a su perfil en línea) “Harán lo que sea por cualquiera, socorrerán a un amigo en necesidad sin importar la hora” y son buenos hermanos, hijos, tíos, sobrinos y primos. Le harán un favor a sus vecinos y sus compañeros de estudio siempre pueden contar con ellos. Tienen trabajos importantes e interesantes, con grandes responsabilidades, donde tienen éxito a diario, y en las noches dedican tiempo a las organizaciones comunitarias, donde visitan enfermos, alimentan a gente que no tiene lo que comer, ayudan a los pobres, aconsejan a los jóvenes en problemas, luchan por la justicia y la igualdad, y ayudan a los ancianos (a veces todo al mismo tiempo). Hacen malabares con la agenda y con las prioridades del trabajo, la recreación y la casa para asegurarse que tienen tiempo para todo.

Decir que no están comprometidos o que son incapaces de adquirir un compromiso es muy, muy errado.

Entonces, ¿cómo se supone que un buen amigo, pariente, o consejero puede ayudar a un soltero? Basado en mi experiencia personal, es muy probable que el soltero necesite ayuda para enfrentar uno de los siguientes temas:

1. Puede que los solterones tengan problemas personales relacionados con la confianza en sí mismos, con su autoestima o con el conocimiento de sí mismos. ¿Están felices consigo mismos, con su salud física y psíquica? ¿Están satisfechos con el tipo de vida que llevan? ¿Están viviendo una vida honesta, o están tratando de ser alguien que no son? ¿Saben quienes son por dentro, cuáles son sus talentos, habilidades, peculiaridades, esperanzas y sueños?

Los solteros necesitan conocerse y amarse (si tienen problemas mentales o emocionales más serios relacionados a la falta de confianza, depresión, etc., puede que necesiten una terapia intensa antes de comenzar a salir en citas).

2. Puede que los solterones estén saliendo con la persona equivocada y que necesiten reconsiderar lo que están buscando y qué les sirve o no. ¿Siguen saliendo con el mismo tipo de persona con el que salieron a los 21? ¿Han hecho concesiones por el crecimiento (o deterioro) personal, y han cambiado con el paso del tiempo? ¿Realmente necesitan todas esas cosas que pensaron que necesitaban? ¿Están evaluando honestamente, y de un modo realista, quiénes son y lo que necesitan y esperan? ¿Están saliendo con el rango de edad, “social” o religioso/filosófico equivocado? Si son honestos sobre sus necesidades y sobre quiénes son, estarán más cómodos saliendo con personas apropiadas para ellos, y es más probable que construyan una relación significativa que conduzca al matrimonio.

Estate abierto a darle a alguien una segunda oportunidad. Puede que hayas salido con alguien hace años y que, por algún motivo, no haya funcionado. Pero pasaron años, y las personas cambian, a pesar de que en aquel entonces puede que la persona no haya sido “ideal”, quizás lo es ahora. Por otro lado, tampoco sufras por las oportunidades perdidas. Sigue adelante. Quien fue la persona “ideal” entonces, puede que ya no lo sea, dado que los dos cambiaron con el pasar de los años. Pero ahora mismo hay alguien a quien podrías conocer.

3. Puede que algunos solterones no estén listos, deseosos o aptos para salir y casarse, a causa de las actividades que llenan sus vidas. Tal vez están muy comprometidos con el trabajo, extralimitados en sus esfuerzos comunitarios, o muy enfocados en lo que hacen en su tiempo libre, y por lo tanto, casarse no es realmente su prioridad. Si este es el caso, los solteros necesitan decidir si realmente quieren casarse, y si es así, reprogramar su agenda y darle prioridad a lo prioritario.

4. Finalmente, puede ser que los solterones tengan un miedo normal al matrimonio. Puede ser por el matrimonio de sus padres, que era menos que ideal, o porque han visto muy pocos matrimonios buenos, mientras que demasiados mediocres o malos. Si este es el caso, el soltero necesita reconocer el origen de su miedo y “comprometerse” a buscar y a ver paradigmas de matrimonio nuevos y más efectivos, paradigmas que hagan que los riesgos y esfuerzos que involucra el matrimonio valgan la pena.

Los amigos, parientes y consejeros bien intencionados pueden ayudar a los solterones que conocen, asegurándose de que estén convencidos de quiénes son y de que saben lo que están buscando, y lo más importante: brindando amistades profundas y significativas que, en un cierto nivel, imitan la belleza de los lazos matrimoniales. Pueden también, simplemente viviendo sus propios matrimonios, demostrar cuán grandiosa puede ser la vida matrimonial.

Por supuesto que los solterones (a los cuales yo todavía pertenezco) no están absueltos. Necesitan estar seguros de que son adecuados emocional y físicamente para el matrimonio y que están saliendo con el tipo de persona correcto para ellos en este momento de su vida.

También necesitan reorganizar el orden de prioridades en su vida y disminuir algunas actividades para tener tiempo necesario para hacerle lugar a alguien especial. Esto incluso puede requerir reducir cosas importantes y valiosas.

Los solteros necesitan tomarse el tiempo para hacer una honesta evaluación de sí mismos y de su crecimiento, y deben esforzarse para convertirse en las personas que desean ser. Si hay algo mal en la vida de un solterón – ya sea trabajo, una situación de la vida o la conexión a la espiritualidad – hay que esforzarse para cambiar. A veces hasta el primer paso de un intento de cambio es tan poderoso y liberador que cambia por completo la actitud de una persona (y a veces este impulso puede venir de un lugar inesperado – un supervisor en el trabajo recientemente me hizo un comentario que me llevó a reevaluar mi idea de lo que los demás piensan de mí. No lo ignores, utilízalo para trabajar en el cambio).

Y finalmente, si el solterón no tiene al menos un amigo cercano con el que no dejaría que pase una semana sin ponerse al día, debe conseguirse uno. La mejor forma de aprender a ser un buen esposo es aprender a ser un buen amigo.

Por el mérito de un buen consejo y un buen esfuerzo, quiera Dios que todos los solteros – jóvenes y no tanto – encuentren su pareja apropiada inmediatamente, con una clara y poderosa ayuda del Cielo en el camino.

El autor, de casi cuarenta años y aún no casado, agradece que se hagan rezos para que Jaim Leib Mendel (haCohén) ben Rajel Sara amerite pronto casarse con su alma gemela.

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