La familia judía y la responsabilidad social

6 min de lectura

Los valores de la Torá se convirtieron en la base para el bienestar social.

La familia judía

Los judíos siempre han apreciado la importancia y la posición central de una familia sólida. En las áreas de la sexualidad y las relaciones entre el hombre y la mujer, el judaísmo introdujo algunas innovaciones muy significativas.

La Torá describe la relación entre el hombre y su mujer:

“Un hombre dejará a su madre y a su padre y se apegará a su esposa, y ellos serán una sola carne” (Génesis 2:24).

El judaísmo está enseñando que un hombre y una mujer son dos mitades de un todo. Mucho más que sólo una sociedad o un equipo, tu cónyuge es tu otra mitad, tu alma gemela. Conjuntamente, este “todo” no sólo ayuda a traer nueva vida al mundo, sino que también eleva y educa a personas para que funcionen como miembros constructivos de la sociedad.

La ley judía requiere que un hombre se controle a sí mismo físicamente, y que enfoque su energía sexual y emocional exclusivamente en su esposa. El judaísmo fue, por consiguiente, único en el mundo cuando salió y prohibió la homosexualidad, la pederastia y la copulación con animales – y sostuvo al matrimonio como el “estado ideal”.

Esto tuvo implicancias tremendas en el rol de la mujer en la sociedad. La ley judía ordena que un hombre debe amar y respetar a su esposa, incluso obligándolo por ley a satisfacerla sexualmente. Según la ley judía, el no hacerlo es una causa para el divorcio.

¿Recuerdas al poeta griego Paladio? “El matrimonio trae al hombre sólo dos días felices: el día en que lleva a su prometida a la cama y el día en que la coloca en su sepultura”. Qué diferencia. No subestimes el poder de estas ideas judías sobre las relaciones de pareja y su impacto en el mundo. En términos de la cultura griega y romana, la monogamia fue una revolución que tuvo un impacto profundo, no sólo en la estabilidad de la familia, sino en la sociedad como un todo.

Dennis Prager, un famoso escritor y conferencista de temas judíos, comenta al respecto:

La naturaleza del hombre, indisciplinada por los valores, permitirá que el sexo domine su vida y la vida de la sociedad. Cuando el judaísmo exigió que todas las actividades sexuales fueran canalizadas hacia el matrimonio, esto cambió al mundo. No es exagerado decir que la prohibición de la Torá de las relaciones extramaritales hizo posible la creación de la civilización occidental. Las sociedades que no colocaron límites alrededor de la sexualidad vieron su desarrollo obstruido. El subsecuente dominio del mundo occidental puede, en gran medida, ser atribuido a la revolución sexual iniciada por el judaísmo, y luego llevada a cabo por el cristianismo (Dennis Prager, Ultimate Issues- Temas Fundamentales, Abril-Junio 1990)

Responsabilidad social

El pueblo judío está en gran sintonía con la idea de ser responsable por la sociedad y por el mundo. Los judíos dan caridad en una proporción mucho más grande que otros. Por ejemplo, el United Jewish Appeal – la Campaña Judía Unida – recauda 750 millones de dólares al año, ubicándola como la tercera institución benéfica más importante en los Estados Unidos, después de la Cruz Roja y el United Way. (Ten en cuenta que los judíos constituyen alrededor del 2% de la población total de los Estados Unidos).

Cuando ves a un ser humano en necesidad, tienes la obligación de ayudarlo. El judaísmo ordena un comportamiento positivo, que es una innovación única en la ley. En otros sistemas legales, ser espectador no es un crimen, incluso en el mundo occidental de hoy en día. No obstante, en el judaísmo la conciencia social es una obligación legal, como establece la Torá: “No te pararás sobre la sangre de tu prójimo” (Levítico 19:16).

“Soy una buena persona y no lastimo a nadie” no es el entendimiento judío de “buena persona”. Ser una buena persona nos exige actuar, no sólo evitar la maldad. O eres parte del problema o eres parte de la solución.

El mensaje que enseña el judaísmo es que eres responsable por el mundo. El Talmud enseña que cada persona debe decirse a sí misma: “El mundo fue creado para mí”, no como una declaración del máximo egocentrismo, sino como un sentido único de responsabilidad por el mundo. Este es mi mundo y yo soy su guardián. Si hay un problema, tengo que hacer algo al respecto.

La obligación de “arreglar el mundo” está referida en los textos judíos como Tikún Olam.

La ley judía es muy específica acerca de nuestra obligación hacia los demás, incluyendo cuánto dinero uno debe dar a caridad, qué porcentaje de la cosecha le pertenece al pobre, recibir huéspedes, visitar enfermos y otros actos de bondad. Toda comunidad judía a través de la historia ha tenido una infraestructura de asistencia social. Martin Gilbert, en A Historical Atlas of the Jewish People –Un Atlas Histórico del Pueblo Judío- escribe que hace 100 años, 5 millones de judíos vivieron en la pobreza y la opresión en el gran gueto de Europa oriental, llamado el “Pálido” del poblado judío. De esos 5 millones, de los que ninguno era rico, entre el 14% y el 25% vivían en base a la caridad de la comunidad. Eso es aproximadamente 700.000 personas sustentadas por la comunidad.

Ser responsable por el mundo incluye también a los animales y al medio ambiente. En la ley judía, no puedes comer antes de que lo haga tu animal. No se te permite ser cruel con un animal. Si ves a un animal sufriendo, tienes que ayudarlo. No puedes talar un árbol de frutas, incluso en tiempos de guerra.

Modelo para el mundo moderno

Los valores humanitarios de la Torá se convirtieron en la base del bienestar social. Esta es la visión de responsabilidad social que fue adoptada por los pensadores modernos europeos y norteamericanos durante los últimos 200 años.

Tomás Huxley, escritor y biólogo británico escribe:

La Biblia ha sido la Carta Magna del pobre y del oprimido; incluso en los tiempos modernos, ningún estado ha tenido una constitución en la que los intereses del pueblo sean tan tenidos en cuenta, en la que se insista mucho más en los deberes de los gobernantes que en sus privilegios, como está establecido para Israel en Deuteronomio y Levítico. En ningún lado está tan firmemente determinada la verdad fundamental de que el bienestar social, a largo plazo, depende de la rectitud de sus ciudadanos (Gabriel Sivan, The Bible and Civilization (La Biblia y la Civilización), Keter Publishing, 1973, p. 77).

Huxley está diciendo que la visión judía del bienestar social es la realidad en base a la cual nos estamos modelando a nosotros mismos.

Kyman Abbot, un predicador y publicista norteamericano, expresa un sentimiento similar.

Sería imposible mencionar cualquier otro pueblo, incluso de una época muy posterior… cuya ley y constitución encarne un ideal tan noble como el personificado en las leyes civiles judías, o cualquier otro pueblo cuya historia muestre la existencia de instituciones políticas tan esencialmente justas, libres, y humanas… Nosotros, los gentiles, le debemos nuestra vida a Israel… Fue Israel quien, al traer la ley divina, estableció los fundamentos de la libertad. Fue Israel quien tuvo las primeras instituciones libres que vio el mundo… Cuando, a veces, nuestros propios prejuicios y los prejuicios cristianos dicen algo de modo colérico en contra del pueblo judío, recordemos que todo lo que tenemos y todo lo que somos, se lo debemos, Dios mediante, a lo que el judaísmo nos ha dado (Life and Literature of the Ancient Hebrews (Vida y Literatura de los Judíos Antiguos), 1901).

Está claro que el judaísmo le ha aportado a la humanidad una visión moral, un esquema para un mundo ideal. Desde la antigüedad, el pueblo judío ha defendido los seis valores fundamentales que comprenden nuestra visión de un mundo perfecto.

Los judíos le presentaron esta verdad al mundo y, en gran medida, vivieron de acuerdo a ella. A pesar de ser objeto de terribles persecuciones, el pueblo judío mantuvo un nivel de humanidad y de preocupación por el prójimo que a menudo superó por lejos a las civilizaciones circundantes.

La pregunta es: ¿Qué le dio al pueblo judío la perspectiva única y el genio para personificar estos valores?, algo que Grecia y Roma no fueron capaces de hacer.

¿Por qué fueron sólo los judíos?

* * *

Este ensayo está adaptado de “Mundo Perfecto: El Impacto Judío en la Civilización” (WorldPerfect: The Jewish Impact on Civilization). En esta notable obra, el rabino Ken Spiro analiza 4.000 años de historia humana para mostrar cómo los valores éticos y morales occidentales provienen de la Torá.

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