Conversaciones de Shabat – Guía paso a paso

7 min de lectura

Consejos prácticos para crear conversaciones divertidas y significativas.

Extraído del libroAngels at the Table: A Practical Guide to Celebrating Shabbat” (“Angeles en la Mesa: Una Guía Práctica para Celebrar Shabat”) – Editorial Continuum, 2011.

En la película de 1983 de Monty Python, “The Meaning of Life” (“El sentido de la vida”), hay una escena muy divertida en la que un hombre y una mujer entran a un restaurante donde les son entregados menús que no les ofrecen opciones de comida, sino en cambio de temas de conversación. Mientras ellos los miran, su insistente mesero los incita a discutir sobre las diferentes escuelas de filosofía. A medida que les son ofrecidas más y más ridículas opciones (¡Schopenhauer! ¡El significado de la vida!), la pareja se va poniendo más y más incómoda, y cada vez van teniendo menos que decirse el uno al otro.

Encuentro que, en muchos casos, tratar de comenzar una buena conversación es como esa escena. Las buenas conversaciones a veces hacen "clic" y a veces no. Los ingredientes necesarios para una buena conversación son elusivos: el producto de los ánimos y temperamentos de cada uno en un momento determinado.

Las buenas conversaciones a veces hacen "clic" y a veces no.

Hace años, cuando mi esposo y yo estábamos recién casados, aprendimos una impactante lección sobre lo arbitrario que puede ser el lograr una buena conversación. Habíamos conocido a una pareja que parecía agradable, y ellos generosamente nos invitaron a cenar a su casa en la noche de Shabat. Pasamos toda la velada con conversaciones intrascendentes y la atmósfera era insulsa, incluso aburrida.

Apenas dejamos su casa, el cielo se abrió y la lluvia torrencial más grande que vi en mi vida nos empapó hasta la piel. Nuestro anfitrión corrió detrás de nosotros y nos invitó a quedarnos a dormir. Agradecidos, aceptamos su oferta. A la mañana siguiente nos unimos a nuestros anfitriones para el desayuno y comenzamos a conversar. Y conversamos, y conversamos, y conversamos. ¡La conversación fue buenísima! ¡No podíamos parar! Fuimos con ellos al shul y luego hablamos con ellos por horas durante el kidush. Lo pasamos súper bien.

Mientras volvíamos a nuestro departamento ya en la tarde, mi esposo y yo comentamos que el viernes en la noche nuestros anfitriones seguramente estaban muy cansados por el trabajo (y quizás nosotros también), y eso hizo que nuestra conversación haya sido tan débil. Cuando los agarramos descansados, el sábado a la mañana, nos conectamos perfectamente. Hoy, casi diez años después, continúan siendo dos de nuestros mejores amigos, y un recordatorio constante de que el momento y las circunstancias pueden determinar, casi a su antojo, si las conversaciones son buenas o malas.

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Rompehielos

¿Qué pasa si estás sentado a la mesa de Shabat y la conversación simplemente no fluye? Una vez tuvimos unos huéspedes de Shabat que trajeron un muy lindo regalo: un juego de cartas con temas de conversación en cada una, cuya idea es estimular las conversaciones en la mesa de Shabat. Pensé que era un regalo excelente, pero con el pasar del tiempo me di cuenta que uno puede sentir que la conversación es artificial al utilizarlas.

Pero, de todos modos, si la conversación no fluye, puede ayudar jugar uno de esos juegos que la gente usa en las conferencias de trabajo o que los maestros asignan en el primer día de clases. Las personas se turnan para responder preguntas intentando generar una discusión más natural. Aquí hay una lista de preguntas que he utilizado con gran éxito. Si estás buscando una manera de iniciar una conversación más interesante entre tu familia o tus invitados, estas preguntas te pueden ayudar.

• Si tienes tiempo para planificar (y los huéspedes o la familia están dispuestos a hacer el esfuerzo), elige una sección de la porción semanal de la Torá y pídeles que lean sobre ella en un libro o un sitio de internet. Hay tantos libros y sitios de internet orientados a los niños que es muy fácil lograr que se involucren en el proyecto. Cuando se reúnan en la mesa de Shabat haz que se turnen para que cada uno explique lo que ha aprendido y las reflexiones que tiene.

Esta no es una tarea grande y pesada; de hecho, si planeas un poco, puedes reunir unos libros e imprimir algunos textos de internet. Dale a cada uno una página para leer y 10 minutos para preparar algo antes del almuerzo o la cena, para que cuando comience la comida - ¡Chachán! Todos serán expertos en la parashá.

• El viejo truco de ir uno por uno diciendo por lo que están agradecidos funciona para comenzar una conversación significativa. Puedes darle a este juego un toque judío si intentas algunas modificaciones: "¿Qué es lo que más te gusta del judaísmo?" Otra versión, un poco más complicada es: "¿Cuál sientes que es la mayor bendición que Dios te ha dado?".

Trata el viejo truco de ir uno por uno diciendo por lo que están agradecidos.

Darle la vuelta a la mesa respondiendo esta pregunta puede alentar a la gente a pensar por un momento y puede elevar el sentimiento en tu mesa de Shabat, ya que tú y tus huéspedes serán alentados a reflexionar sobre la central creencia judía de que Dios está íntimamente involucrado en nuestra vida.

• Haz que cada persona diga tres cosas sobre sí mismos. Dos de esas declaraciones tienen que ser verdaderas y una falsa. Todos tienen que tratar de adivinar cuál es la falsa. La gente tiene que ser creativa con su elección de declaraciones verdaderas, para que éstas puedan pasar por falsas. Puede que no tengas problemas en decirle a la gente que eres un abogado tributario, ¿pero a cuánta gente le confiaste que una vez ganaste un concurso de cata de vinos, que peleaste con un ladrón en Japón o que te ofrecieron un trabajo en espionaje corporativo?

• Pregunta uno por uno qué es lo que más los ha inspirado desde una perspectiva judía. Muy a menudo la gente da créditos a parientes (en especial abuelos), libros, o encuentros con rabinos o rebetzins carismáticos como fuente de inspiración judía. Esta pregunta es simple, pero puede iniciar excelentes conversaciones porque es muy amplia y personal.

• Otra opción para incorporar un poco de Torá en tus comidas de Shabat es examinar un texto clásico, como "Pirkei Avot" o una historia de la Biblia que sea conocida por todos. Si tus comensales tienen un nivel de conocimiento judío elevado puedes incluso traer algo más avanzado, como una sección del Talmud. Todo este proceso puede sonar muy serio, pero sólo toma unos minutos y puede ponerse fascinante si la gente se entusiasma. Además, si estudias una sección corta por semana, con el tiempo puedes progresar y terminar libros enteros, ganando también una sensación de satisfacción y realización.

Charlas Especiales de Shabat

En tu mesa de Shabat, trata de establecer unas cuantas "normas básicas". Para separar este día del resto de los días de la semana y para infundirlo con una dosis mayor de santidad, ayuda el tener en mente lo que hace que Shabat sea especial. Aquí hay siete reglas que es bueno seguir cuando se habla en Shabat. Fíjate cuántas puedes respetar en el curso de un día.

(1) Prohibido el lashón hará (literalmente, “habla negativa"). ¡Prohibido chismear!

(2) Fíjate si puedes evitar hablar sobre trabajo en Shabat.

(3) Trata de no hablar sobre dinero en Shabat.

(4) Intenta incluir al menos una reflexión "de Torá" en cada comida (mantén a mano algunos libros de judaísmo para inspirarte).

(5) Si te estás fallando en alguno de estos puntos, trata de revertir la situación. Un festín de quejas se puede convertir en una lluvia de ideas sobre lo que es positivo en tu vida; si te encuentras despotricando sobre algo, trata de verlo de una forma más positiva ("Mi jefe es tan exigente" puede ser convertido en un "Pero al menos tengo un trabajo que disfruto").

(6) Shabat nos da una oportunidad para recordar que Dios está cerca de nosotros. Usa Shabat para acercarte a Él, para hablarle, y trata de actuar de una manera que refleje nuestra cercanía con Él.

(7) Haz un esfuerzo para escuchar a los demás. Pregunta por sus opiniones y escucha sus preocupaciones.

Huéspedes Geniales

¿Cómo puedes asegurar que las conversaciones en tu mesa de Shabat sean brillantes? Un secreto es tener invitados. Las familias muchas veces se portan mejor cuando hay invitados, y esto a menudo evita que uno caiga en viejas discusiones o que todos se escabullan apenas terminen de comer.

Otro secreto que mi marido y yo hemos descubierto con el pasar de los años es cultivar "huéspedes de amortiguación", que son personas que pueden hablar con cualquiera. Una vez una de nuestras "huéspedes de amortiguación" (que no sabía que así era como la llamábamos) se jactó de que ella y su marido podían "hablarle incluso a una pared". De hecho, es por eso que los invitábamos. Algunas personas son excelentes conversadoras en cualquier circunstancia; conócelas e invítalas a menudo.

Respecto a tus huéspedes normales (no "de amortiguación") trata de pensar creativamente qué es lo que generarán unos en otros. Recuerdo una sorprendente cena de Shabat en la que invitamos a mis padres junto a otra pareja de la misma edad que apenas conocíamos. Apenas la segunda pareja cruzó la puerta comencé a temer por la noche que se avecinaba. Mi papá es bastante tradicional, y el otro hombre tenía una colita en el pelo. Luego él mencionó algunas opiniones políticas, y eran diametralmente opuestas a las de mi papá. ¡Auxilio!

Sus opiniones políticas eran diametralmente opuestas a las de mi papá.

Pero todo terminó siendo un gran éxito: mi padre y nuestro otro invitado habían crecido muy cerca el uno del otro, y se quedaron en casa hasta bien entrada la noche recordando cómo era en su época el barrio en el que crecieron, e intercambiando anécdotas sobre personalidades y eventos pintorescos de su infancia. Fue una de las cenas de Shabat más divertidas que hemos tenido; aprendí más sobre la historia de su ciudad en esa noche que en toda mi vida, y pocas veces he visto a mi padre tan animado (y me fue recordado una vez más que las personas son complejas y que a veces hacen salir a la luz cualidades sorprendentes en los demás).

Finalmente, si todo lo demás falla y la conversación en tu mesa de Shabat sigue siendo apática, puedes tratar con un par de preguntas controversiales. Recuerda que no quieres que se te vaya la mano y hacer explotar una bomba (por esto, evita la política); pero puedes hacer que tus huéspedes vayan diciendo, uno por uno, lo que piensan sobre asuntos sobre los que la gente tiene una amplia variedad de opiniones:

(1) ¿Han visto un milagro alguna vez?

(2) ¿Qué crees que Dios espera o quiere de ti?

(3) ¿Qué significa ser "un buen judío"?

(4) ¿Cuál crees que es el logro más importante del Estado de Israel?

(5) ¿Cuál crees que es la mayor amenaza al pueblo judío hoy en día?

(6) ¿Qué podemos hacer para asegurar la continuidad del judaísmo?

(7) ¿Quién crees que es la figura judía más grande de hoy en día?

(8) ¿Quién crees que ha sido la mayor figura en la historia judía?

(9) ¿Cuál es la relación entre Israel y la diáspora?

(10) Cuando tenemos que decidir entre necesidad y deseo, ¿deberíamos ayudar primero a un judío?

Si crees que puedes hacer estas u otras preguntas contenciosas sin desatar la tercera guerra mundial, hazlo. Al menos harán que la gente hable.

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