Vivir aplicando lo estudiado

4 min de lectura

Bejukotai (Levítico 26:3-27:34 )

Perspectivas de la Torá prácticas para la vida.

Al comienzo de la parashá Bejukotai la Torá nos revela las condiciones bajo las cuales Dios le da al pueblo judío paz y sustento. “Si caminan de acuerdo a mis decretos, observan mis mandamientos y los hacen” (1).

Los comentaristas notan que el versículo parece repetitivo, utilizando tres cláusulas separadas respecto al cumplimiento de la Torá. ¿Cuál es la diferencia entre cada cláusula? Rashi, citando el Midrash, explica la primera parte del versículo: “Si caminan de acuerdo a Mis decretos” se refiere a amelut baTorá (esforzarse en Torá) (2). La segunda parte, “y observan Mis mandamientos” agrega a la primera, diciendo: “deberían esforzarse en la Torá para respetarla y cumplirla” (3). Esto significa que, primero, la Torá nos dice que para recibir recompensa debemos esforzarnos en Torá, pero continúa diciendo que el esfuerzo debe ser hecho con la intención de respetarla.

Hay una importante dificultad con esta explicación: implica que existe la posibilidad de ‘esforzarse’ en Torá sin realmente respetarla. Es difícil de comprender, porque ‘esfuerzo’ sugiere una profunda apreciación de la importancia de la Torá, tanto que la persona se exige para entender la palabra de Dios de acuerdo a ella. Entendemos que, tristemente, hay personas que estudian Torá, pero no tienen la intención de cumplirla; su esfuerzo es insuficiente porque no la valoran tanto como para trabajar también en el cumplimiento. Sin embargo, respecto a una persona que se esfuerza genuinamente en la Torá, ¿cómo es posible que esté dispuesta a esforzarse en ella sin tener interés en cumplirla?

La respuesta es que una persona que se esfuerza realmente en Torá, seguramente está interesada en observar sus mandamientos. Esfuerzo, sin el objetivo de cumplir las mitzvot, se refiere a otra cosa. Una persona puede estudiar Torá, pero no reconocer que la Torá que aprende debe cambiarla internamente como persona. Esta persona no logra conectar su estudio con su servicio Divino. Puede entender muy bien que el estudio de Torá es una mitzvá importante, pero no dar el paso extra necesario para apreciar que la Torá que estudia debería transformar su comportamiento en todos los aspectos de la vida. Esto es, quizás, el tipo de ‘esfuerzo’ al que la Torá describe como carente de la voluntad de cumplimiento.

La misma idea puede derivarse de la Mishná en Pirkei Avot que trata las diferentes motivaciones por las que una persona puede estudiar Torá: “Quien estudia Torá para enseñar, recibe los medios para estudiar y enseñar. Quien estudia para poner en práctica lo aprendido, se le dan los medios para estudiar, enseñar, observar y practicar”.

Los comentaristas señalan que la Mishná implica que sólo quien “estudia para practicar” tiene la intención de respetar la Torá, indicando que quien estudia para enseñar no se interesa en respetarla. Ahora, si fuera así, esa persona no tendría el mérito de estudiar y enseñar más. De hecho, muchas fuentes rabínicas dicen que quien estudia sin la intención de respetar la Torá es visto con muchísima severidad. Podría responderse, igual que se explicó antes, que la persona que estudia para enseñar seguramente tiene interés en respetar la Torá, porque si no fuera así no recibiría ninguna recompensa por su estudio. En cambio, quien “estudia para enseñar” no estudia para cambiarse como persona. Sólo quien “estudia para poner en práctica lo aprendido” se da cuenta que la Torá que aprende debe transformarlo como persona y afectar todas sus acciones.

Es importante notar que la idea de estudiar para mejorarse a uno mismo no se limita al estudio de leyes prácticas. De hecho, se entiende que la mayoría del tiempo de estudio de la persona se enfoca en la Guemará, un estudio que no necesariamente se traduce en enseñanzas prácticas. La idea es que todas las formas de estudio, bien abordadas, tienen el poder para convertir a la persona en un ser espiritualmente más refinado.

El Sfat Emet demuestra la centralidad de esta idea con una explicación fascinante de parte de Birkot HaTorá. Le pedimos a Dios vehaarev na Hashem Elokeinu et dibrei Torateja…”. Normalmente esta frase se traduce como “por favor, Hashem, nuestro Dios, endulza la Torá…”. El Sfat Emet observa que la raíz de la palabra vehaarev son las letras áin, reish y bet, que forman la palabra érev. Esta raíz puede significar mezclar, como en la palabra érev (‘noche’ en hebreo), que implica a que la noche es el momento en que la oscuridad se mezcla con la luz. En este sentido, el Sfat Emet explica que también le pedimos a Hashem que “mezcle” la Torá que aprendemos con nuestro ser, para que no permanezca como un conocimiento superficial (7).

En este sentido, los grandes eruditos de Torá enfatizaron mucho que la Torá debe permear la personalidad y afectar el comportamiento diario. En una ocasión, le preguntaron a Rav Moshé Feinstein por qué el primer tratado de Guemará que aprenden los niños es, por lo general, Baba Kama, que trata leyes de daños, en lugar de tratados más prácticos como Brajot, que se ocupa de las leyes de las plegarias. Explicó que el objetivo es imbuir en los niños —en una etapa temprana de su vida— la sensibilidad para tratar bien a los demás. Así, vemos que para Rav Feinstein era obvio que el objetivo del estudio de los niños era mucho más grande que simplemente darles conocimiento, sino que debía convertirlos en personas más consideradas.

Vemos lo importante que es asegurar que la Torá que llevamos a nuestro intelecto alcance también nuestro corazón y permee nuestro comportamiento. La primera etapa para tener éxito en esta tarea es, simplemente, reconocer que la Torá que estudiamos debería transformarnos en mejores personas, así como cumplirla, si es el caso. Una segunda idea es que, después de estudiar algo de Torá, una persona debería pensar en lo que la Torá le enseñó sobre la forma en que Dios ve el mundo y tratar de integrar esa idea a su propia visión de mundo (8).

Que todos ameritemos estudiar y practicar en el máximo sentido de la palabra.


Notas:

(1) Vaikrá, 26:3.

(2) Esto se refiere a un esfuerzo mucho mayor a simplemente estudiar Torá.

(3) Rashi, Vaikrá, 26:3. La tercera parte, “y cumplirla”, se refiere a hacer las mitzvot.

(4) Pirkei Avot, 4:6.

(5) Ver Rabeinu Iona, Pirkei Avot 4:6.

(6) Es parte de las bendiciones que decimos a diario antes de estudiar Torá.

(7) Escuchado de Rav Moshé Weinberger shlit"a.

(8) Escuchado de mi rabino, Rav Itzjak Bérkovits shlit"a.

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